Will mataría por compartir pantalla con su tocayo de Hollywood. Mientras tanto, el actor vive su mejor momento tras su papel en «Mar de plástico». Orgulloso de sus rasgos dominicanos, impulsó el proyecto Limbo para defender la entrada en escena de la nueva generación de actores fruto de la inmigración.
16 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Tras Mar de Plástico, el gallego Will Shephard vive su eclosión. Por eso en Sitges se ha llevado la mención Red Blood Carpet al mejor actor con proyección. En Bernarda, la adaptación al cine del clásico de Lorca, será un Pepe Romano negro, antes de convertirse en uno de los protagonistas del próximo largo de Emilio Martínez-Lázaro, director de Ocho apellidos vascos, donde compartirá cartel con Dani Rovira. Mientras tanto, ha impulsado el proyecto Limbo para dar cabida a actores de distintas nacionalidades y razas. «Ahora el color se mira menos y más el talento», afirma este entusiasta del trabajo duro y de Will Smith, con quien sueña trabajar. Y con ganar el óscar.
-En Sitges has recibido la distinción al mejor actor con proyección.
-Sí, el premio se llama Red Blood Carpet, que apoya a los artistas con proyección en España y son candidatos idóneos para proyectos internacionales.
-¿Te dio suerte «Mar de plástico»?
-Sí, por suerte salieron trabajos muy rápido: un corto, Cuánto: más allá del dinero, con Adriana Ugarte; otro dirigido por Carlos Cabero, mi mánager, y la película Chistes de amor, que empezaré a rodar en la primavera del 2018 como uno de los protagonistas.
-Ahora acabas de rodar «Bernarda» con un buen elenco.
-Sí, está inspirada en La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca y figuran Victoria Abril, Assumpta Serna, Elisa Mouliaá y Míriam Díaz Aroca.
-¿Qué te has llevado de ellas?
-Ha sido una experiencia brutal. Assumpta y Míriam nos han dado muchos consejos y nos han transmitido la humildad en su trabajo y la precisión. Y luego ver trabajar a Victoria Abril, que es un terremoto, me hizo darme cuenta de que se puede hacer un trabajo totalmente perfecto, como hace ella, metiéndose completamente en el personaje hasta que acaba la jornada o el trabajo; algo admirable.
-En «Bernarda» serás Pepe el Romano que, por primera vez, será negro.
-Sí, ahora estamos en una época en la que el color se mira menos y más el talento de los artistas. El color de la piel no importa a la hora de interpretar un personaje. Yo soy gallego, de A Coruña, y aunque esto es un hándicap que siempre estuvo ahí, por suerte está cambiando.
-¿Qué lema te has fabricado?
-Es uno que comparto con mi representante: «No hay sueños, sino objetivos, y hay que ir a por ellos». Eso es lo que nos rige ahora a la hora de conseguir cosas.
-Y entre esos objetivos, ¿alguno te ilusiona especialmente?
-Sí, trabajar con Will Smith y abrirme paso en Hollywood. Igual que el cirujano se forma para operar en grandes hospitales, yo me pongo como meta el óscar, igual que cualquier actor.
-¿Por qué con Will Smith?
-Porque muchos de mi edad nos hemos criado con él y El príncipe de Bell Air. Y para mí es un referente y un ejemplo por cómo actúa. Y luego tuve la suerte de coincidir con él en carne y hueso en un evento, hablamos y superó todas mis expectativas. Es un hombre grande, pero muy cercano, muy natural y real. Y el hecho de ver que Will Smith era así de real, me motiva a ir más allá y a esperar trabajar un día con él.
-Ahora rodarás con Dani Rovira.
-Va a ser una comedia muy loca y divertida de Emilio Martínez-Lázaro, el de Ocho apellidos vascos, que promete diversión, pero aún no puedo contar mi rol.
-¿En qué consiste el proyecto Limbo?
-Limbo surgió de una reunión de amigos artistas para hacer proyectos más inclusivos. En España ya tenemos actores con diferentes rasgos trabajando en series, películas, teatro… Pero como estamos aún en esa pequeña transición, todavía tenemos que buscarnos un hueco creando distintos proyectos.
-¿Tenéis dificultad los actores con rasgos de otras culturas?
-Hay muchos artistas de segunda generación que han nacido aquí y son españoles con rasgos asiáticos, africanos o árabes. Pero como en toda transición hay un período de adaptación. No podemos compararnos aún con Estados Unidos, Inglaterra o Francia, donde ya hay cuatro generaciones de gente de todos los sitios. Entonces, más que dificultades, hay que normalizar un hecho.
-¿Tú viviste la diversidad al ser emigrante en Galicia?
-Sí, porque era algo nuevo. Estaba en un colegio donde no había más niños con rasgos de fuera y ya se sabe que eso llama la atención. Pero una vez creces, no ves tanto eso y se va normalizando.
-¿Por qué te gustaría que te reconocieran los gallegos?
-Porque soy de Galicia. Por lo mismo por lo que yo siempre me he sentido orgulloso de pequeño al ver algún actor gallego en cualquier lugar de España o del mundo.