24 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.
Pisar moqueta a diario, dicen los expertos, tiene efectos devastadores sobre la salud. Lo vuelve a uno salvajemente lenguaraz y profundamente sordo. El alcalde de Vigo, que tanto tiempo empleó ayer (página L12) en pavonearse de sus obras es el mismo personaje que lleva años retrasando la creación de un albergue para indigentes en la ciudad. No es ni mala fe ni incapacidad de gestión ni falta de ideas. Es, simplemente, sordera. Pobriño.