La hija de Mariló Montero y Carlos Herrera se ha abierto camino en el mundo de la moda. Condiciones no le faltan. Belleza, altura (mide 1,74) y estilo. Y la cabeza muy bien amueblada. «Hay que trabajar muy duro para conseguir buenos resultados». Ojo, tiene muy claras sus intenciones.
23 abr 2016 . Actualizado a las 10:36 h.Rehúye del Herrera Montero (los apellidos que le corresponden), pero con ese físico no puede negar de donde viene. A sus 21 años, Rocío Crusset tiene muy claro que quiere valerse por sí misma y que sus éxitos no dependan de sus padres. De ahí lo de apostar por el segundo apellido paterno. Con su belleza mediterránea está conquistando las pasarelas, y detrás de esa imagen dulce y alegre esconde una personalidad guerrera que le permite sacar las garras cuando lo ve oportuno. Ya lo hizo. Cuando la criticaron, vía redes sociales, por no comer «demasiado». Estos comentarios le provocaron una carcajada, es más, confiesa que se permite sus antojos. Su secreto es que es muy activa. Lo que mejor le va: saltar a la comba.
-Dicen que cuando uno disfruta de su trabajo, eso no se puede considerar trabajo. Algo así te sucede a ti, ¿no?
-Bueno. La mayoría de la gente se piensa que ser modelo se basa en sonreír, estar guapa y ganar dinero. No es cierto. A mí me divierte, valoro muchísimo poder viajar, conocer tantas culturas y a tanta gente cada día. Pero no todos los días te levantas pensando que no es trabajar porque te encanta lo que haces. Hay que trabajar muy duro para poder conseguir buenos resultados, y esos son los que te llenan y te hacen ver que realmente merece la pena. ¡No es un trabajo fácil en absoluto!
-Has empezado hace relativamente poco y ya has puesto tierra de por medio... uno de los hándicaps del trabajo de modelo, ¿cómo lo llevas?
-De maravilla. Solo se han visto algunos trabajos que he hecho que son los que más han marcado pero trabajo mucho, le meto muchas horas a esto y es por lo que estoy feliz. Me lo estoy ganando gracias a la constancia.
-Creo que ahora te vas a Milán y a Los Ángeles a pasar una temporada, ¿estás dispuesta a no perder ningún tren o vas eligiendo muy minuciosamente los trabajos o proyectos en los que te embarcas?
-Me dejo aconsejar por mis agentes que son los que llevan años trabajando en esto y los que saben lo que me conviene en cada momento. Siempre cuentan con mi opinión y me preguntan si quiero hacerlo. Pero desde que entré a trabajar con ellos les dejé muy claro cuáles eran mis intenciones. Dejarme llevar y viajar adonde sea.
-¿Es la primera vez que pasas una temporada tan larga lejos de los tuyos? ¿Te da miedo estar sola por el mundo?
-No es la primera vez. Desde pequeña he estado estudiando en colegios fuera de España. Ahora cada vez que voy a casa una temporada se me hace pequeño, siento la necesidad de salir y viajar, vivir y experimentar nuevas oportunidades fuera. Hay veces que se echa de menos un poco todo, tus amigos, tu familia... Pero esta experiencia es muy enriquecedora y cada vez lo noto más. Tengo toda la vida para vivir en España.
-¿A quién le debes ese físico? ¿Solo a tu madre? Porque sois dos gotas de agua.
-Está claro que es genética. Pero ahora trato de cuidarme mucho la piel, la alimentación, trabajar el cuerpo. Lo agradezco ahora y más en un futuro.
-¿En el carácter también has salido a ella?
-Mi personalidad se define con todo lo que he vivido desde pequeña, que no es poco. Soy muy independiente. He aprendido mucho desde muy pequeña, maduré pronto y ahora mi carácter se basa en todo el recorrido que llevo.
-En tu casa saben mejor que en otro sitio cómo es esto de salir del anonimato. Cuando les planteaste que querías ser modelo, ¿cómo se lo tomaron? ¿Te advirtieron, te animaron, no te dijeron nada?
