
De pequeño porte, se adaptan a cualquier tipo de suelo con la exigencia de un riego abundante en verano
08 mar 2017 . Actualizado a las 10:35 h.Se llaman aligustres (ligustrum vulgare) y ya casi es imposible no tropezarse con ellos porque son con diferencia los árboles preferentes en las últimas repoblaciones del arbolado urbano. Resulta pertinente por tanto conocer un poco mejor a estos nuevos vecinos.
Nuestros amigos son exóticos, proceden de Asia en general y de China en particular. Se trata de una gran familia con una docena de subespecies que pertenecen al grupo de las oleáceas (efectivamente, el grupo de los olivos, compartido con lilas, fresnos y jazmines) y que van desde pequeños arbustos a los árboles de porte mediano.
Se les reconoce fácilmente por sus hojas perennes y robustas de un verde intenso que recuerdan a las de los camelios, aunque más finas y estrechas. Su porte estilizado y sus flores blancas muy aromáticas (y junto con los olivos, portadoras de un polen que no resulta especialmente grato a las personas alérgicas) que producen a finales de primavera para dar paso luego a racimos de frutos en forma de bayas esféricas muy pequeñitas y tintóreas, cosa que evidencian con sus casi imborrables manchas en el suelo. El color es relativo, pues una de estas subespecies que ya vemos en nuestras calles es el aureovariegatum, que es una forma elegante de decir que tiene las hojas matizadas con tonos amarillos en sus bordes.
Cuentan nuestros amigos con tres características que les ayudan a sobrevivir en tierra hostil, que es lo que viene siendo la ciudad para un árbol. En primer lugar soportan bien la contaminación; en segundo, son resistentes a las podas, o lo que es lo mismo, que aguantan estoicamente las mutilaciones. Y finalmente, su crecimiento es moderado, vaya, que no confunden libertad con libertinaje, y de hecho uno de sus nombres comunes es ligustre disciplinado, cosa que suponemos del gusto municipal.
En general, se adaptan prácticamente a cualquier tipo de suelo y su única exigencia pasa por un riego abundante en verano. Con estas características fueron elegidas como especie de jardinería desde hace unos años, con algunas consecuencias imprevistas como su carácter invasor, que mostraron en Centroamérica, donde ya colonizan y desplazan a la vegetación autóctona pero que, afortunadamente, es una característica que de momento no figura como riesgo potencial en nuestras latitudes, donde no se considera especie invasora.
Medicina sexual
En su tierra original de China sus frutos eran utilizados en medicina tradicional como remedio para la debilidad sexual, pero al tratarse de una especie exótica, cuya presencia en nuestras latitudes es muy reciente, no encontramos aquí ningún uso como planta medicinal y, como siempre, recomendamos encarecidamente abstenerse de hacer experimentos.
Antes del paroxismo humanizador ya eran conocidos en la ciudad, aunque con cierta modestia y presencia limitada. Los ejemplares más notables de nuestros aligustres vigueses se encuentran en los jardines del colegio Apóstol Santiago, en donde algunos de sus seis representantes están muy cerca de convertirse en centenarios. Los restantes ejemplares singulares, unos dieciocho, están repartidos, como suele suceder por, Castrelos, O Castro, Montero Ríos y otras calles, aunque apenas llegan a la mitad de esa edad.
También contamos con bajas significativas y uno de sus primos, el ligustrum ovalifolium, del que contábamos con un único ejemplar especialmente espectacular en Castrelos. Era un raro caso de arbusto originalmente de seto que llegó a alcanzar tamaño arbóreo, y falleció hace veinte años.
Bienvenido sea en cualquier caso plantar árboles en Vigo, tan necesarios, tan imprescindibles. Lo ideal sería sumar en lugar de sustituir árboles por arbolitos, equivalentes en número, pero con un grave déficit en pérdida de masa forestal total. Si además fueran especies autóctonas la cosa sería perfecta.
Con las mismas características de adaptabilidad al medio urbano, pequeño porte, resistencia a la contaminación y disciplina territorial que los asiáticos aligustres existen una decena de especies autóctonas que, sin embargo, no parecen ser una opción preferente a la hora de diseñar una política ambiental municipal con base en el arbolado urbano.