
Los autores de la «sextorsión» exigen de 400 a 1.000 euros por vídeos comprometidos
13 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Al menos once vigueses han presentado en las dos últimas semanas denuncias en la comisaría de Vigo contra extorsionadores que les exigen cantidades que oscilan entre 400 y 1.000 euros por no difundir por Internet unos vídeos comprometedores de ellos que han grabado en sesiones de chats con sexo virtual.
Es un delito nuevo que se conoce como sextorsión y ha sido especialmente llamativo en Vigo desde que empezó el año. Jueces y policías confirman la existencia de una cascada de denuncias en las últimas dos semanas, por lo que sospechan que alguna mafia está peinando el área geográfica de Vigo y atacando las redes sociales existentes en la ciudad al aprovechar la remesa de una base de datos robados.
El rastreo de los enlaces de la dirección web implica a mafias de dos países de África. Uno de ellos es Costa de Marfil. Algunos casos proceden de Europa del Este.
Las imágenes comprometedores han sido grabadas cuando la víctima participaba, a través de su ordenador en casa, en una sala de chat en páginas extranjeras de ligoteo o amistad, o a través de aplicaciones de mensajería instantánea para mantener amistad y relaciones sexuales virtuales con personas desconocidas. El chantajista situado en África se hace pasar por una hermosa joven que se quita la ropa para captar la atención de la víctima, con la que chatea en Vigo. Para ello, coloca un vídeo o fotos falsas de una joven exuberante en pose erótica, imágenes obtenidas de catálogos. En la variante de Europa de Este, el extorsionador se hace pasar por una universitaria del programa Erasmus para hacer creer a la víctima que se ha ligado a una veinteañera.
Una vez que el incauto pica el anzuelo, una voz sensual le pide que se masturbe delante del ordenador mientras ella se quita la ropa en el vídeo falso que aparece en la pantalla. Mientras, un programa pirata activa la webcam del mirón y lo graba mientras se da autoplacer en su propia casa. Pasados quince minutos, la víctima recibe un mensaje por Internet en el que la mafia le amenaza con difundir sus imágenes de la masturbación a todos sus contactos en sus redes sociales como Facebook, donde tiene a sus amigos, o en Linkedin, donde atesora su agenda de contactos profesionales y de negocios. A veces, la cámara solo capta la cara del extorsionado pero es suficiente para aterrorizarlo. La policía tiene constancia de que, en otros casos, se hicieron elaborados montajes para dañar la reputación de la víctima con perfil de hombre de negocios, sobre todo si lo asocian a imágenes de menores de 13 o 14 años.
La víctima entra en estado de pánico al darse cuenta de que su prestigio profesional podría irse al garete si esta mafia empieza a distribuir vídeos comprometidos de él. El despido o la pérdida de clientes son sombras que lo atormentan. Entonces, el chantajista exige 6.000 euros y tras un duro regateo baja a 1.500. La cuantía que finalmente se acuerda oscila entre 400 y 1.000 euros, dinero que el extorsionado deberá depositar con un giro en una empresa de envío rápido de dinero.
«Nadie te garantiza que si pagas no te sigan pidiendo más dinero. Hay gente que ha pagado varias veces 400 euros hasta que ha venido a denunciar», indican expertos policiales.
Los juzgados también confirman el «elevado» número de denuncias. «Los más listos contestan al chantajista que le van a denunciar y la extorsión desaparece», señalan fuentes judiciales.