La familia del joven muerto en el San Juan de Chapela recibe el apoyo de alumnos y profesores del instituto de Teis
29 jun 2017 . Actualizado a las 01:02 h.La familia de Daniel Beltrán, el joven asesinado en la playa de Arealonga en la noche de San Xoán, y la comunidad educativa se movilizaron ayer por la mañana para condenar el asesinato. La marcha, que congregó a cerca de doscientas personas, partió del IES de Teis, donde estudió Daniel, y recorrió cinco kilómetros hasta al arenal donde el joven de 25 años fue asesinado de un disparo. A los familiares, profesores y alumnos se fueron uniendo progresivamente vecinos de Teis y Chapela, que quisieron recordar a Daniel y pedir «que se haga justicia, que no haya más asesinatos y que se acabe la violencia de una vez».
Álvaro Beltrán, el padre del joven asesinado, encabezó la marcha, que duró alrededor de una hora. Con una entereza digna de admirar, se dirigió a los medios para valorar lo sucedido y juzgar al asesino: «El individuo se puso en la barandilla a orinar sobre gente que estaba durmiendo, y entonces Dani y sus amigos le llamaron la atención. Necesitaba un motivo, esperó una reacción y ese fue el detonante». El padre continúa su relato sentenciando que el presunto asesino «salió a cazar y cazó. Realmente hubo suerte, porque pudo haber sido una masacre. Podía haber matado a más personas, tanto a los vecinos como a los policías que lo detuvieron. Esperamos que quede a buen recaudo durante mucho tiempo».
A su llegada a la playa de Arealonga, los manifestantes guardaron un emotivo minuto de silencio y familiares, amigos y profesores del joven asesinado dejaron flores en el lugar exacto en el que se produjo el fatal disparo. El director del IES de Teis, Luis Vilán, que fue el organizador de la manifestación, leyó un manifiesto reclamando que «los sentimientos negativos que esta muerte produce se transformen en positivos, en una reflexión sobre la violencia y en un grito contra la barbarie. No queremos vivir en un mundo en el que la muerte de Daniel sea posible», finalizó. Uno de los objetivos principales de la movilización era, precisamente, concienciar contra la violencia. «Es la fuente de los conflictos, no los resuelve. No nos hace fuertes o nos libera, nos hace esclavos y acaba con vidas como la de Daniel, que terminó cuando acababa de empezar», finalizó el director del centro, donde guardan un grato recuerdo de los años en los que Daniel Beltrán estudió allí.
En la marcha desde el IES de Teis hasta la playa de Arealonga, en Chapela, estuvieron presentes los padres de Daniel Beltrán, su hermana y una tía. Estuvieron acompañados por el director territorial de Educación en Pontevedra, César Pérez. Su tía, visiblemente afectada, reclamó que el asesino «no salga de la cárcel. Conforme mató a mi sobrino como pudo haber matado a más gente». Definió a Daniel Beltrán como «un niño excelente, buena persona, trabajador y súper cariñoso». E hizo un llamamiento a la justicia: «El juez que lo juzgue, que piense que pudo haber sido su hijo o su nieto. Que piense que era un niño excelente y que no tenía que haber muerto de esta manera tan violenta, sin motivo alguno, solo por lo que hubiera hecho cualquiera, llamarle la atención por lo que hizo».
La familia, consternada por lo sucedido, quiso agradecer a la dirección del IES de Teis por el apoyo que le está dando y por convocar esta manifestación contra la violencia. La movilización se desarrolló sin ningún altercado y estuvo acompañada por un amplio dispositivo de la Policía Local.
La asociación de vecinos de Chapela también apoyó la marcha y reclamó al Concello de Redondela la concesión de un día de luto por la muerte de Daniel Beltrán.
La policía sospecha que el agresor andaba con pistola porque planeaba perpetrar un atraco
Una de las incógnitas del crimen es por qué el agresor José Luis Luna andaba paseándose por la calle con un arma de gran calibre, de la que presumía. A medida que avanza la investigación, las piezas empiezan a encajar. El implicado llevaba dos años limpio de drogas y estaba en rehabilitación pero, en los últimos tiempos, en sus análisis toxicológicos empezaron a aparecer restos químicos, señal de que había recaído y se había reenganchado.
Pronto se vio en la necesidad de conseguir más dinero para comprar estupefacientes y José Luis Luna empezó a ponerse nervioso. La teoría policial es que buscó un arma de fuego porque planeaba cometer un atraco. Al usar una pistola, iba a apuntar a un objetivo importante, como un establecimiento en el que hubiese mucho dinero en la caja. Con el botín podría satisfacer su drogadicción. Una salida fácil, pues tenía experiencia en estos golpes.
Suspensión de condena
Los forenses hacían chequeos periódicos a Luna desde hace dos años, cuando fue condenado por un delito de drogas, aunque la ejecución de la condena se suspendió y gozó de libertad condicional mientras no volviese a delinquir y se sometiese a un programa de tratamiento para su desintoxicación. Según la Fiscalía, hasta ahora Luna venía cumpliendo la rehabilitación y los forenses remitieron diversos informes médicos con el seguimiento de su consumo de drogas. Pero, hace un tiempo, uno de los últimos análisis recibidos causó precaución en la Fiscalía, que se preguntó si el reo habría recaído en la droga y formuló una solicitud a la Audiencia para que revocase la libertad. Fuentes de la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, en Vigo, dijeron que, actualmente, estudian el asunto pero aún no han decidido nada.