
Dice que no sabe si está en su mejor momento, pero sí en uno «precioso». Este año ha cumplido 30. En tres meses estrena Julieta, la nueva de Almodóvar, y en tan solo una semana Palmeras en la nieve con Mario Casas. Sin duda, es el momento de Adriana
13 dic 2015 . Actualizado a las 09:57 h.Le gusta más una buena charla que una fiesta por la noche. Ya lo dice ella, que es más bien diurna. Y esa frescura la transmite con cada palabra, con esa importancia que le da a las pequeñas cosas, a disfrutar de un paseo por el campo o a ir en busca de toallas y sábanas para su hogar. Porque ahí «recogidita» es donde más le gusta estar. Bueno, y delante de una claqueta. Está enamorada.... de la palabra «acción»
-Nueva chica Almodóvar: un sueño, una responsabilidad, otro trabajo más...
-Es un trabajo más muy interesante y a las órdenes de un director con muchísima inteligencia.
-¿Qué hay que hacer para ser chica Almodóvar?
-Las personas que trabajamos con Pedro no nos sentimos chicas ni chicos Almodóvar, somos actores a las órdenes de un director. Yo no te sé decir qué hay que hacer, yo hice tres pruebas y quiso contar conmigo, pero no hay una clave.
-Pero todo el mundo quiere trabajar con él, incluso Angelina Jolie, tiene algo que cautiva a las actrices.
-Desde luego, pero él tiene muchísimas virtudes para querer trabajar con él, la capacidad para entender a la mujer, muchas veces mejor que nosotras mismas, una inteligencia y una manera de llegar al fondo de todos los conflictos muy aguda, y a la vez sabe combinar esto, esta seriedad y este sentido del trabajo con un sentido del humor muy chispeante. Es muy adictivo porque es una persona con muchísimo nivel de genialidad.
-El perfil de mujer Almodóvar ha ido cambiando a lo largo de los años, quizás se ha sofisticado, pero en el fondo conserva el coraje, la sinceridad, la astucia... ¿te identificas con este perfil de mujer?
-No lo sé, yo creo que los personajes de Pedro son distintos todos, Carmen Maura no hace todos los papeles, ni Marisa Paredes, ni Penélope... y esta película es distinta a las anteriores, es un drama profundo, no sabría decir si hay una nota que aúne a todas las mujeres que retrata Pedro, pero si hay algo que puedo decir es que son como muy ligadas a la tierra y con una manera de sufrir intensa.
-Siempre te ven en papeles dramáticos, ¿te cuesta mucho reírte?
-No, la verdad que no, me río muchísimo. He hecho comedia también, pero, bueno, a mí es que me gusta hacer drama, también me encantaría hacer comedia, me gustan mucho las francesas, me gustan todos los géneros, pero la verdad es que me enamoro de la película y no pienso lo qué es, pienso en el personaje, si es drama o si es comedia no es lo que más me atrae, me atrae más contar la historia de esa persona.
-¿Qué papel te hubiera gustado interpretar?
-El de Jodie Foster en El Silencio de los corderos.
-Vives ajena a la fama, al éxito, pero después de promociones, entrevistas, photocalls, llegas a casa y pones la tele, o en casa del herrero...
-Absolutamente, lo has clavado. Al llegar a casa librito y familia.
-Da la sensación desde fuera de que eres introvertida, ¿ o es una forma de protección?
-Soy bastante sociable, pero lo que pasa es que no voy a muchos actos ni a muchos eventos solo a los que tienen que ver con el trabajo, con un estreno, o con un premio en concreto. Yo creo que más que eso es que soy bastante diurna, entonces por la noche a mí me gusta estar bastante recogidita.
-Para seguir siendo Adri en tu grupo de amigas, ¿hay que aislarse un poco de este mundo?
-No, yo creo que hay que tomar de cada mundo lo maravilloso o lo que te atrape de él, y a mí lo que más me enamora es la palabra: acción o corten. Y el resto aunque no sea lo que más me gusta de este mundo me compensa, porque puedo cumplir mi sueño que es interpretar. Y de la vida tomo todo lo demás.
-Por ejemplo...
-Pasear por el campo, comer, una buena charla, escuchar a mis amigas...
-¿La cocina se te da bien?
-Normalillo, muy bien no.
-Pero, ¿cocinas?
-Me gusta, y cada vez me gusta más. Me relaja y es muy gratificante comer algo que has preparado, y meter algo en la boca que te sorprenda su sabor.
-Decías antes que eres muy casera, que te gusta mucho estar «recogidita». Esto es sinónimo de qué.
-Del cielo, de la paz, me encanta.
