Una mujer graba en vídeo el maltrato a un perro y logra que una protectora lo rescate

Un perro que fue maltratado en plena calle se encuentra a salvo en una protectora de animales gracias a que una vecina de Vigo grabó la escena en vídeo y avisó a la Policía Local. Los hechos sucedieron el pasado domingo en la rúa Fisterra. La mujer, que prefiere permanecer en el anonimato, observó cómo una persona le daba una paliza en plena vía pública y a la vista también de otros vecinos. Después lo agarró por el cuello y lo arrastró en dirección a su domicilio mientras el pobre animal se asfixiaba. La ciudadana observó atónita la escena, se armó de valor y se dirigió hacia el presunto maltratador al tiempo que activaba la cámara de vídeo de su smartphone. «Tranquilos, que estoy grabando yo», dijo a otros ciudadanos que también fueron testigos de los hechos. Lo primero que hizo fue preguntar al hombre si no tenía una correa, puesto que no eran formas de llevar al perro agarrado por el cuello.

El supuesto agresor soltó entonces al animal, que se quedó tendido en la calzada sin moverse, ya que estaba inconsciente. Sin dejar de apuntarle con la cámara de su dispositivo móvil, le dijo que estaba incurriendo en un maltrato animal y que iba a llamar a la policía. «Qué maltrato, si llevo medio hora buscándolo», le contestó el hombre extrañado. «Por la paliza que le ha dado en medio de la calle y por llevarlo ahora medio asfixiado», le contestó la mujer.

Durante la conversación, el hombre llegó a reconocer que había hecho daño al perro. «Está bien, me pasé, discúlpeme, sigue con lo tuyo», le dijo a la mujer que lo grababa, con el ánimo de que lo dejara en paz. Intentó esquivar a la mujer que no dejaba de grabarla dándole múltiples evasivas.

Pero esta ciudadana no apagó su cámara. Su intención era conocer el domicilio del presunto maltratador con el ánimo de avisar a la Policía Local para presentar una denuncia. Le insistió en saber dónde vive y se prestó a acompañarle. Entonces cogió al perro y se metió en su casa, ubicada en la planta baja de un edificio situado en la misma calle donde sucedieron los hechos. Poco después llegó una patrulla de la Policía Local que identificó al hombre del perro y abrió diligencias por un presunto maltrato animal, si bien no quedó detenido, según indicaron ayer fuentes oficiales. La mujer que grabó el vídeo se hizo cargo del perro, que quedó bajo la custodia de una protectora de animales. El vídeo de casi tres minutos de duración se ha compartido rápidamente por las redes sociales y han provocado una gran cantidad de comentarios de usarios, despreciando el comportamiento del responsable del perro y, al mismo tiempo, elogiando la actitud de la mujer que decidió grabar este episodio y divulgarlo públicamente.

El animal pertenece a la expareja del denunciado, Merche, una mujer de 39 años. Posiblemente el perro ya habría sido abandonado con anterioridad, puesto que Merche asegura que lo encontró en la calle hace unos cuatro meses y que decidió acogerlo en su domicilio porque le daba pena, si bien con el paso del tiempo acabó cogiéndole mucho cariño. «Me hacía una gran compañía y ahora estoy muy triste por no disfrutar de él», afirmó.

La mujer, que no tiene empleo y vive de una pensión, manifestó que carece de recursos para darle todos los cuidados necesarios a su mascota, como comprarle las pipetas de desparasitación o ponerle un microchip.

Su antigua pareja sentimental, que no vive en el domicilio, pero que suele acudir por temporadas solía encargarse de sacar al animal a la calle. «No le volvía y le pegó, yo también lo habría denunciado si lo hubiera visto», manifestó ayer. La Policía Local remitirá el atestado a un juzgado de instrucción, que podría imputar a la persona identificada por un presunto delito de maltrato animal y dar traslado a la Fiscalía, o bien depurarse las posibles responsabilidades en un juicio de faltas.

«No era la primera vez que le pegaba»

Visiblemente afectada, la dueña del perro maltratado reconoció que se sentía muy ligada a su mascota y que «le quería como a un hijo». Pero sin recursos para poder mantenerlo y con la amenaza constante de su expareja Merche, de 39 años y sin empleo, aceptó que se lo llevara una protectora. «No era la primera vez que lo maltrataba», comentaba ayer.

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