Estos son los tesoros del área de Vigo que cada vecino puede redescubrir

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

En Tui o en Cangas, en Redondela o en Nigrán, basta un viaje interior, sin ningún tipo de restricciones, para encontrar la mejor arquitectura, los monumentos ante los que casi nadie se para y los árboles que dan vida

14 feb 2021 . Actualizado a las 01:54 h.

La movilidad está actualmente limitada en Galicia al interior de los municipios y en una franja horaria limitada por el toque de queda a las diez de la noche. A pesar de estas restricciones, es una ocasión ideal para que cada vecino explore tesoros de su concello que quizás antes de la pandemia le pasaban desapercibidos o a los que lleva tiempo sin prestar atención. El patrimonio natural, histórico o arquitectónico es amplio en el área de Vigo.

Oscar Vazquez

En Redondela, por ejemplo, hay un sinfín de pazos, casas nobles, iglesias y otros elementos, pero, frente a otros ayuntamientos, tiene la peculiaridad de presentar una dimensión aérea representada por sus dos puentes férreos. Uno de 1876 y otro de 1884, una vez restaurados, siguen siendo una joya de la ingeniería. Como también lo es Coto Wagner, el embarcadero de minerales situado en Rande, que comparte espacio con el cercano castillo que vio la batalla de 1702.

No disponible

El escritor Domingo Villar, en su última entrega del inspector Leo Caldas, nos redescubrió la iglesia románica de Tirán, en Moaña, donde transcurre parte de la trama del libro El último barco. Los moañeses tienen una buena ocasión ahora para valorar más parte de su patrimonio.

XOAN CARLOS GIL

En el municipio de Cangas, sus residentes pueden apreciar con otros ojos el esplendor fabril de otros tiempos acercándose a Massó, una factoría que ha entrado en la lista roja de patrimonio. O también sumergirse en el singular bosque encantado de Aldán y apreciar el monumental acueducto que proporcionaba agua a la torre de Aldán.

M.Moralejo

En A Guarda, pueden presumir de tener uno de los asentamientos urbanos más antiguos de Galicia. Pero la villa no solo puede exhibir el Trega, en el casco urbano y sus alrededores se puede seguir la huella de la arquitectura indiana que levantaron los guardeses emigrados, con fortuna, más allá del Atlántico, especialmente a Puerto Rico.

Los molinos tienen mucha presencia en el folklore gallego. Su abundancia es grande por todo el territorio, pero en pocos sitios se aprecia su abundancia como en el conjunto del río Folón, en O Rosal.

Baiona es uno de los grandes núcleos turísticos gallegos y su centro urbano atesora mucha historia, pero, si se va a Cabo Silleiro, se puede contemplar la bravura del océano. Junto al mar está el faro que alumbró la entrada a la ría de Vigo. Hay un proyecto para convertirlo en un hotel. Se completa la oferta de la zona con la red de túneles que acogieron hace década una batería de artillería de costa.

ÓSCAR VÁZQUEZ

Durante el siglo XVII, el Miño fue un auténtico frente de guerra entre españoles y portugueses. De aquellos momentos quedan varios elementos de arquitectura militar en distintos estados de conservación. Uno de ellos es la fortaleza de Goián, en Tomiño. En los últimos años ha sido en parte recuperada, aunque todavía queda mucho que hacer.

Oscar Vázquez

Tui es un todo histórico. El recorrido atento por su casco histórico ayuda a descubrir un rico y largo pasado. La catedral, con formas de fortaleza, requiere un momento más amplio que el resto del recorrido. Merece el desplazamiento, de momento solo para los tudenses, hasta el monte Aloia para disfrutar de la naturaleza en el parque natural más antiguo de la provincia.

Aunque ahora no se pueda acceder al interior del Museo do Viño de Salvaterra, sí puede hacer el vecino del municipio un ejercicio de imaginación para comprender las tensas relaciones que en el pasado hubo con la otra orilla del Miño.

El paso de orilla en el río Tea dio origen a Ponteareas. Son varios los puentes que cruzan el cauce, pero el de As Partidas, en la parroquia de Moreira, es especialmente bello, tanto por sus cuatro arcos como por el paraje donde se levanta.

La parroquia de Cans, en O Porriño, está asociada al cine, pero durante el resto del año es una apacible aldea que merece atención.

Gondomar es también rico en patrimonio, en el que tanto se puede apreciar la arquitectura pacega y petroglifos de hace cuatro mil años, como el conocido como Auga da Laxe, que además da nombre a un instituto de la zona. Ya en el vecino Nigrán se encuentra el templo votivo diseñado por Antonio Palacios, a cuyo lado hay un arco visigodo.

Joyas botánicas de más de 150 años

Hay varios municipios en el área de influencia de Vigo que tienen la suerte de contar con algún ejemplar de los 50 árboles catalogados como singulares en la provincia de Pontevedra. Los habitantes de Mondariz pueden acercarse al lugar de A Portela y apreciar un carballo de más de 35 metros de altura que está presente en el folklore local. No muy lejos de allí, está el pino de Alxén, en Salvaterra, uno de los de tipo marítimo más altos de Galicia. Quien viva en Oia puede acercarse a la sierra de A Groba, en Viladesuso, para ver los alcornoques de Faro, una de las escasas masas de este árbol existentes en Galicia. En Alvarín, en la parroquia porriñesa de Atios, un fresno de hoja estrecha nos sale al paso en la carretera, reivindicando, sin complejos, su imponente presencia. Los vecinos de Soutomaior son quizá los más afortunados porque sin salir del castillo pueden contemplar cuatro árboles singulares. Desde la araucana chilena de 150 años hasta un camecíparis de Lawson, pasando por otra centenaria criptomeria japonesa. Redondela tiene varios ejemplares singulares en los pazo Torres de Agrelo y Torrecedeira, así como los boj de la isla de San Simón.