Personas de una decena de municipios colaboran cada domingo con la protectora Aloia
01 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Son los paseos perrunos del área metropolitana con más afluencia, tanto de personas como de mascotas. La iniciativa de la protectora Aloia de Tui empezó con cuatro voluntarios el pasado año y ha logrado llegar a los 120. El objetivo no era solo dar un respiro a los animales, que también, sino visibilizarlos para animar a la gente a adoptarlos o, como mínimo, a acogerlos en sus hogares una temporada o apadrinarlos.
Tal ha sido la aceptación de los paseos domingueros, que la iniciativa ya se conoce como Efecto Aloia hasta el punto de convertirse en la precursora de estas caminatas a gran escala y de animar a otras entidades a seguir su ejemplo.
La excursión discurre entre las 10.00 y las 12.30 horas por un monte de Guillarei próximo a la protectora con parada en un riachuelo para permitir a los perros darse un chapuzón. Los acompañantes son de todas las edades, desde 5 y 6 años hasta 80. Todo vale con tal de amar y respetar a los animales.
Desde que se iniciaron los paseos en abril del 2019 nunca fue necesario suspenderlos, excepto este año por la pandemia, que obligó a parar temporalmente la actividad y a recuperarla el segundo domingo de julio.
La vuelta ha sido con todas las medidas preventivas: uso de mascarilla, gel hidroalcohólico o guantes, distancia de seguridad y desinfección de correas en cada paseo.
«Hay gente que se comprometió mucho y van todos los domingos. Familias con niños que viven en pisos pequeños y no pueden tener animales. Y los perros están felices, para ellos el domingo es el mejor día de la semana», comenta la voluntaria Sandra Corceiro López, de Mos e impulsora de la iniciativa. Empezó hace un par de años colaborando en la limpieza de la protectora los fines de semana. Allí se enteró de que podía amadrinar y salir con los ahijados de paseo. Un día se apuntó y al ver que el resto de los animales salían poco, empezaron a publicar los paseos en las redes sociales a través de la protectora de Tui. «En las pasadas Navidades se llegaron a apuntar 120 personas. Viene gente de Tui, mucha de Vigo, Salceda, Mos, O Porriño, Tomiño, Gondomar, Ponteareas, Salvaterra e incluso de A Cañiza. Lo que me resulta más satisfactorio es que fue el pistoletazo de salida para muchas protectoras», destaca la voluntaria.
Algunas de las personas que acuden se acaban encariñando con los perros y se quedan con ellos. Se dan cuenta de que aunque solo les puedan sacar tres veces al día durante quince minutos, siempre tienen mejor vida que en la protectora, por muy bien cuidados que estén. Hay unas 20 o 30 personas que son fijas todos los domingos.
Pero no solo es llegar y coger al perro, la organización es compleja. Para empezar, la gente se tiene que apuntar previamente. Si hay niños con sus familias se procura que salgan con perros pequeños. Solo se puede llevar la mascota propia en caso de que haya sido adoptada en alguna protectora.
La ruta es sencilla, de unos cuatro o cinco kilómetros, y además de la parada del riachuelo, se hace otra en un campo y se les da unas chucherías a los perros. Muchos de los participantes ya se conocen, son como una gran familia. Las personas que todavía no han probado y quieran participar pueden contactar con Sandra en el 606 156 680.
«Nosotros vamos desde Nigrán, es una experiencia fabulosa, ya hemos adoptado tres»
Vicente y Loli son dos de las personas que acuden puntualmente los domingos a airear a los perros de la protectora de Tui. «Nosotros vamos desde Nigrán, es una experiencia fabulosa, ya hemos adoptado tres», comenta Vicente. Ellos conocieron la iniciativa por casualidad, en un evento de perros celebrado en Porto do Mole. Decidieron probar y el primer domingo que fueron ya se enamoraron de un perro y Tomi de ellos, que es como se llama.
«Nos metieron en un grupo y Tomi iba en otro. Era un palleiro negro precioso y decidimos llevárnoslo. Nos vinieron a ver la finca y a hacer un seguimiento», explica.
Pero la cosa no quedó ahí y otro día se llevaron a Paula, una perrita mayor. Y como colofón acabaron con un podenco, muy temeroso, posiblemente por haber llevado mala vida.
Visita
«Habíamos estado viendo galgos en una protectora de A Coruña y estuve llorando un tiempo, después cuando visitamos esto y vi las condiciones, me quedé muy sorprendida de cómo estaban de limpios y bien alimentados. Vamos a seguir dando los paseos, me da la sensación de que los animales lo agradecen mucho, se les ve felices ese ratito, cuando se rascan en la hierba», apunta Loli.
Si no adoptan más es porque tienen el cupo cubierto, cuatro perros y tres gatos, además de otros dos apadrinados, Risto y Lisa.
Empezaron con los paseos el pasado septiembre y piensan seguir repitiendo. Habitualmente no llevan el mismo perro, aunque alguna vez puede coincidir. Una de las cosas que más les gusta de la protectora Aloia de Tui es el rigor con el que trabaja y la organización.
De Inglaterra a Tui para participar en la inicitiva canina
María Solleiro es de Tui, pero vive en Inglaterra. Aprovecha la estancia estival en su tierra para pasear a los perros con su madre y su hermana. «Desde el año pasado nos involucramos y no faltamos un domingo. Siempre tenemos un perro en acogida. Las Navidades pasadas abandonaron siete cachorritos, cuando llegamos aún quedaba uno sin adoptar y nos los trajimos para casa», explica María. El verano pasado recogieron otra perrita en Ribadelouro y la tuvieron hasta que encontró «una familia diez».