Ya no queda ni rastro de la discoteca más antigua de Samil

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La piqueta hace desaparecer por infracción urbanística uno de los locales que más veces ha cambiado de nombre en Vigo y que nació en los 60? como Riomar

27 oct 2020 . Actualizado a las 00:37 h.

Riomar, sala de fiestas Samil, Río Beach Club, Vamos a Publicidad, Public Samil, BOE, Mimbre's Pub, Samil Puente, Alma n'Globe, Paladium, La Carpa, Olimpo o asador Fado Samil son algunos de los carteles con los que en las últimas seis décadas se ha intentado atraer la atención y clientela en el número 101 de la avenida de la playa viguesa. Posiblemente las instalaciones levantadas en los 1.403 metros cuadrados acotados entre el paseo del Lagares, la avenida de Samil y la rúa do Río se hayan hecho acreedoras del título de establecimiento con más negocios montados en su interior. Pero desde esta semana ya no queda nada en la parcela. Solo parte del material con el que lo acondicionó el último empresario y el perfil de la piscina que daba la bienvenida a la diversión nocturna.

La piqueta acabó esta semana con el armazón metálico que sostenía parte de la cubierta con la que se acabó cerrando de manera ilegal la totalidad de la parcela. La Agencia de Protección de la Legalidad Urbanística de la Xunta ejecutó la orden de demolición dada a los propietarios al haberse excedido en el aprovechamiento de la parcela y haber cambiado la actividad por la que obtuvo licencia en 1983. De 344 metros cuadrados edificados se pasó a 1.403 sin permiso, según los informes municipales y el dictamen que en el 2014 puso fin a una larga sucesión de negocios que tuvieron en la noche su principal ámbito de negocio.

Primero, cabaré

Fue escenario de la más antigua discoteca de Samil, el cabaré Riomar, que ya en los sesenta hacía disfrutar a los que entraban e incluso soñar a los que se imaginaban el tipo de espectáculos que podían celebrarse en su interior. «Manolito Soler, la voz que acaricia», rezaba el eslogan de uno de los artistas locales más afamados que pasaron por el establecimiento ubicado entre el río y el mar y que le daba un toque personal a las más clásicas coplas. Junto a Brasil y Fontoria, Riomar formaba el triángulo de la oscura noche viguesa de los setenta. Entonces, las espartanas construcciones levantadas en su interior ocupaban apenas el 25 % de la finca que enlaza la avenida de Samil con la rúa de Canido.

CAPOTILLO

Y en los ochenta no formó parte del itinerario que marcaba La Movida, pero en su interior llegó a promocionar su trabajo y algún producto más una década después artistas como Alaska. También se convirtió desde 1999 y hasta el 2005 en sede de los concursos de belleza promovidos por la desaparecida revista Interviú. Hasta 2.000 euros del 2004 se llevó la ganadora del certamen, cuando el establecimiento vivía sus últimos suspiros de notoriedad como Public Samil. Los integrantes de las primeras ediciones de Gran Hermano se mezclaban como atrezo y reclamo para volver a atraer público a las fiestas que martirizaban a los vecinos de la zona.

Estos fueron los que tras numerosas quejas promovieron el fallo que acabó condenando a la piqueta al último vestigio que intentó sin éxito volver a levantar la fama del local. Un asador de comida portuguesa, Fado Samil, que se transformaba por las noches en la discoteca Olimpo, recibieron el último testigo, aunque en el vecindario se asegura que en realidad los dueños fueron siempre los mismos, aunque las sociedades, los nombres de los locales y sus actividades se fueran adaptando a los tiempos.

La actividad cesó por orden municipal el 22 de mayo del 2014 y desde entonces los sucesivos armazones con los que se fue cubriendo la parcela quedaron expuestos al abandono.

Calificado como zona verde y con suelo no urbanizable, sus posibles usos quedan completamente limitados para la iniciativa privada.