
Se llama Ernesto Federico por el Che Guevara y García Lorca, pero ni su nombre le pesa ni su apellido. De adolescente hizo un intento de rebelarse contra el destino marcado de ser actor y solo cuando lo fue entendió que su vida tenía sentido. Hoy, su hija Lola, de 8 años, y su mujer, Juana Acosta, llenan su tiempo feliz.
02 ene 2016 . Actualizado a las 17:04 h.Ernesto Alterio (Buenos Aires, 25 de julio de 1970) tiene un deje de timidez que ralentiza cada frase con una precisión exquisita. Habla pausado con un entusiasmo acogedor que lo convierte en una especie de «amigo perfecto». Él lo niega con su buen humor: «Hay días que es mejor que me encierres en el cuarto de las ratas». Acaba de estrenar película, Incidencias, donde la risa vuelve a darle forma a su trabajo: «Siento un placer particular en hacer reír a la gente». Después de hablar con él la sonrisa no se te despega de la boca.
-Yo no sé si es muy exagerado, ¿pero has vivido un Fin de Año tan atípico como el de la película?
-Bueno, yo viví un Fin de Año que casi no lo cuento, yo estaba en Colombia, íbamos a pasar la noche en casa de unos amigos en la playa. Dejamos el coche, no pudimos llegar, se apagó la luz y de repente estábamos en medio de un cañaveral con esas bengalitas navideñas, solo teníamos diez, se iban acabando y entonces empezamos a gritar:¡ socorro, socorro! Y unos vecinos nos sacaron de allí.
-¿Tú tienes un lado muy aventurero?
-Jo, te puedes creer que sí: aventurero y explorador. Primero porque yo vivo mi trabajo como una aventura, cada personaje es un viaje a lo desconocido. Y en este sentido, a mí me gusta salirme de mi área de confort y descubrir nuevos lugares.
-Así que nunca repites el mismo esquema.
-Trato de no hacerlo porque me deprimo cuando me descubro caminando un camino ya recorrido. Hace dos años empecé a trabajar en una compañía de danza, me muevo en terrenos diferentes, me gusta explorar.
-Pero es muy difícil salir de la rutina..
-Sí, a mí tengo la suerte o la desgracia de que me interesan muchas cosas, la música, sigo estudiando piano. Soy una persona con muchos frentes abiertos.
-Repasando tus películas, hay una clara tendencia a la comedia coral. ¿Es algo instintivo en ti?
-No sabría decirte. En Argentina casi todo lo que hago son películas dramáticas, y aquí he hecho muchas comedias. Te diré que a mí me gusta, pero te voy a ser sincero, a mí me da mucho placer, es un placer particular, hacer reír a la gente. Lo vivo de una manera más fuerte en el teatro.
-Y en tu día a día también.
-Superimportante, el sentido del humor es una herramienta para desengrasar situaciones y hacerlas más cómodas.
-¿Es aprendido en ti?
-Mira, yo me acuerdo 'yo era supertímido en el colegio' de que tenía problemas para leer en voz alta, pero era un bloqueo muy gordo, y una vez me sacaron a leer en clase de Literatura, yo ya tenía 14 años o así, y recuerdo que enfrente estaba el matón de la clase, que me tenía martirizado. Yo estaba en una situación critiquísima, y me empezó a salir de adentro una especie de instinto de supervivencia y empecé a interpretar lo que leía. Como empezar a jugarlo, cosa que hizo mucha gracia a todo el mundo, y el matón de la clase dijo: «¡Qué gracioso es este tío!» y a partir de ahí me respetó.
-¿Dirías que es tu arma de seducción?
-Sí, yo creo que sí. Muchas mujeres dicen que el humor es superimportante.
-¿Y para ti también? ¿Te fijas en eso en una pareja?
-Bueno, en su justa medida, ¿eh? Luego imagínate a alguien ahí todo el día... puede ser cansino.
-Por tus películas das la imagen del amigo perfecto.
-Yo me alegro [risas]... También son días, tengo otros en que es mejor que me encierres en el cuarto de las ratas.
-Pero he leído por ahí que tú eres muy de comerte el tarro.
-Sí, soy muy exigente conmigo mismo, estoy lidiando siempre con una insatisfacción... casi nunca me quedo contento del todo. Es así, trato de amigarme con ello [risas], cuando me noto muy así, digo: «Venga, a dormir».
-Me has dado el pie para hablar de «Al otro lado de la cama». Por cierto, ¿en qué lado duermes?
-Si estoy tumbado, yo estoy a la derecha. ¿Y tú?
-Yo a la izquierda. Pero al final se reduce todo a puerta o ventana.
-Yo soy ventana. ¿Y tú?
-Yo soy puerta [risas]. Háblame de tu lado argentino. ¿Cómo se vive siendo de dos sitios a la vez?
-No me pesa. Quizás hace años pensaba ?¿yo de dónde soy??, ?no soy de aquí ni soy de allá?... Pero me he acostumbrado a conectarme a dos culturas.
-Cuando vas allí entras en otro ritmo, ¿no?
-Sí, sí, cuando trabajo allí no te creas que me resulta fácil, me requiere un trabajo, va mucho más rápido y están con el cuchillo en la boca. Y al principio estás como atontado, son muy pícaros. Yo soy un pelín más pausado.
-¿Predestina nacer en una saga?
-No lo sé. Yo me rebelé contra ello, sobre todo en la adolescencia, luego fue un deseo que se fue imponiendo. Y cuando descubrí la actuación sentí que descubrí un lugar y un motor para mi vida. Algo que daba sentido a poner ahí toda mi energía.
-¿Uno necesita metafóricamente matar al padre?
-Yo no lo he sentido como un peso. He tenido la gran suerte de no tener un padre invasivo, ni ha ido de maestro. A mi hermana y a mí nos ha dejado que tomáramos nuestras decisiones. Mi padre nos ha llegado a dar consejos como «cuando vayas a rodar consíguete una silla» [risas] ¡No sabes lo que esperas en el cine! o que cuando haga teatro ?hable alto?.
-Como padre, ¿eres entregado?
-Sí, sí. Es la cosa más increíble que me ha pasado, trato de hacerlo lo mejor que puedo. Y paso todo el tiempo que puedo.
-En Los años bárbaros huías de la situación política. ¿Tú de que huirías ahora mismo?
-Huir... ¿adónde?, porque está todo tremendo. No huiría.
-¿Eres de enfrentar?
-Sí, sí, soy de enfrentar y de tratar de que esto vaya lo mejor posible.
-Pero tú te has posicionado políticamente.
-Mira, a mí me da un poco de pudor. porque no me considero tan involucrado como otros compañeros. Yo no he militado en ningún partido, sí cuando el ?No a la guerra?, pero como muchos españoles. Pero no tengo un compromiso político como otros.
-¿Lo mejor del 2015?
-No sabría decirte, haber hecho la obra ¡Atchússsss! con mi hermana.
-¿Tu plan perfecto?
-Estar con mi hija.
-¿Un deseo para el 2016?
-Dejar de fumar, pero lo digo con la boca pequeña [risas].