En el CRA Mestra Clara Torres se aprende a través de la integración en el ámbito rural
28 oct 2021 . Actualizado a las 02:06 h.La Galicia profunda reivindica la calidad de vida del rural gallego, donde se puede disfrutar de una educación de calidad y excelencia. Y así lo reconoció el veredicto de la Fundación Princesa de Girona, que catapultó como mejor escuela de España del 2020 al Colexio Rural Agrupado (CRA) Mestra Clara Torres de Tui. El centro es, explica el fallo, «pionero y referente de la educación transformadora y creativa que la sociedad de hoy y la del mañana necesitan». Este jueves recibirá la visita de los reyes para reconocerles con esa distinción.
En este colegio hay carreteras en lugar de pasillos, porque su principal potencial es el arraigo a la tierra, así que tiene cinco aulas en otras tantas parroquias distintas, y en alguna de ellas solo hay siete alumnos. «Este centro é unha xoia do sistema educativo. Galicia ten a sorte de ter moitos centros coma o noso grazas a que están nas parroquias, que é onde se xesta a verdadeira educación», defiende su directora, Marta González Quintana. Son en total 51 alumnos de educación infantil y la ratio, tanto de niños por aula como de profesores por niño, resulta inimaginable en otros colegios cosmopolitas, ya que son 13 maestros en el equipo docente. Además de cada tutor, hay especialistas en Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, Música, Inglés y Educación Física, así como un orientador. Y se trata de una escuela plurilingüe.
La plantilla se dispara teniendo en cuenta que son una «escuela de puertas abiertas», en la que las familias y los agentes sociales del entorno forman parte de la actividad diaria del aula. La crisis sanitaria obligó a limitar al máximo las interacciones, pero se recupera en la medida de lo posible y ayer, por ejemplo, una madre de Baldráns realizaba una exposición de calabazas.
En el Mestra Clara Torres se trabaja por proyectos, en valores y con la vista puesta en el fin último de la educación, que es el bienestar del ser humano. En el aula de Baldráns, la jornada arranca cada día con una asamblea en la que todos tienen voz y voto. «Ao estar xuntos os de 3, 4 e 5 anos, uns axudan aos outros, foméntase a unidade e a socialización», apunta Andrea Martínez, la especialista en Pedagogía Terapéutica. Trabaja en el aula con la tutora, Mercedes Velo, que coordina la asamblea. Durante esta rutina, en la que cada día un alumno hace de encargado, no solo se pasa lista, sino que se repasan las emociones. Los niños hablan de cómo se sienten, de qué tiempo hace o de cómo se ven frente al espejo. «O traballo é moi enriquecedor, ao estar mesturadas as idades. Na asemblea xa repasamos letras e non só vocais, aínda que teñan tres anos, emocións, conceptos matemáticos ou da meteoroloxía», explica.
Todos participan del tiempo dedicado a trabajar la lengua. La lectoescritura o los pictogramas no centran la jornada, sino que lo hace la lengua de signos, y todos al unísono son capaces de dar los buenos días a la directora tras otra canción en la que se trabajan vocabulario y psicomotricidad y se transmite felicidad. Es uno de los proyectos en los que trabaja y que distingue a este premiado CRA, la biblioteca creativa, en la que todos aprenden la lengua de signos. «Facémolo todo o ano para que coñezan outras realidades e aprendamos que o diferente é enriquecedor», señala la directora, que también es profesora de música.
Tienen otros proyectos, como un taller de robótica que favorece la creación de habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), talleres de bellotas para hacer harina, de música para construir instrumentos musicales que recuperan la cultura de la zona, y sesiones de show cooking, con cocina en directo.
La pandemia y el teletrabajo han fomentado el éxodo al rural y resucitado la escuela de pueblo, disparando el atractivo de los colegios rurales agrupados como este. «Recibimos moitas chamadas, tamén de fóra de Tui, pero son de nenos de Primaria e só temos Infantil», reconoce la directora, deseosa de que este premio incremente la matrícula de algunas de las aulas repartidas por las cinco aldeas.