Ella también es la Pedroche

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MARCOS MÍGUEZ

16 sep 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

MARCOS MÍGUEZ

Confiesa que hay gente que le dice cosas como: «Eres igual de guapa que la otra». Pero Noelia Pedroche lo tiene claro. «Para estar a ese nivel hace falta mucho». La Pedroche gallega tiene 23 años, está soltera, no tiene novio cocinero, trabaja como administrativa en el departamento de recursos humanos de una empresa de Arteixo, y no descarta convertirse en modelo. «Lo único que hice relacionado con la imagen fue ejercer de azafata. Lo de modelo me gustaría, pero creí que me costaría mucho por mi timidez», asegura. Nació en Uruguay, fruto de una relación de una emigrante vasca y uno madrileño, y desde que era una niña vive en A Coruña. «Hasta hace unos años mi apellido no llamaba la atención y la gente me solía preguntar cómo se escribía. Ahora todo el mundo sabe cómo se escribe y me sueltan la pregunta ¿tienes algo que ver con la presentadora?», relata. En cualquier caso dice que nunca se planteó cambiar el orden de sus apellidos. «No es para tanto». Aunque no le consta parentesco directo con Cristina Pedroche, su familia paterna es de Madrid y hay parientes con este apellido que viven en Vallecas, el barrio del que es originaria la pareja del cocinero David Muñoz. Quién sabe si algún día descubre que son primas. Dice que, al principio, sus compañeros de trabajo la vacilaban pero que con el paso del tiempo pasó la gracia. La Pedroche gallega confiesa que ve las campanadas en la cadena donde aparece la Pedroche madrileña pero asegura: «No me parece un personaje tan especial. Ni me encanta ni me cae mal. Me resulta un poco indiferente», apunta esta atractiva joven a la que le gustaría seguir estudiando, formándose y, por qué no, hacer sus pinitos en el mundo de la moda.

VEINTE 600 GALLEGOS

Admiro a esta gente. A los que tienen una afición a la que dedican horas y horas. Que son capaces de hipotecar su tiempo libre y hasta sus vacaciones por una pasión por algo. «De Galicia había veinte Seat 600», me confirman desde el Club 600 Galicia. El fin de semana pasado se celebró en el circuito de Montmeló de Barcelona el 60 aniversario del legendario vehículo y hubo una nutrida representación de nuestra comunidad. Algunos mandaron el coche en un camión, pero hubo unos cuantos que hicieron más de 2.000 kilómetros por carreteras generales para llevar a cabo un singular viaje al pasado. «Apenas tuvimos incidencias, tan solo el cambio de una junta de una bomba de agua al poco de salir de Soria y que arreglamos nosotros mismos en poco tiempo en el arcén», comenta Antonio López, vicepresidente del entusiasta colectivo. Lo dicho, hay que tener afición y llevarla hasta sus últimas consecuencias. El mismo fin de semana que estos gallegos locos por el 600 circulaban por Cataluña, la firma BMW me invitó a navegar desde Sanxenxo hasta Ons con motivo de la regata Juan Carlos I. Qué pena, finalmente me resultó imposible ir porque, además, ya me había comprometido a acudir y decir unas palabras en el homenaje al veterano periodista Albino Mallo. Últimamente mi agenda ya se parece a la de la Pedroche, a la de Madrid me refiero, no a la divertida versión gallega.

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FOTO: MARCOS MÍGUEZ