
Edu Caride, patinador, entrenador, juez y presidente, ha hecho del Condado un club de referencia
28 nov 2016 . Actualizado a las 13:24 h.«No hay límites». Es la tarjeta de presentación de Edu Caride (Vigo, 1988) un enamorado del patinaje que ha hecho de su pasión su forma de vida (fue patinador, es entrenador, juez y presidente de club). Una frase tan hecha como real en su caso. De su mano la ascensión del CPA Condado Salvaterra ha sido meteórica. Nació en el 2009, un año después ganó su primera medalla en un estatal, en el 2014 amplió fronteras creando un grupo show para diversificar la oferta y esta temporada se proclamó campeón gallegos de la modalidad en categoría juvenil.
Edu ha contagiado su pasión en Salvaterra. A los cinco años poco menos que cambió los patucos por los patines y 28 después sigue fiel a su deporte. Primero como patinador de éxito (es el único gallego con una medalla en un mundial) con un bronce en Roma 2005, más tarde combinando banquillo y pista, y desde el 2013 centrado en la docencia.
Ponteareas fue su primer campo de operaciones, pero en diciembre del 2009, tienen el cumpleaños a la vista, en colaboración con varios padres decidió embarcarse en una nueva aventura, la de presidir y entrenar al Condado. «Queríamos dedicarnos más en serio al mundo de la competición y decidimos fundar el club Condado. Comenzamos con 13 niñas y ahora tenemos cerca de 60», comenta Eduardo.
Los éxitos y el número de practicantes, a los que hay que unir las escuelas de Ponteareas y Leirado, también tuteladas por el club, han convertido al patinaje artístico en una especie de deporte nacional en Salvaterra. «Hay más clubes en la cercanía, pero lo que conseguimos es que creo que somos el único club en todos los deportes que más ha conseguido para lo que es el pueblo», dice el entrenador y presidente.
En la progresión ayudaron los éxitos deportivos, que no tardaron mucho en llegar. «Al año siguiente, en el 2010, conseguimos un podio nacional de una niña, un tercer puesto y a partir de ahí fue todo rápido. Hace dos años comenzamos con la modalidad de grupos de show y este año nos proclamamos campeones gallego de grupo show juvenil y ya fuimos a un campeonato de España».
¿A qué se debe esta ascensión?. Según el entrenador, no hay pócimas mágicas, sino arrobas de trabajo. «Muchas horas de entrenamiento, de lunes a sábado, y mucha disciplina y sacrificio por parte de los patinadores y de los padres», comenta antes de sacar a la luz una máxima: de poco vale tener cualidades si no se aprovechan y sin cualidades, todo es posible a base de esfuerzo. «Siempre hay posibilidades, pero con mucho más trabajo, soy de los que piensa que el que quiere, puede», pero del mismo modo «si tienes cualidades, te esfuerzas y eras trabajador, lo puedes conseguir todo». Además, el patinaje permite hacer deporte a un amplio espectro de edad, desde los cinco años y sin límite, aunque para la competición la treintena empieza a marcar la barrera.
Convencido de que le queda mucho por crecer, le encantaría alcanzar el centenar de alumnos en un club que ya ha incorporado dos monitoras y un preparador físico, no se atreve a decir con qué perfil se quedaría. «Me siento realizado de las dos maneras. Como entrenador llevo poco tiempo pero ya hemos conseguido bastantes cosas y creo que puede ir a más, y como patinador conseguí un bronce mundial». Una vida de éxito.