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¿Quieres embolsarte conmigo?

YES

PACO RODRÍGUEZ

UNA PEDIDA DE «HOMBRO» Ana tenía muchos deseos, pero uno material con nombre y apellido: Chanel 2.55. Rubén hizo realidad su sueño. Hincó la rodilla, sacó el bolso de los bolsos y le dijo? ¿Quieres casarte conmigo?

14 nov 2015 . Actualizado a las 12:21 h.

Mr. Big existe y vive en Galicia. En la película «Sexo en Nueva York», el amor platónico de Carrie Bradshaw le pide matrimonio con unos Manolo Blahnik en un vestidor de ensueño. Nuestro Mr. Big se llama Rubén Rodríguez y pidió la mano de su novia Ana Vallejo con un bolso de Chanel 2.55, el bolso más famoso del mundo.

La sorpresa fue doble para Ana. Primero porque por fin tenía en sus manos el BOLSO, un bolso de más de 3.000 euros. Y segundo por la sorpresa y el esfuerzo de su novio, ahora marido, Rubén, para conseguirlo. «Cuando éramos novios le había contado alguna vez que tenía dos deseos: las Mary Jane de Manolo Blahnik y el Chanel 2.55 con los remates en plateado. Las Mary Jane me las compré con una amiga en un viaje a Nueva York. Y el bolso fue mi regalo de pedida. ¡Fue una locura, no me lo creía! No solo porque tenía el bolso en mis manos sino porque Rubén se acordó de cuál era el que me gustaba, el de los detalles plateados, y lo encontró», recuerda Ana con una sonrisa de oreja a oreja.

Todo ocurrió una noche de enero. Por Reyes les habían regalado una estancia en una casa rural en las Fragas del Eume. Y allí se fueron a pasar un fin de semana de relax. Rubén lo tenía todo preparado. Después de buscar y buscar en Internet, «ahí se encuentra todo», consiguió el Chanel. Para que Ana no sospechase nada, lo guardó en casa de sus padres. Hasta el fin de semana en las Fragas del Eume. Con cuidado lo metió en el maletero. «Llevarlo hasta la habitación fue fácil», cuenta Rubén. Allí fue donde se produjo todo. De repente Rubén le sacó la caja y ah!! ¡Emoción!!! ¡Un Chanel! ?Quería llamar a mis amigas para contárselo, pero decidimos esperar hasta tener una fecha y un lugar para la boda. Tardamos unas semanas y yo me moría de ganas por estrenar el bolso. Cuando pude enseñarlo mis amigas se volvieron locas. Alguna me decía: «Yo también quiero un Chanel en lugar de un anillo». La pareja se casó en agosto del 2014. El bolso fue protagonista del momento: «Unos días antes de la ceremonia fuimos al registro civil. Ese día llevé el bolso y los manolos». No hubo pedrusco en la pedida ni alianzas el día de la boda. 

«A ninguno de los dos nos gustan las joyas, así que el día de la boda nos intercambiamos unos pergaminos y los guardamos en una jaula que ahora tenemos en el salón», cuenta Ana. El resto es historia de los Rodríguez-Vallejo. Meses después, Ana le dio a Rubén la mayor sorpresa de su vida: esperaban mellizos.