Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Paula Diz, violinista: «Tengo oído absoluto, pero se pierde con la edad»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Tiene altas capacidades y toca desde los seis años; a pesar de su corta edad, la viguesa ya interpreta a los clásicos con soltura; estudia en la Esmuc de Barcelona y la consideran una de las promesas del instrumento

18 nov 2023 . Actualizado a las 23:16 h.

Cuando este miércoles, Paula Diz Parrondo (Vigo, 2004) interpretaba La vida breve, de Manuel de Falla, en el escenario Afundación de Vigo durante el Musicav, se le rompió una cuerda del violín. Reaccionó con naturalidad, mostró el desgarro en el instrumento y, con una sonrisa, resolvió el incidente. El público estalló en aplausos y ella, agradecida, salió al escenario al final del concierto para interpretar de nuevo la pieza completa como regalo final al auditorio, ese público que no veía en ella a una estudiante, sino a una profesional. Esta promesa del violín tiene solo 19 años, pero parece una música experimentada. Al fin y al cabo, lleva tocando buena parte de su vida, aunque su vida sea, de momento, corta.

Empezó tocando el instrumento a la edad a la que la mayoría de los niños aprenden el abecedario. Su madre trabajaba en una academia de música, donde Paula la acompañaba cada tarde. Con cinco años ya quería participar en las clases. Los profesores le hacían hueco sorprendidos de la motivación de aquella pequeña niña con un interés gigante por las melodías. «El primer curso estudié piano, pero empecé a tocar el violín a los seis años. Era un instrumento muy pequeño». Hoy, su Fernand Jacquot original la acompaña a todas partes, en sus clases en la Esmuc —Escuela Superior de Música de Cataluña— con el profesor Yuri Volguin, y en cada uno de los viajes que hace a Vigo, para ver a su familia y seguir conectada con el panorama musical vigués. Este miércoles compartió escenario con el pianista Iván Fernández.

0 seconds of 3 minutes, 9 secondsVolume 90%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
00:00
03:09
03:09
 
Pie de foto. Firma

Aunque sigue siendo pequeña de tamaño, Diz llena el escenario. Los profesores de música se la rifan, fascinados por el talento, pero también la dedicación que le pone a cada una de las piezas. El miércoles interpretó a De Falla y a Tchaikovsky sin partitura, con la misma seguridad que muestran quienes llevan décadas sobre el escenario. «La primera vez que toqué el violín ante mucha gente no la recuerdo, supongo que era muy pequeña».

Quienes hayan cogido en sus manos este instrumento sabrán que tocar el violín requiere muchas horas de estudio. Sus cuatro cuerdas distinguen categóricamente al que sabe del que se entretiene o curiosea. Hay que saber colocar la caja en el cuello, donde acostumbra a marcar a sus adeptos, y deslizar el arco con exactitud. Solo a partir de muchas horas de estudio se consigue que suene. Hacer buena música con él son palabras mayores. «Me gusta porque tiene una sonoridad muy especial, muchos timbres con los que jugar».

Familia de músicos. Su hermano Roberto, también con altas capacidades, toca el piano, como su madre. Su padre es profesor de música
Familia de músicos. Su hermano Roberto, también con altas capacidades, toca el piano, como su madre. Su padre es profesor de música

Altas capacidades y música

Al igual que Mozart, tiene la capacidad de poder tocar de oído una canción, lo que se conoce como oído absoluto. Diz no necesita la representación gráfica en pentagrama, porque su sentido es capaz de interpretar notas de cualquier melodía. «El oído absoluto se pierde con la edad y tiene un problema, nos cuesta más afinar que al resto, pero no puedo compararlo con otra cosa, he nacido así», bromea. Tiene altas capacidades y una inteligencia por encima de la media, algo que le detectaron desde muy pequeña.

Con el expediente académico repleto de dieces, Diz está legitimada para hablar de otros que, como ella, no han encontrado acomodo en la enseñanza obligatoria, a pesar de superar con creces los objetivos marcados. «En música, el profesor se adapta a tu ritmo y eso hace que todo fluya. En el colegio, yo hacía las cosas muy rápido, me he llegado a plantear si lo hacía bien o si tenía un problema, porque ya lo tenía hecho y el profesor seguía explicando al resto de la clase. Recuerdo que era un poco frustrante, no entendía por qué iba más rápido».

Las esperas en horario de mañana, se sumaban a las exigencias de la carrera musical en el conservatorio por las tardes. A pesar de que llegaba a casa a las diez de la noche cada día, su expediente académico es brillante. Tras años de lucha consiguió el permiso para estudiar el bachillerato a distancia, algo que en otras comunidades se otorga en ciclos más tempranos para alumnos con superdotación acreditada que combinan los estudios con carreras muy exigentes en otros ámbitos.

Hoy, Paula Diz ya está de vuelta en Barcelona para sus clases en la universidad. En Cataluña ha encontrado los estímulos que necesita para crecer como violinista. «En Vigo esperaba un año para poder ver un concierto que me interesase, en Barcelona los hay todas las semanas. Además, estoy mejor en lo personal, con gente que comparte mis necesidades e interés por la música». Planea estudiar el posgrado en Alemania, desde donde ya la están reclamando.

Su canción

«Sinfonía española», de Laló, interpretada por María Dueñas. «Tiene 21 años y es la violinista española de más prestigio. Mi concierto favorito es el concierto para violín de Tchaikovsky, pude tocar en Vigo el cuarto movimiento. No solo escucho clásica, también rock y música pop. Me gusta Sía».