El campus universitario de Vigo permite recrearse en la obra de nombres de referencia: Miralles, Penelas, Portela...
19 ago 2015 . Actualizado a las 13:17 h.Hasta hace unas décadas era un monte sin demasiado arbolado. En la actualidad es el campus principal de la Universidad de Vigo, un espacio donde la arquitectura ha brotado siguiendo las corrientes más actuales. Si en el municipio se quiere ver la mejor arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX hay que pasear todo el ensanche vigués, para admirar la construcción contemporánea no queda otra que subir hasta Lagoas Marcosende.
Sin perder el carácter natural, los edificios han ido creciendo sin apenas alterar la topografía del lugar. Durante una mañana, cualquier aficionado a la arquitectura puede darse un buen paseo y admirar varios ejemplos de gran valor artístico.
El eje central del campus es el aulario diseñado por Enric Miralles, que completó a su muerte Benedetta Tagliabue. Es un edificio que bien podría haber salido de la cabeza de un guionista de ciencia ficción. Nuevamente, en este caso, la arquitectura se adapta a las circunstancias del terreno, aportado soluciones útiles y estéticamente hermosas.
El vigués Alfonso Penelas ha dejado su impronta arquitectónica en varios edificios construidos en épocas distintas. Los más reciente y espectaculares son el Centro de Investigación Tecnológico-Industrial y Citexvi, la Cidade Tecnolóxicas de Vigo. Sin embargo, Penelas también tiene otro edificio con personalidad propia. El rectorado fue inaugurado en el 2003, aportando al conjunto del campus un aire de naturaleza vegetal.
Otra de las paradas obligadas de este sendero arquitectónico se sitúa en la biblioteca central. El edificio, que es obra de Pilar Díez y Alberto Noguerol, fue finalista en el Premio de Arquitectura Española en el 2002. «Un gran piano recortado y doblado, en parte, inclinado, como cubierta, plaza y puente. Debajo, la biblioteca», decían los autores de su obra.
La Escuela de Minas y Telecomunicaciones fue la aportación de César Portela, Gabriel Santos Zas y César Padrón a este homenaje a la contemporaneidad constructiva. El edificio vuelve a cumplir con la característica principal del conjunto, la adaptación a la difícil orografía del campus, ya en su vertiente del embalse de Zamáns, con el Galiñeiro justo en frente.
Proyecto en el aire
Este fantástico sendero puede que algún día presente el proyecto diseñado por el arquitecto brasileño Paulo da Rocha, ganador el Premio Pritzker. Ya hace años que le fue encargada la reordenación de todo el campus y la integración de los diferentes espacios constructivos. La respuesta del arquitecto sudamericano fue duplicar el espacio construido mediante una imaginativa combinación de torres y conexiones elevadas. Los duros años de crisis vividos hasta el momento paralizaron esta posibilidad, que algún ex rector llegó a situar en un horizonte de más de veinticinco años.
En cualquier caso, el amante de la arquitectura contemporánea, o simplemente el curioso, tiene la posibilidad, sin salir de Vigo, de realizar una ruta de no demasiados kilómetros por las mejores construcciones realizadas en toda Galicia en las dos últimas década.