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Prótesis a la carta para animales

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

gustavo rivas

La firma de Salvaterra, única de España en su especialidad, ha multiplicado por 20 su cifra de negocio en tan solo tres años de vida

19 ago 2016 . Actualizado a las 00:09 h.

Beta es una pequeña empresa que, desde Salvaterra, diseña, fabrica y distribuye prótesis a medida para animales, la única de sus características en España, ya que abarca toda la cadena de valor, incluido el asesoramiento a los clientes. Creada hace tres años, es el resultado de mezclar ingeniería y salud, dos disciplinas por las que siempre se interesó Bibiana Rodiño, ideóloga del proyecto, al que se sumó Antón Rodríguez, antiguo compañero de Ingeniería Industrial.

Trabajar a la carta, les ha abierto las puertas de las mejores clínicas veterinarias especializadas en traumatología, ortopedia y neurocirugía, tanto españolas como portuguesas. El próximo año quieren dar el salto a otros países. «Estamos en pleno estudio de mercado para iniciar la expansión internacional», afirma Antón Rodríguez, que dice que se miden con el gigante Johnson&Johnson -«es nuestro principal competidor»-, obviamente no en facturación, pero sí en producto, con ventaja para Beta, ya que en caso de urgencia no solo garantiza la fabricación del implante a medida, sino que se compromete a ponerlo en la mesa de operaciones del veterinario cirujano en 48 horas.

La respuesta del mercado no se hizo esperar. Así, de los 7.000 euros facturados en el 2013 pasaron a 58.000 en el 2015. La previsión es superar este año los 150.000 euros y llegar a 700.000 en el 2017. Durante este tiempo han vendido un millar de implantes, sobre todo para perros y gatos, pero también para cabras, potros, conejos y animales exóticos. Las operaciones de traumatología veterinaria mueven 90 millones al año en toda Europa, 13 de ellos en la península ibérica.

Descubrimiento

Fue Bibiana Rodiño la que descubrió el nicho de mercado mientras realizaba el trabajo de fin de carrera en el departamento de Mecánica de la Universidad de Vigo. De forma muy rudimentaria, trató de poner en marcha la idea en solitario. Pero el despegue definitivo llegó tras la incorporación al proyecto de Antón Rodríguez, un antiguo compañero de facultad y, sobre todo, tras el espaldarazo económico de Via Galicia, la aceleradora de empresas innovadoras de la Zona Franca de Vigo.

«Empezamos como artesanos en un bajo prestado», dice Rodríguez, que añade que los 125.000 euros del programa de aceleración fueron determinantes no solo «para salir del garaje, sino para transformarnos en una verdadera industria y crear una línea de producción moderna».

Emplearon año y medio en recorrer ese camino. Su idea era instalarse en Vigo, pero las cuentas no daban. Por eso terminaron comprando una nave en Salvaterra, donde el suelo industrial resulta sensiblemente más barato

Aunque lo que más demanda tiene son articulaciones de las extremidades delanteras, sobre todo de perros, no hay implante que se les resista. «Hacemos de todo, desde vértebras a mandíbulas», afirma Antón Rodríguez.

Lo que todavía no fabrican son exoprótesis, aunque no descartan hacerlo en un futuro próximo. «Ese es un mercado muy reducido, ya que no hay más de tres o cuatro veterinarios que realicen ese tipo de intervención. Se necesitan unas instalaciones muy especiales de quirófano para esa cirugía», explica.

Atropellos y malformaciones de nacimiento son los casos más comunes de intervención quirúrgica traumatológica en los animales. «A veces tenemos que preparar varias prótesis para un mismo animal», relata Antón Rodríguez, que recuerda el caso de un valioso perro de caza con deformaciones muy importantes en las extremidades que pasó por sus instalaciones. «Los dueños hicieron una fuerte inversión para lograr que el perro volviera a correr. Estaban seguros de que iban a rentabilizarla enseguida», asegura.

La prótesis más barata de las que fabrican cuesta 100 euros y 600 la más cara. En cuanto al precio de las intervenciones, suele oscilar entre los 500 y los 4.000 euros.

Los pedidos de implantes que diseña y fabrica la empresa Beta no llegan únicamente desde las más importantes clínicas veterinarias de la península. Entre su nómina de clientes también figura la Universidad Complutense de Madrid. «Utilizan nuestros productos en las clases del máster de Traumatología y Neurocirugía», señala Antón Rodríguez, que añade que fue el boca a boca -«dinero para promoción no tenemos»- el que propició que la institución académica llamara a su puerta.

Explica que cada vez son más los clientes que llegan interesados por la fabricación a medida, un plus que ofrecen al margen del casi interminable listado de productos estándar del catálogo. También fabrican todo el instrumental necesario para las operaciones.

De hecho, en la firma de Salvaterra disponen de un catálogo con mil referencias. «Pueden parecer muchas si se comparan con las de las empresas que fabrican para humanos, pero no lo son porque en el caso de los animales, no tiene nada que ver una articulación de un perro que pesa kilo y medio con la de un mastín, o la mandíbula de un potro con la de un conejo».

«Hacemos de todo, desde vértebras a mandíbulas», dicen estos excompañeros de Mecánica