
Retiran decenas de ejemplares cada sábado con voluntarios
05 sep 2022 . Actualizado a las 00:45 h.La comunidad de montes de Teis ha declarado la guerra a las acacias en A Madroa. Cuenta con un ejército de voluntarios que dedica los sábados por la mañana a eliminarlas. En cada jornada, liberan entre 70 y 90 metros cuadrados de superficie de esta especie invasora.
Desde las nueve de la mañana hasta las doce del mediodía, comuneros, vecinos del barrio y ciudadanos de otras zonas de la ciudad trabajan juntos para retirar una especie que se extiende con rapidez y no deja espacio para que se puedan desarrollar los árboles autóctonos. Son personas comprometidas con el medio ambiente que prestan su tiempo y esfuerzo de forma desinteresada. «Lo hacemos como una afición», señala Cristina, una de las voluntarias.

Ayer se centraron en la franja de terreno situada junto al campo de fútbol de Sampaio para crear una zona de seguridad en cumplimiento con la Ley de Incendios.
El presidente de la comunidad de montes, Eduardo García Crespo, señala que están priorizando la limpieza junto a infraestructuras y espacios urbanizados porque así lo marca la ley desde los incendios de 2017. Los voluntarios trabajarán la próxima semana en la ampliación de las franjas de seguridad de la urbanización Altavista.
Casi todo el trabajo que llevan a cabo es manual. Primero desbrozan toda la maleza para descubrir las acacias y cortarlas. Posteriormente extraen el tocón valiéndose de un tractor. Se trata de un trabajo que hacen exactamente igual en el resto del monte con el objetivo de recuperar el bosque autóctono. Ya han conseguido erradicar bosques cerrados de acacias en amplias superficies forestales en las que ahora se desarrollan abedules, castaños, robles o cerezos. Al pie de la urbanización y del campo de fútbol de Candeán ya está el terreno consolidado y la acacia controlada.


El secretario de la comunidad de montes, Manuel Lopes, señala que la clave es crear bosques de especies autóctonas que no permitan pasar la luz para que las acacias no se regeneren. Un ejemplo se encuentra junto al acceso a Vigozoo, una zona donde antes imperaba la acacia y donde, hoy en día, un espeso bosque de árboles autóctonos se extiende varios kilómetros. La repoblación permitió la vuelta de la fauna silvestre y de especies en peligro de extinción como el ciervo volante o vacaloura (Lucanus cervus).

Problema heredado
El presidente comunal afirma que el problema de las acacias lo heredaron de un proyecto de plantación experimental emprendido por el Concello de Vigo en 1976. En aquella época había mucha demanda de madera para la construcción y valoraron que la de la acacia podía ser rentable. Una vez que comprobaron que no valía, dejaron las plantaciones abandonadas en lugar de retirarlas para impedir su expansión descontrolada.
La comunidad de Teis está embarcada en un proyecto de lucha contra el fuego con alumnos del Instituto O Castro y próximamente recibirán la visita de periodistas alemanes para grabar un documental.