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Cachamuíña vuelve a A Gamboa 123 años después

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

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Los restos del héroe de la Reconquista fueron trasladados a Pereiró por iniciativa del Centro de Hijos de Vigo

01 abr 2025 . Actualizado a las 01:24 h.

Desde agosto de 1932, el cementerio de Pereiró acoge los restos mortales de Bernardo González del Valle, Cachamuíña, el héroe del asalto a la puerta de A Gamboa el 27 de marzo de 1809. El 9 de agosto de 1932, sus restos mortales fueron llevados en un armón de artillería hasta el lugar donde había protagonizado, en marzo de 1809, su famosa hazaña, tras recoger el hacha de las manos del moribundo marinero de O Berbés.

Tras su paso por Vigo, Cachamuíña vivió años difíciles desde el punto de vista económico debido a que el rey Fernando VII prolongó todo ese tiempo el pago de una pensión por sus servicios militares. La pensión de invalidez que le correspondía no le fue abonada hasta 17 años después de su retiro. A su muerte, en 1848, Cachamuíña fue enterrado en el cementerio de Prexigueiro, en el Concello de Pereiro de Aguiar, su tierra natal.

En mayo de 1932, según defiende Gerardo González Martín en su libro Pasión por Vigo, nacía el Centro de Hijos de Vigo, sociedad dirigida a fomentar el viguismo. En el seno de ella, siendo presidente Manuel Canella Tapias, surgió la idea de trasladar los restos mortales de Cachamuíña al cementerio de Pereiró. La sociedad consiguió el beneplácito de los familiares del héroe y el 8 de agosto se trasladó al cementerio de Prexigueiro una comisión presidida por el ex alcalde Adolfo Gregorio Espino.

Una vez trasladadas las cenizas a una arqueta, la comisión viguesa se trasladó a la ciudad de Ourense donde tuvo lugar un funeral en la catedral, oficiado por el obispo. Después, la comitiva se trasladó hasta la plaza Mayor donde, desde el balcón del consistorio, el diputado Basilio Álvarez hizo un brillante discurso. «Este noble y bueno Cachamuíña, que abandono el cementerio campesino para venir a decirnos: ¡Venga esas manos, apretadlas bien, mientras voy a dormirme otro siglo cerca del mar y a la falda del monte del Castro, testigo de mi gesta», afirmó el diputado galleguista.

Una caravana de vehículos acompañó los restos del coronel hasta Vigo. La llegada a la ciudad de los restos mortales de Cachamuíña fue todo un acontecimiento, a pesar de que no hubo presencia del gobierno de la ciudad. El Centro de Hijos de Vigo, que más tarde pasaría a llamarse Centro Vigués, organizó un recorrido por diferentes calles para que los ciudadanos pudieran rendir homenaje al héroe de la Reconquista.

Como se puede ver en la fotografía superior, incluida en una publicación del Concello de Vigo, se realizó una reconstrucción de la puerta de A Gamboa, como la que ahora realizan los vecinos durante la fiesta del 28 de marzo. La arqueta con las cenizas de Bernardo González fue trasladada en un armón militar hasta el cementerio de Pereiró, en cuya entrada, a mano izquierda, fueron depositadas en un sobrio mausoleo.

El 4 de abril de 1809, cuando aún estaba convaleciente de las heridas recibidas en el asalto a A Gamboa, Cachamuíña envió una carta a la Junta Suprema en la que contaba el ataque contra los franceses. «El 27, a las 7 de la tarde, mando romper el fuego y este continua mui vivo hasta las 10 de la noche», relata. «La resistencia del enemigo a fuego de cañón y granadas desde los castillos y baluartes es un superior aliciente que ynflama el maior ardor en nuestros soldados y, al final, 400 hombres que asaltan en medio del yncesante fuego enemigo y tremolar sobre sus muros el real estandarte de nuestro amado Fernando, lo ponen en la dura precisión de firmar las capitulaciones puestas por mi», señala Cachamuíña en la misiva.

«Yncluso yo que reciví quatro balazos, y aunque herido y estropeado quedo lleno de gloria por haber obtenido un éxito tan feliz a las armas españolas, aumentándose mis satisfacciones al quedar mandando en xefe esta plaza por aclamación de su ayuntamiento», añadía el militar para dar su visión de los hechos.