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Indemnizarán con 176.000 euros a una niña que perdió un ojo por la demora en las pruebas clínicas

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La víctima se hirió con unas tijeras y la sentencia concluye que los médicos esperaron tres meses a operararla cuando era algo urgente

07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El juzgado de lo contencioso-administrativo número 1 de Vigo ha ordenado al Sergas y a su aseguradora pagar una indemnización de 176.343 euros a los padres de origen luso de una niña que perdió el ojo izquierdo por demorar durante tres meses las pruebas de diagnóstico y una intervención, lo que empeoró su desprendimiento de retina. El retraso hizo inoperable la lesión y llevó a que los médicos recomendasen el vaciado del globo ocular y la colocación de una prótesis a la paciente, lo que hizo una clínica de Madrid. La resolución no es firme porque el Sergas ha presentado un recurso contra la sentencia en el TSXG.

Los hechos se remontan a noviembre del 2007, cuando la menor se hirió accidentalmente con unas tijeras en el ojo izquierdo e ingresó en el servicio de urgencias para tratar la perforación del globo ocular. Los médicos le hicieron una sutura de un centímetro. Pasada una semana, una doctora informó de que la evolución de la lesionada era favorable a pesar de que la hemorragia dentro del ojo le impedía una exploración del fondo y dio el alta a la paciente. Un mes después, la misma facultativa reflejó que persistía la hemorragia retrocristalina y recomendó una ecografía urgente del ojo bajo sedación.

A mediados de enero del 2008, pasados casi dos meses del accidente, la menor pasó una consulta preanestésica pero tuvo que esperar tres meses más para realizar la ecografía. Dicha prueba en abril reveló que había mucha sangre en la cámara posterior del ojo y detectó un aplanamiento del globo ocular. Le pronosticaron una mala evolución del traumatismo. El oftalmólogo admitió días después que una posible intervención podría suponer un empeoramiento e incluso la pérdida del globo ocular. La cirugía quedó pospuesta.

Un año después, en abril del 2009, los médicos recomendaron eviscerar el ojo izquierdo y reconstruirlo mediante un implante. En octubre, el Sergas, que carecía de experiencia en reconstrucción ocular infantil, derivó a la niña a la clínica Laiseca de Madrid, donde le vaciaron el ojo y le colocaron una prótesis.

Dado que la niña estaba en plena fase de crecimiento, tuvo que pasar revisiones para ajustar la prótesis a la órbita del ojo. En el 2012, la clínica madrileña detectó un quiste que obligó a intervenir. Los últimos informes de abril del 2017 revelan que la menor necesita el cambio de la lente esclero corneal por variaciones sufridas en la órbita anoftálmica.

El juez, tras estudiar el asunto, concluye que «se debería haber realizado la intervención al detectar ecográficamente el inicio del desprendimiento de retina». En todo caso, la operación también estaba indicada al saber que había una hemorragia persistente dentro del ojo.

Añade que se había recomendado una ecografía urgente de prioridad uno pero que se tardó tres meses en hacerla, «un retraso injustificado que devino en daños irreparables para la menor y que contribuyó a que desarrollara un desprendimiento de retina complicado e inoperable». Culpa al Sergas de perder la oportunidad de haber evitado o reducido el deficiente estado de salud de la paciente.