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Ajustada victoria del SICO entre la plantilla del Concello

j.f. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Los independientes logran el primer puesto, pero no tienen garantizada la presidencia

30 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Sindicato Independiente del Concello (SICO) logró ayer revalidar su condición de primera fuerza sindical en el Ayuntamiento, aunque tras ocho años ocupando la presidencia sufrió un cierto desgaste. Los 9 delegados con que contaba entre los funcionarios se convirtieron en 8, lo que deja muy cerca a UGT, que mantiene la segunda posición con los 7 que tenía. A continuación se sitúan CIG (5 puestos, los mismos) y Comisiones Obreras, que pasa de 2 a 3.

En paralelo a los funcionarios, algo más de un millar, votó también el personal laboral (cerca de 300), colegio en el que el SICO logró cuatro representantes y 3 cada uno de los demás sindicatos. El resultado global mantiene a los independientes como primera fuerza sindical en el Concello vigués (12 delegados y 367 votos), seguido de UGT (10 y 283), CIG (8 y 249) y por último Comisiones (6 y 135).

Los resultados dibujan un panorama similar dentro del Concello, aunque la mayoría del SICO es más reducida. En los ocho años que su líder, Dámaso Pena, lleva al frente del comité de personal se ha destacado por buscar acuerdos con el gobierno municipal, una situación bien diferente a la que se vivió en la Praza do Rei en etapas anteriores con UGT y CIG ocupando el cargo.

Lo que no está claro en estos momentos es si Pena mantendrá la presidencia, para lo que precisa el apoyo de la CIG ya que el de CC OO sería insuficiente. El de UGT está descartado ya que ocupa el segundo puesto y las relaciones entre ambos no lo hacen previsible.

En cualquier caso, a partir de hoy se iniciarán negociaciones entre los responsables sindicales para configurar el nuevo equipo. La clave consiste en saber si se revalidará la norma no escrita que da la presidencia al sindicato que logre mayoría entre los funcionarios independientemente del número de delegados. Hay indicios de que esa política podría ser cosa del pasado, lo que abriría el abanico de opciones.

En anteriores etapas municipales, principalmente durante los años 90 y principios de la década pasada, la configuración del comité de empresa tenía relevancia para el funcionamiento de la Administración municipal. Los conflictos con el gobierno local eran frecuentes y en ocasiones provocaban la caída del concejal del Personal, lo que ocurrió en el gobierno del BNG.

En la actualidad la situación es muy diferente. Desde que Caballero llegó a la alcaldía logró acuerdos con el comité y el final de la confrontación. La política de congelación salarial y el veto a la ampliación de las plantillas decididas por el Gobierno central dificultó las negociaciones sindicales en el ámbito local.

No obstante, en Vigo hay cuestiones candentes, principalmente problemas internos en bomberos y Policía Local y el frenazo a las oposiciones desde hace años. En estas cuestiones la política del SICO ha sido mucho más complaciente con el gobierno que la de otros sindicatos, lo que generó tensiones que ahora podrían pasarle factura.