Un alto funcionario del Ayuntamiento de Vigo irá a la cárcel por enchufismo

J. R.

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El Tribunal Supremo le impone una pena de 5 años y 3 meses a Francisco Javier Gutiérrez Orúe, que era jefe de Participación y Atención Ciudadana

15 ene 2022 . Actualizado a las 20:02 h.

La Sala II del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 5 años y 3 meses de prisión impuesta por la Audiencia de Pontevedra a un funcionario del Ayuntamiento de Vigo por un plan urdido para la contratación oculta de la cuñada de Carmela Silva, actual presidenta de la Diputación de Pontevedra y teniente de alcalde del Concello de Vigo, y entonces igualmente integrante de la Corporación municipal.

Francisco Javier Gutiérrez Orúe, que era jefe de Participación y Atención Ciudadana, dentro de la Concejalía de Promoción Económica, Empleo y Participación Ciudadana del Concello de Vigo, cuando sucedieron los hechos, es considerado responsable de un delito continuado de prevaricación en concurso medial con un delito continuado de malversación de caudales públicos y otro de falsedad en documento mercantil. También es condenado a inhabilitación absoluta por el período de 9 años y 1 día. 

El Supremo ratifica también la condena a Ramón Comesaña Alonso, administrador de la empresa Imesapi, como autor de un delito continuado de falsedad de documento mercantil, en concurso medial con un delito continuado de malversación de caudales públicos, y como cooperador necesario, concurriendo en este acusado las atenuantes de dilaciones indebidas y analógica de colaboración, a las penas de 1 año y 6 meses de Prisión e inhabilitación absoluta por el período de 2 años y 6 meses.

Ambos acusados deberán indemnizar conjunta y solidariamente al Concello de Vigo, en la suma de 108.147,22, más los intereses procesales del artículo 576 de la LEC, con declaración de responsabilidad civil subsididaria de Imesapi. La contratación al margen de los sistemas legales de oferta pública de empleo se hizo con la colaboración de Comesaña y la cobertura que suponía la entidad Imesapi, empresa que mantenía relaciones habituales con el Concello, según los hechos probados.