Usuarios del párking de la calle Venezuela denuncian que llevan dos meses sin ascensor

Llevan en torno a dos meses sin ascensor, subiendo y bajando las escaleras cargados con bolsas o con los niños a cuestas. Son los usuarios del párking de la calle Venezuela, quienes denuncian que por más que lo solicitan no les dan ninguna explicación. Las personas con movilidad reducida que tienen que desplazarse en silla de ruedas recurren a los accesos para vehículos con el peligro que ello puede representar. Ayer mismo un ciudadano con muletas trataba de sortear los peldaños a duras penas.

«Yo estoy operado de cervicales y ahora tengo que pasar otra vez por el quirófano para operarme de las lumbares y me cuesta horrores. Me parece injusto que cobren y que no den la cara. Pregunto al vigilante, pero no me dice nada, solo que está en manos de Industria», comenta un abonado. Preguntada la Consellería por este diario si existía algún problema con el elevador, no se ha pronunciado al respecto.

Además de hacer constar una queja en el libro de reclamaciones, también han dejado constancia en el Concello, pero el problema sigue sin solucionarse.

«Llevo más de veinte años abonado y pago sobre cien euros, que me da derecho a aparcar las 24 horas. Antes la vigilancia era continua, pero ahora de noche no hay y si se te queda la tarjeta atascada o te pasa algo, a ver cómo entras o sales, te hacen llamar no sé si es a Toledo o adónde», se lamenta el mismo abonado. Advierte que hay mucha gente mayor que lo utiliza y que lo pasa muy mal.

Una de ellas es Esperanza F, vecina de Vigo que acudió ayer con su hija al aparcamiento sin saber que el ascensor no funcionaba. Se enteró cuando vio el cartel que avisaba en la misma puerta. «No solemos aparcar aquí, pero deberían avisar antes de entrar porque si no, no dejaba el coche. A mi madre le cuesta subir las escaleras y no nos imaginábamos que no tendría ascensor. Además solo tiene uno. No sé si será legal estar sin ese servicio», se queja la hija.

Tampoco avisan por teléfono, si llama algún posible abonado para conocer sus prestaciones. Uno de los clientes se queja de la dificultad de unirse todos los abonados para interponer una queja conjunta, porque la mayoría no se conocen. «Si pudiéramos unirnos presentábamos una denuncia todos y así haríamos más fuerza, pero de uno en uno es más difícil. Yo voy a ir al Concello y a la Xunta a comunicárselo en persona. Por teléfono o Internet no soluciono nada», comenta.

Las quejas no solo se limitan al ascensor, sino que se extienden a otros detalles del aparcamiento, como las paredes desconchadas con humedades y la eliminación de baños. «Los de la parte de abajo están cerrados», dice un usuario. Razona que mientras no se solucionan todas esas faltas deberían rebajar el precio en lugar de seguir cobrando lo mismo. «Seguro que si dejo de pagar me denuncian y sin embargo, a ellos no les pasa nada. Deberían controlar más los aparcamientos públicos», apunta.

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