
«Estará todo agotado a mediados de julio», avanza el dueño de Bici O Con, Andrés Cachada
27 jun 2020 . Actualizado a las 03:11 h.Las bicicletas son para el verano, más que nunca. El título de la obra maestra de Fernando Fernán-Gómez ambientada en la Guerra Civil, adquiere una nueva dimensión en la que se lucha contra el covid-19. La bicicleta se erige como la alternativa al transporte público más demandada y, tanto en Vigo como en su área metropolitana, «se agotan las existencias». Responsables de las principales tiendas con sede en la ciudad olívica, como Bici O Con, confirman que, en muchas, ya no hay stock. Su dueño, Andrés Cacheda, corrobora «un bum sin precedentes», que hace que los vigueses estrenen el verano pedaleando.
«Nunca hemos vivido nada así. Hemos tenido colas de más de cien personas al día para intentar comprar una bicicleta, es una locura y los almacenes ya están vacíos», indica Cacheda. La demanda evidencia que la crisis no afecta a todos los sectores por igual y que en el de la bicicleta, en concreto, ha tenido un efecto positivo hasta cuadriplicar las ventas.
En el taller de Bici O Con, solo pueden aceptar ya el 30 % de lo que les entra «porque colapsaríamos». «Ni siquiera vendemos ya On-line porque queremos que nuestro stock quede aquí para favorecer también a los talleres, pero vienen clientes de toda Galicia y no estamos acostumbrados a decir que no hay», apunta Andrés Cacheda.
El gerente de Bici O Con indica que ellos incluso reforzaron los pedidos con antelación al advertir que los almacenes estaban quedando vacíos. «Ya en la crisis del 2008 hubo un repunte, pero nada parecido. A estas alturas de año deberíamos tener un millar de bicicletas pero solo tenemos 200 y, para las 170 del nuevo lote que ya está pedido, tenemos una lista de espera de 300 personas, por lo que creo que, en Vigo estará todo agotado e mediados de julio», avanza el experto dando ya por perdida la campaña de Comuniones. «Para esa franja de edad deberíamos tener 2.000, pero en estos momentos no llegamos ni a 115. Esto no es normal», dice.
Los talleres doblan horas para arreglar viejas máquinas que han salido de los trasteros
En la explosión en el interés por la bicicleta imperan la idea de reducir al máximo los riesgos de contagio en el transporte público y unos hábitos que se iniciaron el fase que se permitió salir a practicar deporte. «Hubo mucha limpieza de trasteros y los talleres trabajan sin descanso para arreglar viejas máquinas. Con más tiempo libre, la gente quiere hacer deporte y, a la vez, desplazarse sin depender de los servicios públicos», apunta el sector. «Hay talleres de reparaciones que trabajan incluso a puerta cerrada porque no les llegan las horas del día», confirman.
Todos los negocios del sector reabren con éxito. En Bici O Con, donde no queda nada de segunda mano, solo admiten la compra presencial y han pasado de vender 10 a 25 por día, ya no tienen nada por menos de 490 euros. Para SportPasión, especializados en bicicletas eléctricas, tampoco hay techo. «Es una locura desde que abrimos. Los proveedores ya no tienen mercancía, tenemos entregas ya solo para finales de julio o agosto y, para algunas hay que esperar a diciembre», explica Samuel García, responsable de ventas quien, al igual que Bicicom apunta que no hay bicis en toda Europa. En su caso han pasado de vender una venta al día a unas cinco por jornada. «Lo que más sale es la gama media, de entre 4.000 y 5.000 euros, más la deportiva que de ciudad y nos llaman desesperados desde toda España», afirma García.
La fiebre de la bicicleta y de los patinetes eléctricos no entiende de edades ni sexos aunque despunta ligeramente la demanda entre los hombres. «Aún tenemos algo pero poquito. Hemos agotado las bicis de primeros precios y es muy difícil encontrar nada por debajo de los 1.500 euros. El confinamiento despertó hábitos saludables y las marcas no contaban con esto», suma Marcial Rodríguez, de Que bici.