-Desde pequeña mi hermano y yo nos hemos mantenido al margen de todo esto. Mi familia y yo hemos llevado una vida privada y siempre habéis sabido respetarlo. Ahora yo he tomado este camino que claramente está expuesto al público, pero mis cosas personales siguen siendo personales. Nadie sabe más allá de lo que muestro. Esto es un proceso, algo que yo he escogido y una decisión propia.
-Con dos padres periodistas, ¿nunca tuviste la tentación de continuar la tradición?
-De pequeña quería ser muchas cosas. Empecé a estudiar ADE y Márketing, que fue lo que me acabó llamando más la atención. Ahora me dedico a la moda. ¡Quién sabe a que me dedicaré en unos años!
-¿Cómo y cuándo decidiste que tu futuro pasaba por la moda?
-Mi agente me vio en un concierto cuando tenía 16 años, me lo propuso pero aún era muy pequeña, a mi parecer. Me lo ofrecieron un par de veces más en Sevilla. Y hasta que cumplí los 19 y empecé la carrera, no creí que estaba preparada para un cambio tan brusco. No puedo estar más contenta.
-Son muchas las modelos que tenéis que hacer frente a las críticas sobre el peso... Blanca Padilla también las recibió... Cuesta sacar de encima esa etiqueta, ¿no crees?
-Sí. Pero cuando leo que me dicen «no comes», me sale una carcajada. Estamos sometidas a mucha presión en cuanto a medidas. Y la mejor manera de mantener tu cuerpo sano, definido y en tu mejor peso es comiendo bien, permitiéndote tus caprichos pero manteniéndote activa haciendo ejercicio. Sinceramente, las etiquetas que me pongan a mí me dan exactamente igual. Estoy expuesta a todo tipo de comentarios, pero sí que es cierto que hay gente que se toma la libertad de calificarte de manera muy ofensiva. Por suerte no me molesta, pero da pena que estemos rodeados de gente que solo esté ahí para insultar.
-¿Es muy injusto el mundo de la moda? Hay que aguantar mucho por exponer tu imagen al público...
-No solo es injusto el mundo de la moda. También el resto de trabajos. Creo que en todos los ámbitos de la vida pasan cosas injustas. Este trabajo es muy sacrificado. Como muchos otros que tienen que ver con lo artístico. Cantar, actuar, bailar, pintar, jugar al fútbol o al baloncesto... Siempre se ha dicho que en todos estos trabajos cobran una pasta «para lo que hacen». No. Lleva mucho esfuerzo detrás, mucho sacrificio. Pues esto es igual, estás sometida a una presión continua, viajas mucho, pasas mucho tiempo sola, echas muchas horas muertas... Pero siempre hay un lado más negativo en cada cosa. Lo que hay que hacer es saber darle la vuelta y valorar lo que tenemos, que es una maravilla. A cada persona se nos da bien algo, es una pasada que tengamos la oportunidad de exprimirlo, pero para ello hay que tener en cuenta una serie de factores. En mi caso es que trabajo con mi cuerpo, tendré que mimarlo, ¿no crees?
-Dices que comes lo que quieres pero que también te cuidas mucho, por ejemplo, dime tres cosas que haces para mantener esa figura.
-Voy al gimnasio todos los días que puedo. Hago mucho cardio, corro en la cinta o en exteriores, hago elíptica y sobre todo, lo que mejor me está yendo es saltar a la comba.
-Te ha apetecido comerte algo o darte algún capricho y te has mordido la lengua porque igual no puedes...
-Sí. Muchas veces me he tenido que morder la lengua y no comerme un plato de pasta o una pizza por la noche. Pero es solo un momento. Te haces unas verduras a la plancha y una tortilla francesa y... ¡Voilá! Se te ha ido el hambre y el antojo... Has alimentado bien tu cuerpo y al día siguiente te lo agradece. Pero sí he de decir que suelo comer lo que quiero. Me gusta la comida sana y me permito mis antojos, pero me mantengo muy activa.
