E n la Wikipedia, el teatro Afundación sigue siendo el García Barbón. Así le seguimos llamando muchos vigueses, pese a que hace tres décadas perdió su nombre original para pasar a llamarse, sucesivamente, en 1984, tras una magnífica rehabilitación a cargo del arquitecto Desiderio Pernas, Centro Cultural Caixavigo, Centro Cultural Caixavigo, Caixapontevedra y Caixaourense, Centro Cultural Caixanova, Centro Cultural Novacaixagalicia, Centro Cultural Novagalicia Banco y, ahora mismo, teatro Afundación. La denominación ha seguido la estela de las sucesivas tormentas financieras desde que fue reabierto en 1984, tras la rehabilitación.
No son pocos los vigueses a quienes les gustaría que el teatro recuperarse su nombre original. Porque José García Barbón se merece un homenaje. Ourensano de Verín, García Barbón emigró a Cuba e hizo allí una fortuna. A su regreso a Galicia, nuestro prócer se instaló en Vigo, en la finca Vista Alegre. Aquí sostuvo económicamente la Casa de Caridad y financió la construcción de la Escuela de Artes y Oficios. Y su fortuna fue empleada, tras su fallecimiento, para pagar la reconstrucción del Teatro Rosalía de Castro, devastado por un incendio en febrero de 1910, al año siguiente de su muerte. El proyecto fue encargado al porriñés Antonio Palacios y, el 23 de abril de 1927, abría su telón para la representación de la opereta Madame Pompadour, a cargo de la Compañía Reina Victoria de Madrid.
Sería generoso por parte de Afundación devolver al teatro su nombre original. O, aún mejor, darle el que tuvo en primera instancia: Rosalía de Castro. Queda aquí la idea.