
Hasta 6 locales encienden sus planchas para servir el dulce belga a colas de clientes
03 ene 2021 . Actualizado a las 12:23 h.Poco podían imaginar los reposteros belgas que esta Navidad, en plena pandemia, los vigueses iban a sufrir una fiebre por los gofres, el dulce nacional de los Países Bajos. El barquillo caliente y crujiente cubierto de chocolate, nata o nutella vive un bum en la milla de oro de Vigo. Seis establecimientos han encendido sus gofreras para atender a las colas de clientes que se forman en la supermanzana peatonal integrada por la calles Príncipe, Policarpo Sanz y la Porta do Sol. Hay una guerra de ofertas con gofres artesanales y sabores gourmet. «Los piden mucho ahora», admite un camarero.

Jorge Santiago, conocido como el Capitán Filloa, explica que este dulce funciona «muy bien ahora» pero solo por las tardes y en los días buenos. «Si vas con paraguas, nadie lo pide», dice. Cree que, tras un verano «muy parado» en la restauración, muchos locales apostaron por añadir a su carta estos dulces, más propios de eventos, mercadillos o bodas.

El Capitán Filloa se asoció con La Centralita y ahora despacha crepes y gofres en su puesto de la Porta do Sol. Lleva siete años en esta especialidad y es un asiduo en la fiesta de A Reconquista. «Los rellenos que triunfan son la nutella, la nata y los frutos», dice.
El bum del gofre arrancó la pasada Navidad cuando la tienda de Los Gofres de Príncipe reabrió el 22 de diciembre. El olor de estos dulces impregnó la infancia de los millenials y la generación Z de Vigo. Ahora, tres empleados trabajan a destajo en las gofreras para despachar a diario a una enorme cola. Hay tardes donde se apiñan 60 clientes en la calle y debe apostarse un voluntario municipal de chaleco amarillo para vigilar que guarden la distancia de seguridad por el covid. El local también sirve helados pero el público sigue fiel al tradicional dulce belga recubierto de chocolate y nata. Los precios oscilan entre 2 y 2,5 euros.
Al doblar la esquina, en la calle Velázquez Moreno, la heladería Capri ha plantado en la entrada tres planchas para servir gofres elaborados por La Torta. Oferta sabores de sirope o nutella, con chocolate, toffe, fresa, caramelo, nata montada y helado.
Otro local, Burbujea Te, especializado en zumos y desayunos con cereales se ha sumado a la moda del gofre. Está en la esquina del museo Marco y, ayer, una quincena de clientes hacían cola. Y es que el cliente se pirra por los barquillos con topings (rellenos).

En la Porta do Sol, tres locales han encendido sus gofreras en estas fiestas. Al Alba lo ha añadido a su carta. La cafetería La Contenta, sita en los soportales de la plaza de la Constitución, abrió hace diez días un puesto en Sol que anuncia gofres belgas artesanales a 2,5 euros. Ofrece topings de nocilla o nutella y siropes de vainilla o frutos rojos. La novedad son sus gofres gourmet de galletas Oreo, Kit Kat, crocanti y frutos del bosque. Al lado, sirve el Capitán Filloa.