-A pesar de tener padres conocidos, nunca has necesitado a nadie para que dé la cara por ti... ¿eres una joven con mucho carácter o es que el anonimato de las redes sociales te hace sacar ese genio?
-Siempre he sido muy guerrera. Si hay algo que me parece injusto, siempre saco las garras. Siempre con educación y argumento. No puedes esperar que alguien dé la cara por ti.
-¿Lo de Crusset en el apellido fue una forma de huir del «hija de»?
-Sí. También me gustaba el apellido y como combinaba con mi nombre... Pero principalmente lo cambié profesionalmente para que no se me ligara directamente con mis padres, una manera de decir que voy por mi cuenta, aunque eso se demuestra con el tiempo, no con cambiarme el apellido.
-Tienes una belleza muy mediterránea, ¿pero cuál es la parte de tu cuerpo de la que menos orgullosa estás?
-Todos tenemos complejos, nosotras que estamos expuestas también los tenemos, vivimos a base de ello. Estás todo el día rodeada de chicas con cuerpazos y muchas veces te sientes insegura. Pero yo he aprendido a quererme tal y como soy. Que tengo un poco más de cadera, o menos, pues bien. Hay que saber sacarle partido a tu cuerpo.
-A pesar de haberte lanzado a este mundo, no has dejado a un lado tus estudios de ADE, ¿cuándo sacas tiempo para estudiar si no paras?
-Pues si soy sincera, lo voy dejando un poco hasta que me toque hacer entregas y exámenes. Te mentiría si te dijera que lo llevo al día. Es muy difícil... Voy un poco al límite pero me lo estoy sacando. Cuando en una semana tengo trabajo casi todos los días y solo un día libre, o incluso algunas horas y me tengo que machacar a estudiar, lo hago. No me puedo permitir suspender y alargar mi carrera más años.
-He leído que te gustaría montar tu propia empresa, ¿no te ves en este mundo para siempre?
-Cada vez la moda me atrae más. Sobre todo ahora que estoy conociendo a mucha gente en la industria de la moda, me enseñan y tengo interés. No sé de qué tipo. Un poco de todo... Quizás esté ligada siempre o quizás no. Nunca se sabe...
-Fuera de las pasarelas, ¿cómo definirías tu estilo?
-Muy sencillo. Depende de cómo me levante. Hay días que me da por ir más clásica y otro por atreverme con algo diferente. Pero por lo general suelo darle prioridad a la comodidad, pero también tengo en cuenta que hay que ir apropiada para cada ocasión. Unos tacones de 15 centímetros nunca fueron cómodos, pero hay veces que te los tienes que poner.
-¿Con qué tres prendas viajas siempre?
-Unos pantalones de All Saints comodísimos, son sueltos y de tela de algodón, me los pongo siempre que viajo, unas New Balance (son el tipo de zapatillas que más uso), y una chaqueta negra que te puedes poner con todo.
-La interpretación también te ha picado el gusanillo, ¿si te saliera un trabajo como actriz dejarías la moda?
-Para este tipo de trabajos debes llevar mucho tiempo de preparación. No sería de un día para otro. El trabajo de modelo contiene una pequeña parte de esto. Muchas veces te piden que enseñes una parte de ti que no tiene nada que ver con cómo eres. Pero el teatro y el hecho de ser actriz tiene otro recorrido, hay que tener dedicación y devoción. No es algo que te puedas tomar a la ligera.
-Estás empezando... ¿adónde te gustaría llegar?
-Aún estoy descubriendo un poco todo esto, creo que es pronto para saberlo. Tengo objetivos que no solo se rigen por lo profesional, sino a lo personal. Cada día tengo un pensamiento distinto en cuanto adónde quiero llegar. Lo que sí te puedo decir es que me gustaría seguir como estoy en cuanto a mi vida personal.