El colectivo, que ha trabajado día y noche, extrema la seguridad
16 may 2020 . Actualizado a las 10:37 h.Aunque este año no lo puedan celebrar como acostumbran, los panaderos y pasteleros tienen su día de reconocimiento. Y bien lo merecen. Hoy es San Honorato, patrón del sector que llega en plena alarma sanitaria, con los locales trabajando sin descanso para el público desde que estalló la crisis. Como esenciales, tuvieron que ser de los primeros en adoptar medidas de seguridad y protección, sin poner en riesgo a nadie. Sus locales han permanecido abiertos durante todo el confinamiento y no pocos han instaurado el servicio a domicilio en los últimos dos meses.
La Asociación Provincial de Panaderos y Pasteleros (Aproinppa), con sede en Vigo, se ha visto obligada a cancelar su fiesta de cofraternización, pero prometen recuperarla «con más fuerza y unión». Muchos establecimientos lucen hoy unos carteles recordando quién es el patrón y animando al consumo de un alimento básico.
En la medida de sus posibilidades, la asociación también se ha preocupado en las últimas semanas por repatir material de protección. Tratándose de un gremio que manipula productos listos para el consumo, cualquier precaución es bienvenida. El uso de mascarillas, guantes y viseras para hacer frente al covid-19 se ha generalizado entre los panaderos. También tienen sus propios proveedores para la protección higiénica. El interés es sanitario, pero demuestra que existe calidad en el producto y calidad en el servicio.