La nueva presidenta del mercado de Bouzas pide aparcamientos y adecentar el edificio centenario

l.c. llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Patricia González señala que no tienen dinero para borrar las pintadas y renovar la fachada

18 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva presidenta del mercado de Bouzas, Patricia González, ha asumido las riendas de un edificio histórico que cumplirá cien años en el 2026 y que ahora presenta una mala cara. Pide que el Concello invierta en adecentarlo y pintarlo. «Nos han dicho que no, que lo hagamos nosotros, pero no tenemos dinero», explica. «Solo borrar las pintadas nos cuesta 2.000 euros y apenas disponemos de fondos para la luz y la limpieza», añade. Las vigas de madera que sostienen la cubierta están corroídas y los muros exteriores, hechos una cochambre.

El edificio, que está teóricamente protegido por Patrimonio, se ha llenado de pintadas. Además de las letras voluminosas de los artistas grafiteros del hip hop que, decoran la fachada de la rúa Eduardo Cabello, se encuentran los alegatos políticos sobre Moncho Reboiras, el activista asesinado, y otros más coetáneos sobre las guerras de Israel y Palestina. El carnicero Suso García, que despacha con ilusión los chuletones de ternera gallega, corrobora que «a esta plaza le falta un lavado de cara».

Patricia González ha sustituido en el puesto a Pilar Cambeiro, que se jubiló este año después de una larga trayectoria al frente de los comerciantes de Bouzas, una entidad que nació en 1992 y que, según la Cámara de Comercio, llegó a tener setenta establecimientos asociados en la zona. Algunas de las reivindicaciones de Cambeiro siguen vigentes, como la construcción de un aparcamiento que se podría hacer en terrenos portuarios, junto a la Escuela de Audiovisuales. «No hay sitio para estacionar, de manera que la gente que viene a comprar tiene que dejar el coche a veces mal aparcado con lo que nos ponen multas continuamente», señala González, que todos los días se levanta a las cuatro de la madrugada para adquirir en la lonja el mejor pescado y marisco y ofrecerlo a sus clientes. «Por lo menos, deberían reservar una zona de estacionamiento limitado para clientes», apunta.

La actividad del mercado está ahora limitada a un supermercado Froiz, una carnicería, que era la de Cambeiro y ahora está en manos de Suso García, y la pescadería de Patricia González. Se hizo cargo de ella hace cuatro años cuando dejaron la actividad otras dos pescaderas históricas de la antigua villa marinera.

Ahora se está preparando un nuevo proyecto para crear dentro de la plaza de abastos una cantina. Ocupará una antigua panadería que está abandonada. El promotor es Pablo Castro, al que le van a cobrar un alquiler muy asequible, tan solo 200 euros al mes. «Gracias a eso voy a poder contratar a una persona para atender al público». En la cantina se vana a despachar latas y tapas delicatesen sin necesidad de cocina y también se van a vender pollos asados.

La idea es que los visitantes de la plaza y los turistas puedan tomarse un vino con una tapa y llevarse también comida para no tener que cocinar en casa, sobre todo en la época estival que los comerciantes aguardan con anhelo porque «son meses de mucho movimiento turístico».