Los edificios oficiales de Vigo hacen agua

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La lluvia pone en evidencia los defectos estructurales de las construcciones y el escaso mantenimiento

15 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca llueve que no escampe. Es el refrán que deben de aplicar las administraciones a juzgar por las goteras y filtraciones de los edificios públicos que renacen cada vez que arrecia la lluvia. La mayoría se vienen repitiendo de forma intermitente desde hace tiempo, aunque el problema se agrava cuando las trombas de agua no dan tregua, como sucede en la actualidad.

Las imágenes más repetidas de cubos recogiendo goteras se muestran en el Concello y en el museo Salinae, de Rosalía de Castro. En el primer caso, el agua se deja ver por varias zonas del edificio empezando por la entrada o lonja municipal. También discurre por la primera planta destinada a la alcaldía, en concreto por el pasillo que conduce a la sala de plenos, salpicado de agua y recipientes. En plantas como la quinta, donde se encuentran las sedes de los sindicatos, la filtración de agua por las ventanas es tal que obliga a los trabajadores a inventar todo tipo de tretas para zafarse y a colocar papeles en el suelo para evitar resbalones.

La solución no debe ser fácil en ninguno de los casos teniendo en cuenta los años que lleva el inmueble municipal con este problema, achacado generalmente a aspectos estructurales.

M.MORALEJO

 Estructura

A esos mismos achaques en la estructura se deben las goteras y filtraciones que se producen en el museo de las Salinas, junto al centro de salud de Rosalía de Castro. No hay más que echar un vistazo al escaparate para observar la fila de cubos destinados a recoger el agua.

El problema se ha intentado atajar, pero la realidad demuestra que con poco éxito, ya que la imagen se repite cada cierto tiempo. Las filtraciones afectan a una de las plantas, la superior, en la que están situados el recibidor y un ascensor. Por suerte los chaparrones no llegan a la zona inferior, donde se encuentra la sala de exposición, que se libra del agua.

El también conocido como Centro Arqueológico del Areal Salinae, perteneciente a la Fundación Museo do Mar y ambos dependientes de la Xunta, vivió hace un par de años una situación similar.

Otro de los casos más flagrantes es el del Conservatorio Superior de Vigo, situado en O Castro.

M.MORALEJO

Las goteras y las humedades han regresado y los usuarios urgen que se solucione el problema ante el perjuicio que supone para su salud, al margen del ocasionado al material.

Los alumnos denuncian que resulta imposible tocar los instrumentos en esas circunstancias y piden a la Xunta que afronte una reforma integral del edificio y un mayor mantenimiento para que no se repita esta situación todos los cursos.

El año pasado por estas mismas fechas ya sufrieron las goteras y se manifestaron para denunciar la situación, algo que no descartan repetir. En aquel momento fuentes de la Xunta aludieron a la antigüedad del inmueble y a las sucesivas reformas, lo que, según decían, dificultaba identificar de forma rápida el origen de las humedades.

Los pabellones de deportes municipales son también puntos sensibles a la humedad. En algunos se han adoptado medidas para esquivarla, pero el agua se vuelve a colar. As Travesas es uno de los ejemplos en uno de sus pabellones, como también lo son las instalaciones de Navia, donde entra agua por las claraboyas, y las de Candeán. Estas últimas, pese a ser relativamente nuevas. En el pabellón de Balaídos la situación llega al extremo de tener que anular partidos por estar anegado, y en el de Bouzas una de las consecuencias de la humedad es que levanta el suelo de madera.

Mención aparte merecen las pistas de atletismo, al lado del estadio de Balaídos, un ejemplo habitual de inundación que lleva a los deportistas a buscarse otras alternativas. Es lo que les sucede a los opositores a policías locales y bomberos, que acuden a prepararse a las pistas de O Morrazo, en mejores condiciones. El desaguisado se completa con unos vestuarios a los que no les falta detalle: lluvia, grietas...

En el Museo de Arte Contemporáneo, Marco, donde también hicieron acto de presencia goteras y filtraciones, el Concello ya ha iniciado las obras para solucionar el problema. En este caso resultó afectada la planta baja obligando a trasladar todas las exposiciones a la primera, donde permanecen en la actualidad.

El hecho de que las plantas no estén divididas provocaba que las filtraciones desde la cubierta llegaran hasta la parte inferior. La idea es poder retomar las exposiciones en esa zona una vez concluidas las obras, en el primer trimestre del próximo año. El deterioro del edificio se aprecia también en el exterior con varias zonas de la fachada desconchadas. Esto obligará a repensar la necesidad de un mayor control sobre el mantenimiento.

También se está interviniendo en el instituto Santa Irene para, entre otras reformas, acabar con las goteras.

Otro edificio que tendrá que pasar por una rehabilitación a fondo es el que acoge la sede de la federación de vecinos de Vigo, en la plaza de la Princesa. La gota que colmó el vaso han sido los desprendimiento en la fachada, lo que ha llevado al Concello a tomar la determinación de vallar el inmueble y a decidir su rehabilitación. Con tal motivo la federación tendrá que abandonar las dependencias municipales que se encontraban plagadas de humedades y en una situación penosa. El Concello no había ejecutado obras de mantenimiento y la federación carecía de medios para afrontarlas al suprimirle el Ayuntamiento las ayudas.