Un inquilino que alquila y una gestora que factura 19.400 euros en un mes. El bum de los pisos turísticos en Vigo

VIGO CIUDAD

Casi una de cada 20 viviendas del Casco Vello se alquila a turistas según el Instituto Nacional de Estadística
18 jul 2023 . Actualizado a las 21:37 h.Los pisos turísticos se disparan en Vigo. Los dos organismos oficiales que los registran (Turismo de Galicia y el Instituto Nacional de Estadística) así lo confirman. Su número no deja de crecer y también lo notan los propios arrendatarios. Según el registro de la Xunta hay hoy en la ciudad 1.201 viviendas de uso turístico en Vigo. Lo que supone un crecimiento de un 13 % respecto a abril de este mismo año, cuando había en la ciudad 1.054, 147 menos. El bum aún es mayor si se compara al año 2018, cuando la Xunta comenzó a facilitar información pública sobre estos alquileres. En enero de ese año la ciudad solo disponía de 135 viviendas turísticas. La oferta ha crecido en Vigo un 890 %, casi nueve veces más.
El directorio de alojamientos turísticos de la Axencia de Turismo de Galicia también muestra a Vigo como la ciudad gallega con más oferta de viviendas turísticas con bastante diferencia. A Coruña tiene 952 y Santiago 783. En 2018, estaba por debajo de ambas. La ciudad herculina tenía 145 y la capital de Galicia 246, la mayor del momento.
El Instituto Nacional de Estadística también registra las viviendas turísticas en Vigo, las cifras son inferiores, pero la tendencia también es al alza. Según el INE, había en Vigo en febrero de este año 953 (la siguiente actualización la publicarán en agosto) un 25 % más que en 2020. Estas viviendas ofertan un total de 3.914 plazas en la ciudad.
Los datos confirman que cada vez son más los propietarios que optan por convertir su vivienda para el uso turístico. El gestor de Cabana Rental, Óscar Pino, coordina con su agencia 22 alojamientos. Destaca que la ciudad es un destino en el que la «gestión cultural ha roto la estacionalidad», y que esto hace más atractivo a los propietarios la apuesta por el alquiler turístico. Pino explica que si se «tiene una vivienda nueva, recién reformada y bien ubicada en la ciudad sale más rentable apostar por el turismo», en cambio, si es una vivienda más vieja, recomienda «destinarla al alquiler tradicional». Con esta idea, explica que sí se «tiene la vivienda adecuada» se puede «triplicar el beneficio».
Otra propietaria, Begoña, también destaca que las cinco viviendas turísticas que alquila en Vigo «están funcionando muy bien este verano», aunque indica que para conseguir que funcionen todo el año «hay que currárselo»
Ana María se decidió hace poco más de un año a poner uno de sus apartamentos en plataformas turísticas. Explica que es una «experiencia gratificante», ya que, además del rédito económico, también «conoces personas nacionales y extranjeras muy interesantes». Ella dará de baja su vivienda para el uso turístico en septiembre por motivos personales, pero indica que, si algún día puede, lo volverá a anunciar en las plataformas «porque estoy encantada».
¿Se necesita un tope?
El auge de los pisos turísticos contrasta, a su vez, con los datos del registro único de demandantes de vivienda de Galicia. En este momento hay 3.409 personas buscando alquilar un piso, que cada vez está más caro. La radiografía se completa con otro dato que ha compartido el INE recientemente. Vigo es la segunda ciudad con más de 200.000 habitantes con más vivienda vacía, un 15,1 %, solo por debajo de Santa Cruz de Tenerife.
En la base de datos del INE también se recoge el porcentaje de viviendas turísticas sobre el total disponible. Aquí, las cifras tampoco mienten. El barrio histórico de Vigo tiene casi un 5 %, lo que supone que casi una de cada 20 viviendas del Casco Vello está destinada para los turistas. El centro de la ciudad también registra cifras altas, pero ningún barrio pasa del 4 %.
La semana pasada la Asociación de Veciños do Casco Vello emitió un comunicado para instar a las autoridades a evitar «a degradación social do barrio». Una de las medidas que solicitaban era una normativa para limitar el número de viviendas turísticas. Indicaban que «estos pisos expulsan á veciñanza» y que era necesaria una intervención municipal.
Pino, en cambio, no se muestra muy de acuerdo con la limitación. Explica que sí está de acuerdo con la creación de una normativa que regule el impacto ocasionado a la comunidad, pero opina que el mercado con la oferta y la demanda ya se regula. Lo mismo piensa Begoña. Ambos coinciden en que su actividad también supone un gran impacto positivo para la ciudad.

«Yo soy inquilino, pero alquilo mi piso con permiso del casero mientras estoy de viaje»
Andrés Dougal es inquilino, pero también casero. Tiene alquilado un dúplex en el centro de Vigo con vistas a toda la ría, pero también, con permiso del dueño, lo alquila mientras él está de viaje. Aunque suene extraño, no es la primera vez que opta por esta modalidad. Vivió en San Francisco varios años y como allí el alquiler «estaba muy alto», decidió confiar en Airbnb, de aquella solo llevaba cinco años funcionando, y poner su piso en alquiler. Lo cierto es que «yo conocía a los fundadores (Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk) por la universidad y fue fácil confiar en esta modalidad». Explica que «fue un acierto» y que esto ha sido lo que ha animado a hacer lo mismo en Vigo.
Acaba de volver al sector, pero sí que le parece que «la demanda ha caído» porque hay mucha oferta en el mercado. Explica que «asusta un poco», pero se muestra optimista con el paso que acaba de dar. También indica que «la subida de precios de alquiler en Vigo le ha forzado a tomar esta decisión» y añade que la situación «ya no es tan distinta a la que tenía en San Francisco».
Su apartamento está disponible en la plataforma Airnb como «un balcón sobre la bahía» y lo define «como el lugar más único en el que puedes alojarte en Vigo». Destaca que tiene vistas a la ría, a las islas Cíes y a las puestas de Sol «más impresionantes» desde el sofá. Su precio medio por noche será de «150 euros por noche», anuncia Andrés Douglas.

«En agosto del año pasado llegué a facturar 19.400 euros por dos viviendas»
Prisilla Regueiro decidió hace 4 años invertir en dos viviendas, una casa y un apartamento, de Vigo para iniciarse en el mundo del alquiler turístico. Los compró, los reformó y los anunció en distintas plataformas digitales. Ahora, «ya vivo de ello», destaca. Explica que en agosto del año pasado facturó por la casa 13.000 euros y por el apartamento 6.400, un total de 19.400 euros de los cuales saca un 15 o un 20 % de beneficio. El enero pasado, temporada baja, el total de facturación fue de 8.300 euros, unos 1245 euros de beneficio aproximadamente.
Regueiro también reconoce que ahora es mucho más difícil alquilar que cuando empezó. «Se nota que hay mucha más demanda», explica e indica «que lo nota especialmente en el apartamento». Para ello, debería existir una regulación, sobre todo un límite de precio en el alquiler tradicional, que evitara convertir a Vigo en una ciudad «en la que sea muy difícil de vivir de alquiler».
También incide en que alquilar una vivienda para uso turístico «solo es rentable para un tipo concreto de apartamentos o casas». Explica que los que «están en una posición muy buena y en muy buen estado» darán grandes réditos a los dueños. Si no es el caso, recomienda destinar las viviendas al «alquiler de toda la vida» para no depender de la temporada alta o baja y tener más estabilidad en los ingresos que se reciben.