-Te gusta la moda en todas sus vertientes, porque incluso has diseñado.
-Sí, he diseñado una colección de lencería y estoy esperando a un momento bueno para lanzarla.
-¿Aún no ha llegado?
-No, para mí no, lo he hecho muy despacito y con mucho cariño, y estamos en ello. Ya os avisaremos.
-Pocos saben que eres una coleccionista de prendas vintage (de tu abuela, de tu padre...)
-Me gusta muchísimo, y tú eres una detective.
-También sé que te gusta mucho comprar sábanas y toallas...
-Me encanta.
-¿Qué tienen?
-Como soy muy casera, para mí las cosas de primera necesidad son muy importantes, las mejores toallas que encuentre y las sábanas para mí dicen mucho del estado de una casa, porque además tiene mucho que ver con mimarte y cuidarte, porque para mí el sueño es de los momentos más importantes, y lavarte es muy purificante.
-En tu caso, ¿no hay duda de que la interpretación la llevas en la sangre?
-Puede ser, es verdad mi tío abuelo se dedicó a la pintura, mi madre también, además de ser abogada. Puede venir por ahí, pero nunca se sabe. Desde luego en casa siempre nos han enseñado la importancia que era estar vinculado al arte, que fuera una manera de pacificar el alma y el cuerpo.
-Aún así no te creían, pensaban que como a todos les daba por algo ...
-No es que no me creyeran, es que preferían también no prestar mucha atención porque tenía 5 años, y los padres siempre aspiran a que los hijos se vinculen a trabajos que a la corta parecen más estables, aunque visto lo visto, todo parece bastante inestable así que igual ha sido una buena elección.
-¿Te costó mucho convencerles?
-No, la verdad es que no. No paré de insistir. Cuando las cosas son tan naturales y se da como una necesidad más que como un capricho, pues los padres si quieren te apoyan, y en mi caso me apoyaron.
-Con 5 añitos no se tienen referentes, pero tú sabías a quién querías parecerte o veías a alguien en la tele.
-Íbamos al cine de súper pequeños, y yo solo sabía que lo que sentía era mágico, o en casa cuando mis padres nos ponían una película, y quería formar parte de ese acontecimiento.
-¿Cuándo te diste cuenta de que había merecido dejar tu carrera u otra vida a un lado?
-No, no yo no he dejado la carrera a un lado, me queda un año y medio porque me cuesta, y siempre me corre convocatoria porque cuando empiezan los exámenes empiezo a rodar, pero no la he dejado a un lado, y tampoco esperaba que esta profesión demostrara que merecía la pena haberla elegido a ella. Es una elección de vida porque es mi pasión, pero no he tenido que renunciar a nada, creo que cuando algo es tu pasión y una elección sana te permite tener una familia y una vida más o menos normal.
-Con 21 años llegó la nominación al Goya, una edad un poco peligrosa, se puede perder el norte, pensar que está todo hecho, y nada más lejos de la realidad.
-Desde luego, yo pienso que eso va con la forma de ser de las personas, oportunidades para perder el norte tenemos todos los días pero creo que va con el carácter y con quién estés rodeado y te guste compartir tu vida. Yo siempre comparto mi vida con personas que disfrutan más aquí en la Tierra que sobrevolando las alturas, por eso siempre elijo rodearme de esas personas por si alguna vez me despisto que tiren de mí.
-Pero, ¿cómo te lo tomaste?
-Con mucho nerviosismo, yo los premios no me los tomo como una relajación, sino como un incentivo y como una llamada de atención para seguir por el camino. Me lo tomé como mucha alegría pero con mucha presión.
-Pronto llegó uno de tus grandes papeles, «La Señora», que dicen que la veía hasta la Reina Sofía.
-Sí, me hizo muchísima ilusión. Además, la Reina Sofía me parece un modelo de elegancia, y que a ella le apasionara esta serie, le gustara la manera en la que estaba enfocada, me resultó muy halagador.
-¿Es difícil hacer un papel, como el de Sira, del que la gente ya se ha formado una idea sobre él anteriormente?
-Siempre tienes la inquietud de un personaje del que ya se han podido imaginar mucho porque es un personaje de novela, de ficción, y no sabes si vas a coincidir con su idea o con su imaginario, pero no puedes vivir con la mente puesta en eso, lo que haces es volcarte, ofrecer el 100% de tu creatividad y de tu esfuerzo y ver qué sucede.
-Con Sira te llegaron miles de felicitaciones, directores que te pedían por Reyes...
-Yo no viví el éxito como se vio desde fuera. Fue un trabajo tan intenso y tan duro, un equilibrio maravilloso.