UN POSTRE que gusta a casi todo el mundo y que cada restaurante, como cada casa, prepara a su manera. Brandy, helado, queso, vino... hay versiones para todos los gustos.
03 jun 2017 . Actualizado a las 05:35 h.Es decir su nombre y a más de uno se le hace la boca agua. «¿Qué tarta de la abuela? ¡Ah, la de galleta y chocolate!», reaccionan unos cuantos despistados amantes del dulce. Porque, aunque se trata de un postre de lo más tradicional, cada maestrillo tiene su librillo y cada cocina, también. Prácticamente en lo único que todo el mundo se pone de acuerdo es en que lleva tres ingredientes principales: capas de galleta, leche y chocolate.
A partir de ahí, otros productos como el brandy, el helado o la crema pastelera han pasado a formar parte de la «clásica» receta de muchas casas. Y de las abuelas, el furor ha llegado a los restaurantes.
El éxito de la tarta de la abuela lo conoce bien Ángeles Marzoa, cocinera y responsable del establecimiento coruñés Jaleo que no dudó en incorporar a su negocio el famoso dulce familiar. «Es un postre muy sencillo y muy típico de aquí», observa. Recuerda que cuando abrió «cada día probaba una galleta diferente, con diferentes texturas, y nata, chocolate...». Hasta que dio en el clavo. Pero, dentro de la sencillez de la receta -en su caso, «galleta, crema pastelera y chocolate»- optó por reiventarla. «Ahora le pongo prácticamente lo mismo, solo que al mojar la galleta en leche caliente le pongo un poquito de Baileys, la crema pastelera lleva vainilla y por encima le echo un ‘coulis’ de fresa, que lleva fresa, azúcar y vainilla», explica.
Como toque final, añade una bola de helado de fresa que compra «en una de las mejores heladerías de la ciudad». «Ahora estoy pensando en quitar la tarta de la carta y mis clientes me dicen: ‘¡ni se te ocurra!’ El chocolate y la fresa siempre son un éxito», asegura Marzoa.
En la misma ciudad, en el local La Marmota, la tarta de la abuela llegó hace muy poco y por petición popular. «Los clientes empezaron a pedirla, si no nunca se me habría ocurrido hacerla», cuenta la repostera Elisa Fernández. Ella lo elabora prácticamente todo, desde las galletas, que prepara con mantequilla, y el chocolate, que es el ingrediente estrella: «La hacemos con mousse de chocolate y, al final, le añadimos una cobertura de chocolate con leche», cuenta Fernández, quien además decora el postre con «pétalos o vainas de chocolate».
OTRA VUELTA DE TUERCA
Algo diferente es la versión de Cristóbal Rey, jefe de cocina del restaurante compostelano O Tamboril. En su tarta de la abuela cambia la forma. Lleva crema pastelera y chocolate, pero lo que marca la diferencia es la galleta. «La trituramos y, en pasta brick, le ponemos Pedro Ximénez. Luego la metemos en el horno y conseguimos una galleta crujiente», señala. Después de montar los pisos de galleta y crema, la preparación termina con «un baño de salsa de chocolate».
En la taberna Tapas Areal de Vigo, la tarta de la abuela llegó por accidente. «Non ten nada que ver coa de sempre. Un compañeiro equivocouse ao facela e resulta que saíu rica», avisan. El responsable fue Pablo Díaz quien, cuando se disponía a preparar una tarta de queso fría bañada con caramelo, decidió añadir galleta mojada en leche de Oporto porque le había quedado «bajita en el molde», además de flan y una cubierta de chocolate. «Queda mojada y bárbara. Ahora es la reina de las tartas de aquí», presume el artífice de la versión más contemporánea de este dulce. ¿A alguien le apetece postre?