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¿Un cubata?  «No, que mañana tengo analítica»

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LEYENDAS URBANAS SOBRE EL PINCHAZO  Si eres de los que se pone a dieta unos días antes de pasar por el vampiro, que sepas que no tienes nada que hacer. Se necesita más tiempo para alterar los resultados. Y lo mismo al revés

08 ago 2015 . Actualizado a las 08:46 h.

Nos hacemos trampas. Somos unos tahúres. Lo llevamos en la sangre. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Y qué ganamos con el intento de engaño? Días antes de la cita para la analítica la gente compra seis botellas de litro y medio de agua como si hubiese una crisis de trihalometanos. Durante 72 horas el ciudadano se encharca de manera compulsiva. «¿Un cubata?», le pregunta el del bar de siempre. «No, que mañana tengo analítica. Mejor una cerveza sin alcohol», contesta nuestro hombre que se frota las manos pensando en el bajón de transaminasas. Durante los días previos al chequeo descubre que existen distintas variedades de fruta, que el filete está bueno incluso sin empanar y que se puede vivir sin chocolate. Es una lucha contrarreloj y el enemigo es el colesterol. Me río yo de las que hacen Chris Froome y Contador. Aunque quizás en el ciclismo se encuentre la solución para todas esas personas que los días previos a la analítica intentan engañarse. Los controles sorpresa. En las empresas debería haber vampiros tipo los del UCI, que un buen día se presentan en la oficina y te extraen la sangre.

LA REALIDAD DE LOS RESULTADOS 

Sí, lo hacemos, pero ¿realmente sirve para algo? ¿Puedes tener el lunes el colesterol a 270 y bajarlo a 220 con la dieta del agua, la fruta y el bistec a la plancha? «Lo que hace la gente es algo digno de estudio. No influye tanto como se cree y la mayoría lo hacen pero no lo confiesan. Engañarse a uno mismo no conduce a nada. Puede variar un poco el resultado, pero no a lo bestia. La hematología, por ejemplo, no te va a cambiar. La gente tiene mucho miedo a saber los valores que tiene de verdad y de enfrentarse a la realidad. Engañar al médico, ¿para qué? Si, por ejemplo, tu nivel de colesterol es patológico apenas va a variar porque te cuides los días anteriores. Y si tomas unas copas el día antes no sucede nada, pero si llevas quince días pasándote... A una persona sana no le afecta que el día anterior se ponga morado de hamburguesas y beba alcohol», comenta Carmen Ramos, directora del laboratorio de análisis clínicos Vicente Ramos, fundado en 1959 en A Coruña. Me cuenta que hay diabéticos que se pinchan la insulina antes de ir al laboratorio a pesar de que se les dice que no lo hagan. «Lo detectamos en la orina. Hay algún paciente que lo ha hecho para optar a un puesto de trabajo incompatible con la diabetes. La urea, al ser un parámetro renal, puede variar si se ingiere mucha cantidad de agua antes y los triglicéridos son muy sensibles si has comido grasas los días anteriores, pero siempre en niveles normales», destaca la especialista que asegura que lo peor son las pruebas de enfermedades de transmisión sexual. «La gente pasa una angustia horrorosa. He visto a personas llorar de alegría al ver el informe negativo».

SIN MIEDO A LA BODA

«¡Ostras! El 13 de septiembre tengo una boda y la analítica de la empresa el 15, voy a llamar ya para aplazarla», comenta un compañero cuando le cuento sobre qué estoy escribiendo. «Si tienes una boda y te agarras una borrachera padre te puede dar la glucosa alta, pero no disparada. El colesterol por ir a una boda no te va a subir a 240, pero si lo tienes al límite te puede dar un poco más», aclara Raquel Souto, médico adjunto del servicio de análisis clínicos del Chuac, que reconoce que existen muchas leyendas urbanas y que la gente tiene esa tendencia a cuidarse los días previos a la analítica pero «suelen ser personas que ya tienen algún tipo de alteración», apunta. Lo que está claro es que por regla general para que los niveles de colesterol bajen hay que estar dos o tres meses haciendo vida sana. No conviene obsesionarse, y tampoco por los asteriscos. «Muchos solo quieren que no haya ninguno, y la mayoría de las veces es que está por arriba o por abajo, pero sin ningún tipo de significación clínica», explica esta profesional. Se lo dije a mi compañero, pero ya había cambiado la fecha para el reconocimiento médico.