Juan Taboada, meteorólogo: «Hay un problema con las expectativas, olvidamos cómo es el clima de Galicia»

VIGO CIUDAD

Taboada anuncia que la próxima semana será soleada, seca y cálida en la comunidad gallega
20 jul 2024 . Actualizado a las 08:35 h.La estrecha relación de Galicia con la meteorología queda bien reflejada en su idioma, que contiene más de cien términos solo para referirse a la lluvia. Recurrir al tiempo para romper el hielo es habitual en el resto del mundo, pero no aquí. A los gallegos lo que les cuesta es no mencionarlo en cualquier conversación. Tiene sentido. Vivir a las puertas del Atlántico implica una variabilidad única. La naturaleza cambiante de la atmósfera define el día a día y obliga a estar muy pendiente de la información que suministran las agencias meteorológicas de la comunidad. Juan Taboada (Vigo, 1970) da buena cuenta de lo ajetreada que puede llegar a ser una jornada en MeteoGalicia, especialmente en este verano tan inestable.
—¿Cuántas llamadas atienden?
—Alrededor de unas 40 solo de medios de comunicación y otras tantas de particulares.
—¿Algunos novios preocupados por las lluvias previstas para hoy?
—Ocurre bastante. Muchas veces nos toca hacer más de psicólogos que de meteorólogos. Nosotros solo podemos ceñirnos a la realidad y realizar sugerencias como que en Galicia contemplar un plan b para cualquier actividad que se celebre en el exterior es una buena idea.
—Se percibe una cierta frustración tras un mes de verano que no consigue arrancar.
—Está siendo muy cambiante y nos está dando alguna sorpresa porque el anticiclón de las Azores no ha sido capaz de situarse al norte de la Península, que es la posición ideal porque nos protege de las borrascas y trae aire cálido desde el sur. Hay una zona de aire frío en el Atlántico norte que impide que las altas presiones se animen a subir. Únicamente entran en forma de cuña, provocando que los episodios de tiempo seco hayan sido hasta ahora bastante breves.
—¿Qué dicen los datos?
—Las temperaturas en promedio y la lluvia acumulada no se alejan mucho de los registros de junio y julio. Sin embargo, la percepción es que el verano está siendo muy flojo y esto nos impone una carga de trabajo extra.
—Porque se acuerdan más de ustedes cuando llueve
—Es un poco así. Yo siempre insisto en que nuestra labor es ofrecer un pronóstico que sea bueno, aunque después el tiempo sea malo. Pero a nadie le gusta que le den malas noticas y al final en esta época del año tenemos que hacer mucha pedagogía, tratando de explicar a la gente por qué no se puede ir a la playa.
—Veníamos de una primavera lluviosa y las previsiones estacionales anunciaron un verano más cálido y seco
—En MeteoGalicia somos bastante escépticos en general con las previsiones estacionales porque sabemos que tienen una fiabilidad relativamente baja. En una zona más amplia, como la Península, pueden llegar a cumplirse, pero debemos tener en cuenta que Galicia está en un cruce de influencias atlánticas, europeas y africanas. Es decir, intervienen demasiados factores como para que los modelos puedan acertar. Además, la información no se transmite demasiado bien a la población.
—¿A qué se refiere?
—Si uno dice que el verano va a ser cálido, tiene en cuenta el promedio. Esto no quiere decir que todas las semanas tengan que ser necesariamente calurosas. El mes de julio todavía no ha terminado. Ahora mismo estamos con temperaturas un poco por debajo de lo normal, pero si viene una última semana de sol y calor fuerte, al final podríamos acabar diciendo que el mes fue cálido. En Galicia debemos aceptar que la meteorología es muy cambiante y que no nos queda otra opción que ir semana a semana.
—La próxima parece que viene buena
—Sí, será bastante seca, soleada y calurosa.
—Y todavía queda verano
—Desde luego. Hay que recordar que el año pasado el mes de septiembre fue muy caluroso y que hasta mediados de octubre estuvimos con unas condiciones de verano. En el próximo mes de agosto perfectamente podemos tener altas temperaturas y hablar al final de que la estación acabó siendo cálida.
—¿Tenemos un problema de expectativas?
—Sin duda. A menudo olvidamos o no tenemos claro cuál es el clima de Galicia. En una ciudad como A Coruña, la media de las máximas en julio y agosto está entre 22 y 23 grados. Esto quiere decir que con 24 grados ya es un día de calor y que una jornada con 21 no está muy lejos de lo que se puede considerar como normal. Entonces, si el promedio de julio es de 22 grados no podemos decir que haya sido un mes frío. Deberíamos tener siempre en cuenta los datos climatológicos para poder debatir con argumentos sobre si una situación está siendo más fría, cálida, húmeda o seca.
«Este verano es perfectamente compatible con el calentamiento»
Cada vez que una estación se comporta más fría de lo normal, la comunidad científica se tiene que esforzar para ayudar a la población a encajarla en el contexto actual de cambio climático.
—¿Es compatible este verano con un contexto de calentamiento?
—Totalmente. Una cosa es hablar de meteorología y otra de clima. Llevábamos una racha bastante llamativa. En el año 2022 y el 2023 no tuvimos ningún mes que pudiésemos calificar como frío. Hubo que esperar hasta marzo del 2024 para registrar un mes frío tras 27 normales, cálidos o muy cálidos.
—Si el calor no está aquí estará en otro lugar
—Este es un punto muy importante. Como me dijo un profesor hace muchos años en los asuntos relacionados con el clima no se puede ser parroquiano. Las temperaturas a nivel global suben y si en un lugar concreto son un poco más frías en otro estarán siendo mucho más altas.
—¿Los meandros de la corriente en chorro están teniendo una influencia decisiva?
—Efectivamente. Está muy meridional y favorece que persista una vaguada en el Atlántico norte, al sur de Groenlandia, que incluso no se puede descartar que esté relacionada con el cambio climático. En esa región se ha detectado una anomalía negativa de la temperatura del mar. A nivel global los océanos se están calentando, pero en esa zona los glaciares se están fundiendo debido al deshielo de Groenlandia. Lo que estamos viendo es que el agua gélida se está quedando en la superficie y puede estar provocando que toda esa parte del Atlántico sea más fría y explique por qué el anticiclón de las Azores no consigue ascender.