El legado de Berta Cáccamo viaja de Vigo a Cambados mientras busca destino

El inesperado fallecimiento de la artista Berta Cáccamo (Vigo, 1964-2018) fue un mazazo para el que su entorno no estaba preparado. Su desaparición afligió profundamente al sector artístico, allegados y seguidores de su obra. Como Berta no tenía previsto morirse, había comprometido una exposición en la sala del Pazo de Torrado, deber que no pudo cumplir pero que ahora, año y medio después de su desaparición, se hace realidad de la mano del comisario Juan de Nieves y de su hermano Pepe Cáccamo. «La muestra que mañana se inaugura tendría que haberse celebrado en verano del año pasado, pero cayó enferma al poco tiempo y ya no pudo casi ni empezar a prepararla», cuenta. El comisario explica que, cuando empezaron a gestionar el legado y a poner un poco de orden, comenzaron también a recibir algunas peticiones de instituciones para mostrar su trabajo. Entre ellos, los responsables del pazo que gestiona el Concello de Cambados. «Nos preguntaron si queríamos seguir con la idea aunque ella ya no estuviese, aceptamos por seguir su deseo y nos planteamos el reto de tener que hacer una exposición de un artista que ya no está, y no que no está como uno del pasado, sino como alguien que estaba en plena madurez creativa, lo que exige una estrategia curatorial diferente, lo que supone tomar decisiones que no sabes si ella tomaría», apunta.

Afortunadamente para este entendimiento unidireccional, la relación de Juan de Nieves con Berta Cáccamo era muy estrecha; primero profesional, aunque nunca llegó a comisariar ninguna exposición suya en vida; y luego, amistosa. Se remonta a mediados de los años 90, mientras él forma parte del primer equipo del CGAC en Santiago y ella está en plena eclosión como artista, de vuelta a Galicia tras sus estancias en París, Barcelona y Roma.

De Nieves se encuentra con el legado de su amiga en sus manos porque, según cuenta, la familia actuó muy rápido, «con dolor e inteligencia», para preservar su trabajo. «Consensuaron nombrar a Pepe Cáccamo como representante, ya que además es el que estaba más próximo a ella como creador; y deciden nombrar a dos albaceas, al crítico Carlos Bernárdez y a mí, que acepto encantado esa responsabilidad», resume.

Los responsables empezaron por lo más urgente: reunir la obra de su propiedad disgregada entre su estudio de Coruxo, su casa y las galerías con las que trabajó y, sobre todo, rescatar el archivo, «que es enorme», advierte enumerando desde cientos de cuadernos de trabajo, archivo fotográfico, documental y correspondencia personal que ocupa alrededor de medio centenar de cajas, además de unos 200 cuadros y más de mil dibujos.

Patrimonio de todos

En esa tarea los responsables del legado acabaron una primera fase de clasificación, que no de catalogación, labor que vendrá después tras su traslado a un nuevo espacio en Vilaboa donde se conserva en mejores condiciones de las que estaba. «A partir de aquí empieza un trabajo que hay que definir cómo y quién lo hace, y que incluiría la obra en colecciones públicas y privadas, que también es enorme», subraya.

El comisario tiene claro que es algo que no solo exige dedicación plena, sino un presupuesto, tiempo y medios. «Nosotros aún no hemos golpeado ninguna puerta institucional para continuar, aunque sí hemos tenido alguna primera aproximación con la Xunta de Galicia, ya que pensamos que un Gobierno tiene que ser responsable del patrimonio cultural de su país. En este caso es privado, pero por la importancia del legado artístico de Berta, debería ser público y para serlo se necesitan una garantías», manifiesta añadiendo que podría ser también el Concello de Vigo «o cualquier institución pública que garantice rigor, presupuesto y seriedad».

Respecto a la fórmula más adecuada de la propuesta, opina que habría que estudiar lo más adecuado, si a través de una fundación pública, para expertos o con una parte expositiva.

Redescubrir a Berta Cáccamo

Para empezar a redescubrir a Berta Cáccamo, la exposición que mañana se inaugura en el Pazo de Torrado, Enteiramente pintado. Rexistro dun percorrido vital, hace referencia a un dibujo que tiene mucho que ver con la concepción que tenía de la pintura. Es una selección de 40 cuadros que recorre las etapas importantes de su trabajo e incorpora algunos de sus cuadernos, cruciales en su proceso creativo.

Además, incluye dibujos inéditos y varios objetos, artefactos que no exponía habitualmente y no sabemos si querría, aunque sí mostró alguno antes, y otros sin voluntad artística. «Son hallazgos, piezas de esa parte fetichista que todos tenemos por su valor emocional que en el caso de un artista, dicen mucho de su proceso creativo», reflexiona el comisario.

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