El Concello ordena derribar un piso construido en el tejado de un edificio en el centro de Vigo
VIGO CIUDAD
Los promotores pidieron permiso a la comunidad para las obras
13 jun 2023 . Actualizado a las 01:00 h.Un piso con vistas al parque de Camilo José Cela construido sobre el tejado de un edificio tendrá que pasar por la piqueta. La Gerencia de Urbanismo acaba de dictar una orden de derribo de esta ilegalidad urbanística cometida en el número 117 de la calle Pi y Margall. Los promotores levantaron un nuevo tejadillo en lo alto del inmueble para convertir en vivienda lo que antes era un trastero. Lo hicieron sin permiso municipal, dado que el planeamiento en vigor no permite este tipo de obras. Pese a ello, llegaron incluso a pedir autorización a la junta de propietarios, creyendo que con eso ya valdría, como así consta en un acta de enero de 2019.
Pero alguien lo denunció y el Concello abrió un expediente. Lo único que constaba en esa dirección era un expediente para el cambio de la cubierta, cuyas obras tampoco se llevaron a cabo según lo planeado porque no volvieron a colocar la teja recuperada. Nada más recibir la denuncia, los infractores reconocieron que habían hecho mal y presentaron un proyecto para reponer las obras y devolver el inmueble a su uso como trastero.
De momento, lo que existe en firme es la orden de demolición, dado que la infracción no ha caducado, al haber transcurrido menos de seis años desde la conclusión de las obras ilegales. El Concello les da tres meses para cumplir este mandamiento porque, en caso contrario, procederá a imponer multas de 1.000 a 10.000 euros.
Denuncia
Estas obras ilegales fueron denunciadas hace dos años. Un inspector de urbanismo acudió al lugar, pero como no había nadie, no pudo comprobar el alcance de las obras realizadas. Los técnicos municipales se hicieron con fotografías aéreas y comprobaron la transformación que experimentó el tejado del edificio. Entre imágenes del 2018 y otras del 2020, se muestra la apertura de varios huecos para la iluminación y ventilación del bajo cubierta.
Los promotores consideraron que las actuaciones eran legalizables y pedían tiempo para presentar el proyecto que encargaron a un arquitecto. Después decidieron dar marcha atrás. Presentaron un plan de actuación que comprendía la retirada de todos los elementos e instalaciones propios de una vivienda, como cocina, baños o lavadero, así como las tuberías del agua y el saneamiento. Al menos, pretendían la legalización de la apertura de las ocho ventanas abiertas en el faldón. Se comprometen a mantener el uso de trastero, que nunca se llegó a modificar en las escrituras de la propiedad, pero se divide en varios huecos independientes para uso propio del edificio.
La normativa establece que el bajo cubierta puede dedicarse a vivienda, siempre que esta sea dependiente de la planta inmediata inferior para su acceso.