El nuevo jefe de la Policía Local de Vigo ordena a los agentes que trabajen más
VIGO CIUDAD

Avisa de que se va a vigilar el cumplimiento horario antes de pagar las extras
08 ago 2022 . Actualizado a las 23:47 h.Francisco Martínez ha dejado la jefatura de la Policía Local de Vigo tras diez años en el puesto y la complicidad del gobierno local. Paco se ha prejubilado a los 65 años y se ha ido en silencio, con una cena de despedida a la que acudieron sobre 50 compañeros, algunos jubilados, de los más de 327 funcionarios en activo en el cuerpo. Le sustituye Alberto Carballo, intendente igual que Martínez, que no ha tardado en pasar página e iniciar una etapa nueva en la Policía Local. La primera novedad ya figura impresa en las dependencias municipales, lleva la firma de Carballo e implica sumar entre 30 y 40 minutos a cada jornada laboral.
La medida, dice el escrito, está avalada por el departamento de Recursos Humanos del Ayuntamiento. Se ha difundido para su cumplimiento a las pocas horas del cambio del máximo responsable de la Policía Local. El documento recuerda en su primera línea que la carga anual de cada agente es de 1.642 horas y que de no alcanzarse es imposible «solicitar compensaciones por horas realizadas por prolongación de jornada». Cita igualmente un informe interno de abril, que establece la obligatoriedad «de computar la entrada al servicio con antelación suficiente para, por ejemplo, vestir uniforme, recoger dotación (chaleco de autoprotección, PDA impresora, emisora, teléfono o llave de patrulla)».
También se puntualiza que «a la finalización de la jornada ha de devolverse todo ese material para que pueda utilizarlo el turno entrante, a lo que hay que añadir el cambio de vestuario de uniforme reglamentario a ropa de paisano para el abandono de turno». Todas estas «imprescindibles tareas» se calcula que «suponen entre 30 y 40 minutos por encima de las ocho horas de servicio policial efectivo». Respetando la nueva instrucción, añade la carta dirigida a la plantilla, «se podría estar cumpliendo por los efectivos de este servicio la jornada anual de 1.642 horas».
Los funcionarios son advertidos igualmente de que las jornada de trabajo de cada funcionario se registran electrónicamente, «incluso las matrículas de nuestros vehículos cuando entran al garaje del Ayuntamiento». El escrito también subraya que algunos funcionarios llegan ya superado el inicio de cada turno (6.30 horas, 14.30 y 22.30); por eso, el nuevo jefe de la Policía Local advierte de que el inicio y final de cada servicio por parte de cada trabajador se «podría cotejar con los abonos de horas extras y descubrir que existe un ingreso percibido indebidamente».
El relevo de Francisco Martínez fue inevitable. Explican en la plantilla que la sintonía entre él y el gobierno local seguía siendo buena; pero que al cumplir los 65 años, no había otro remedio. Las fuentes consultadas en el cuerpo añaden que se hizo alguna gestión para buscarle un acomodo, hasta finalizar los diez meses de mandato municipal, pero administrativamente era inviable. La relación entre él y su sucesor es cordial y añaden veteranos de la Policía Local que Carballo ya se postuló para el puesto de jefe en el 2012, cuando se optó por Martínez. Este último contó siempre con el apoyo del SICO, mientras que su sustituto, añaden compañeros de ambos, empatizó más con la UGT. Carballo, según testigos al encuentro, no acudió a la cena de despedida del jefe saliente.
Menos agentes, más tensiones
De la gestión de Francisco Martínez al frente de la Policía Local de la primera ciudad de Galicia destacan diferentes episodios. La gestión interna de la plantilla por encima de todo: actualmente la forman 268 funcionarios de plaza fija, y 59 en prácticas. Hace una década se acerba a los 400 agentes. Esa merma ha condicionado mucho los horarios y ha causado tensiones internas, que hereda el nuevo responsable. Martínez tampoco dudó en pleitear contra el Concello mediante un contencioso administrativo para lograr 45.133 euros y perdió.
Una de las personas de confianza del nuevo jefe será su hermano, funcionario como él, pero con la categoría de inspector principal, un rango menor.