20 AÑOS DE LA TRÁGICA MUERTE DE LADY DI, por ese motivo sus hijos abren la puerta de sus corazones describiendo cómo vivieron su última llamada de teléfono de Diana desde París y contando su lucha por mantener su legado.
05 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«Hablo de la abuelita Diana constantemente a mis hijos, Jorge y Charlotte», cuenta el príncipe Guillermo refiriéndose a su madre. Si la princesa Diana de Gales no hubiese muerto en el trágico accidente de coche de París hace 20 años, cumpliría 56 años este verano y disfrutaría de la compañía de dos nietos. Para recordarla, sus hijos, Guillermo y Enrique, decidieron participar en un documental en el que la recuerdan y explican su trabajo para mantener su legado más vivo que nunca.
Diana, Nuestra Madre: Su Vida y Legado es uno de los últimos documentales sobre la figura de Diana de Gales... pero posiblemente no será el último. El duque de Cambridge, el hijo mayor y segundo en la línea al trono británico, reconoce que no ha podido poner más fotos de su madre en las paredes de su casa para que sus dos hijos sientan su presencia lo más cercana posible. Guillermo de Inglaterra admite como si bien su mujer, Catalina, «no la conoció, por lo que ella realmente no puede proporcionar ese nivel de detalle, yo sí que les hablo de ella e intento recordarles que hay dos abuelas en sus vidas y por eso es importante que sepan quién es ella y que ella existió», y predice cómo hubiese sido de abuela, igual de buena que lo fue de madre: «Amaría a los niños con locura». El príncipe Guillermo explicó que la idea de participar en el programa de televisión le parecía «bastante desalentadora», pero supuso para él «un proceso de curación» a la vez que una forma de que el legado de Diana sobreviva en su trabajo diario.
En el caso del príncipe Enrique, recuerda a su madre en el documental como alguien que se divirtió mucho en vida y reconoce que echa de menos los abrazos de oso que esta le daba cuando era un niño, de los que no podía escapar. «Cuando alguien me dice que dé un ejemplo de por qué era divertida, todo lo que puedo oír es su risa en mi cabeza», dice. Ambos hermanos no olvidan esa carga que les pesa desde el día de la muerte de su madre: lo apresurados que fueron cuando les llamó desde París pocas horas antes de su muerte, en la que terminó convirtiéndose en su última llamada telefónica.
El príncipe Enrique tenía apenas 12 años, y su hermano, tres más, cuando la princesa Diana murió, el 31 de agosto de 1997, junto a su novio de entonces, Dodi Al Fayed, hijo del dueño de los lujosos almacenes Harrods, y el conductor del automóvil, Henri Paul, que intentaba escapar de los paparazis que buscaban una exclusiva de la pareja en la ciudad del amor. Enrique de Inglaterra explica como «lo único que recuerdo es probablemente lo breve que fue» y su lamento y pesar por no haber hablado más con ella. Pero los hermanos, como niños que eran, estaban jugando en compañía de sus primos en el castillo de Balmoral, la casa de verano de la Reina Isabel II en Escocia, y no podían ni imaginarse que su vida iba a cambiar para siempre pocas horas más tarde.
Mientras pasan las páginas de un álbum con fotos inéditas de los príncipes con su madre, explican cómo durante sus años de vida, su madre les animó a ser «traviesos» y hacen una crítica divertida del vestuario pintoresco que Diana les ponía cuando eran unos críos. El especial de 90 minutos, con entrevistas exclusivas, fue visto por un promedio de 6,9 millones de personas, un 33 % de los espectadores, dejando de manifiesto la atención y afecto que aún tienen los británicos por Diana de Gales, y eso que competía con la final del reality Love Island, uno de los más vistos del año. Los hermanos también hacen un repaso a la imagen global de Diana de Gales y su enorme influencia como activista. Un testigo que ambos han tomado y se empeñan en mantener vivo, ayudando a las personas sin hogar, las víctimas del sida y la campaña para la prohibición de las minas antipersona.
LO QUE SE PASA POR ALTO
En el caso de su amigo el músico Elton John, resalta como la princesa rompió muchos tabúes y barreras al hablar del sida y visitar a gente que la padecía en los años ochenta: «Era considerada una enfermedad gay y ver que alguien que estaba en la familia real, y que era una mujer y heterosexual, se preocupaba de eso fue un regalo increíble».
Pero en el documental apenas hay unos breves minutos para hablar de cómo la princesa estuvo triste durante un momento de su vida y cómo su matrimonio con el príncipe Carlos terminó rompiéndose, pero ni una sola pincelada de la verdadera causa de su ruptura, el amor en secreto por Camila Parker, que tanto la hizo sufrir en vida, y que con el tiempo se ha convertido en real y abierto.