Leixões batirá su récord este año con 113 escalas, frente a las 63 de Vigo, y aun así el Gobierno luso prepara un gran salto
25 mar 2018 . Actualizado a las 20:49 h.Oporto vive hoy un nuevo hito. La terminal de Leixões se estrena como puerto base de cruceros. A las ocho de la mañana vivirá, como final de trayecto, el primer desembarco de pasajeros que disfrutaron en el MSC Magnífica de un viaje desde Brasil; y a las seis de la tarde, ese mismo barco iniciará una ruta hacia Alemania. Es el sueño cumplido de la Autoridad Portuaria de Leixões. «El primero de muchos que le seguirán», en palabras de su expresidente Brogueira Dias, a quien relevó en el cargo el pasado mes de septiembre Guilhermina Rego. Esta es la encargada ahora de cumplir el plan estratégico y seguir abriendo brecha con Vigo.
No es un tema menor para el norte de Portugal, que comprueba el impacto económico que tiene en hoteles y negocios de todo el área de Oporto la presencia de estos los cruceristas. Prueba de la importancia que le está dando el país vecino es la presencia en los muelles de Matosinhos de la ministra de Mar, Ana Paula Vitorino, para presidir la ceremonia que marca el primer turnaround de cruceros (finalización e inicio simultáneo de pasajeros) que acoge el puerto luso.
La ministra anunció el pasado martes en el Parlamento que el Gobierno quiere sacar a concesión la gestión de la terminal de cruceros del Puerto de Leixões, de modo que permita «hacer los cambios necesarios para tener otro tipo de cruceros». Ana Paula Vitorino dejó claro que el Gobierno es más ambicioso porque, a pesar del crecimiento de este tipo de tráficos en el 2017, continúa «con números bajos». «No queremos tener cien escalas. Queremos 200, 300 o 400 escalas», afirmó. Para el Gobierno portugués, la nueva terminal de cruceros tiene una potencialidad enorme y debe seguir la senda que inicia hoy como puerto base.
El MSC Magnífica salió el 11 de marzo de São Paulo y fue pasando por Río de Janeiro, Búzios y Salvador de Bahía antes de cruzar el océano Atlántico y atracar en Funchal, la capital del archipiélago de Madeira. Hoy llegará a Matosinhos y saldrá hacia Hamburgo en una ruta de siete días con escalas en A Coruña, Southampton, Le Havre y Hamburgo.
Inaugurada en el año 2015, la terminal de trasatlánticos de Leixões requirió una inversión de 50 millones de euros. El objetivo era atraer cada vez más buques y cada vez más grandes. Y lo está logrando. Con creces. Este año registrará un nuevo récord histórico, con 113 escalas y más de 120.000 pasajeros. Respecto al ejercicio anterior, supone un incremento del 13 % y del 26 %, respectivamente.
De mayo a septiembre, en temporada alta, harán su escala inaugural 15 trasatlánticos y nuevas compañías como Marella Cruises, Norwegian Cruise Line y Mediterranean Shipping Company, que es la que ha apostado por el estreno de Oporto como puerto base de cruceros. «Este aumento es una excelente noticia para la región. Somos, cada vez más, una puerta de entrada apetecible para las compañías de cruceros», ha señalado la APDL, la Administração dos Portos do Douro, Leixões y Viana do Castelo.
Este empuje contrasta con la caída en picado que ha experimentado en los últimos años el Puerto de Vigo. El 2018 se cerrará con solo 63 escalas (alguna de ellas accidental por el mal tiempo, lo que maquilla las cifras), prácticamente la mitad que las del competidor vigués.
La política comercial emprendida por el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique López Veiga, no está dando frutos. Y no parece que lo vaya a hacer tampoco a corto plazo, ya que las previsiones para el año que viene son incluso peores. De momento no se produjo el sorpasso en número de pasajeros porque Vigo atraía tradicionalmente buques más grandes que Oporto. Pero las cosas están cambiando muy deprisa. El Oriana, el Ventura, el Queen Victoria, el Arcadia o el Azura son viejos conocidos de los muelles vigueses, colosos con capacidad para transportar a tres mil o más pasajeros que ya operan en los portugueses.
El Navigator of the Seas y el Independence of the Seas, ambos de la compañía Royal Caribbean, siguen parando en Vigo, lo que supone un colchón de lujo dada la pérdida de escalas. La única expectativa de crecimiento viene dada por la nueva terminal de Lisboa, aliado natural de Vigo por distancias y que gestiona un consorcio privado en el que participa, precisamente, la Royal Caribbean.
El Puerto de Leixões ha iniciado una política comercial agresiva para captar tráficos. Acaba de estar en la Seatrade Cruise Global de Miami, el mayor evento mundial de cruceros, con cifras que marean: 11.000 participantes, 700 empresas expositoras de 113 países y más de trescientos periodistas especializados. Aprovechando sus tres días de duración, los representantes del organismo luso se reunieron con responsables de las principales navieras en compañía de agentes económicos del área metropolitana de Oporto.
El plan estratégico del Puerto de Leixões recuerda en cierta medida al que se impulsó en su momento con el aeropuerto de Sá Carneiro: invertir en la mejora de infraestructuras, abrir rutas a costa de sus rivales más próximos y vender las excelencias de la segunda ciudad del país, con un gran patrimonio histórico y atractivas rutas turísticas como las del vino y el Duero.
120.000 pasajeros
Récord para este año
Pese al constante incremento, la ministra de Mar portuguesa anuncia cambios que permitirán multiplicar los números.