El viaducto dañado de la VG-20 de Vigo tardará tres años en ser reparado desde que se declaró su emergencia

VIGO CIUDAD

La losa superior del puente abierto en el 2005 tendrá que ser demolida, así como los voladizos de ambos lados, al presentar fallos estructurales notables
01 nov 2024 . Actualizado a las 13:19 h.El viaducto de Porto, uno de los más largos de Vigo (347 metros), está enfermo. Se sabe que lo está desde hace más de dos años, cuando técnicos de la Demarcación de Carreteras dieron la voz de alarma respecto a la integridad del puente que sobrevuela la parroquia de Beade junto al hospital Álvaro Cunqueiro, en la autovía de circunvalación VG-20. La alerta surgió durante las obras a las que fue sometido el paso elevado entre el 2021 y 2022, para sustituir sus aparatos de apoyo y rehabilitar vigas, dinteles y otros elementos que no tenían siquiera 16 años de uso.
Detectada la existencia de problemas estructurales graves, se eliminó un carril por sentido, para evitar sobrepesos que el viaducto no se puede permitir, y se encargó un proyecto técnico por vía de emergencia para definir cómo devolver la integridad a un paso por el que circulan 32.500 vehículos al día.
Pese a la alarma, no será hasta tres años después de ser activada cuando dicho tramo de la circunvalación que une Bouzas con Puxeiros vaya a ser sometida de nuevo a otras obras de notable calado.
Seguridad
El Ministerio de Transportes anunció ayer la licitación de dichos trabajos por 6,5 millones de euros, nada menos. Las obras deberán arrancar en el 2025 y consistirán en reforzar la maltrecha estructura, cambiar sus pretiles actuales, sujetos justo en los aleros que hubo que aligerar eliminando el tercer carril al tráfico por cada sentido. «Con el fin de garantizar la seguridad de los usuarios, como medida preventiva se procedió al corte de un carril en cada sentido, en tanto no se acometiesen estos nuevos trabajos», explicaba ayer en una nota de prensa el ministerio. Una larga hilera de conos ocupa desde hace dos años dichos pasos, además de haberse reducido a 70 kilómetros por hora la velocidad máxima en el puente, menor incluso que en el túnel previo de Valadares.
El paso por el viaducto se hará complicado durante las obras, como ya ocurrió hace unos años, ya que el objeto de las ahora licitadas es reparar la losa del puente en los dos tableros, sustitución de las barreras de protección, modificando también la superficie de su sujeción, y finalmente se hará un asfaltado de todo el firme y de sus accesos.
La magnitud de los trabajos conlleva la demolición de la parte superior de la losa sobre la que se asienta la carretera, para sustituirla por otra con una armadura de mayor garantías. Se prevé que la demolición no pueda hacerse de manera íntegra, por lo que en los espacios en los que no sea factible, se colocarán refuerzos transversales.
El voladizo del puente sí que deberá ser desmontado por completo, ya que se ha detectado que constituye uno de sus puntos más débiles.
Más de 8 millones
El viaducto de Porto está sostenido por once pilas de entre 12 y 18 metros, puntos que concentraron las obras de hace dos años para sustituir sus aparatos de apoyo. El coste inicial de dichas obras fue de 1,9 millones de euros, que sumados a la partida actual arroja un gasto de 8,4 millones de euros en reparación de un tramo abierto al tráfico hace menos de dos décadas y que se ha convertido en arteria esencial tanto para salir y entrar en Vigo desde la A-55 y la autopista de Baiona, como para enlazar desde la zona sur de la ciudad con la AP-9 para continuar hacia el norte o Portugal.
Las obras anteriores contaban con un plazo de ejecución de cuatro meses, pero acabaron demorándose durante un año.