Los perros ya no se quedan en la puerta

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Solo en el Casco Vello hay más de una docena de locales que admiten mascotas en su interior

28 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La población canina de Vigo gana terreno en los locales de hostelería a pasos agigantados. Si hace tres años apenas llegaban a una veintena los bares y restaurantes que permitían la entrada de perros, en la actualidad la cifra se ha disparado. A falta de un censo oficial de los locales que admiten mascotas, los cálculos aproximados del propio sector apuntan que como mínimo en el centro de Vigo rondan el medio centenar. Solo en el Casco Vello ya suman más de una docena repartidos en calles como Palma, Teófilo Llorente, Abeleira Menéndez, Placer, San Vicente, Joaquín Yáñez, plaza de la Constitución y Chao. En esta última calle es donde más locales se han sumado a la moda perruna. Es el caso de Josefina Picoteo, Burla Negra o el Ferriñas.

El progresivo aumento del censo canino de Vigo (33.000 animales) tiene mucho que ver en todo esto. Esta circunstancia ha hecho que muchos locales se embarcaran en la iniciativa de forma paulatina, a medida que los clientes de siempre se iban haciendo con mascotas y demandaban un espacio para ellas.

Uno de los locales más concurridos es la taberna La Mina, en pleno centro de Vigo. Sus responsables no se lo pensaron dos veces a la hora de abrir las puertas a los canes. «La verdad, lo tuvimos claro desde el principio, antes de abrir. Los tres somos amantes de los animales, aunque no tenemos perros, sino gatos, pero somos animalistas. Tuvo muy buena acogida. Solo una vez detectamos un comentario crítico en un buscador de viajes en Internet», comenta una de las responsables del local. Claro que tienen un truco para que los perros no pasen de largo. «Como a veces les damos una lonchita, los dueños nos comentan que al pasar por aquí hacen el amago de entrar. Son vecinos de la zona y conocemos muy bien a sus perros, es el caso de Lola, Angus, Cristal o Electra». El restaurarte vegetariano Gálgala, muy próximo al Concello, es otro de los que no le hace ascos a las mascotas. Todo lo contrario. «Los perros suelen ser muy educados y se sientan tranquilos. A veces la gente que viene con ellos reserva y se la sitúa en una zona cómoda y adecuada», indican los responsables. Próximo al anterior, en Matina, tampoco tienen ningún problema en aceptar canes, «porque la gente ve que son muy tranquilos», dicen.

Pero al margen de barrio antiguo, la oferta se reparte por toda la ciudad. Plaza de Compostela (Entórem), Velázquez Moreno (El Mono Vintage Bar), Tarragona (Entre Cervezas Tienda), Paseo Alfonso (A Pola) y Urzaiz (Creperíe Bretonne Annaick) son solo algunos ejemplos.

El propio presidente de la Asociación de Hospedaje de la Provincia, César Sánchez Ballesteros, reserva una zona de su hotel y de la cafetería para los clientes con mascotas. «No tenemos una estadística, pero se advierte un cambio de mentalidad y no supone ningún problema», comenta. Reconoce que en algunos hoteles y restaurantes ponen ciertas condiciones, como un determinado peso y tamaño del animal, así como que cumpla con los requisitos legales de vacunación.

«Habitualmente los dueños saben colocarlos y no generan ningún problema de seguridad e higiene. Muchos locales han ido aceptando que los clientes habituales ahora tienen mascotas y las llevan con ellos. En otros países como Francia tienen una tradición muy perruna, están muy acostumbrados», apunta.

En Portugal se aprobó una ley a finales del pasado año que permite la entrada de perros en bares y restaurantes, mientras que en España lo regula cada comunidad autónoma. En Vigo la ordenanza municipal deja este aspecto al criterio de los dueños del establecimiento siempre que no incomode a la clientela.