
El lunes a las siete de la mañana mi mujer exprimió un limón sobre un vaso de agua templada. Estuvo un rato tocando con el dedito el chorro que salía del grifo para acertar con la temperatura ideal. «Tómate esto que es buenísimo», dijo. Inocente, pregunté, ¿bueno, para qué? «Para todo», contestó como diciendo, bebe y calla que no sabes nada de lo que se lleva ahora. Lo bebí con desagrado. No sé si es peor el sabor del limón a esa hora tan temprana o el agua templada. Pero como conozco a mi pareja sé que esos brotes de homeópata de andar por casa le suelen durar pocos días. De hecho, el martes ya no comentó nada de tomar el brebaje ni tampoco se lo recordé. «Un día no pasa nada, pero tampoco hay ninguna evidencia científica sobre el asunto. Lo único cierto es que te puedes quedar sin esmalte en los dientes si insistes mucho, hasta lo alertan los dentistas, que el consumo excesivo de limón afecta a la erosión del esmalte dental», comenta Deborah García, química y divulgadora científica. Precisamente acaba de lanzar al mercado un libro que aborda mitos y leyendas como que lo de castigar a tu cuerpo un lunes por la mañana con un vaso de agua templada con limón. Se titula: ¡Que se le van las vitaminas! Posiblemente una de las frases más repetidas en las cocinas y que ha ido pasando de generación en generación. Lo decían nuestras madres y se lo espetamos a nuestros hijos en cuanto pasman con Bob Esponja y no se beben el zumo-néctar. Hay gente que no deja pasar ni un segundo entre el proceso de exprimir y el de la ingesta. Como si cada instante fuese oro. ¿Cuántas vitaminas pierde un zumo de naranja por segundo? «No se le van. Puedes hacer el zumo y esperar tres días que las vitaminas siguen ahí. Se degradan otras cosas antes que las vitaminas. Mi abuela colocaba un platito encima del vaso para que no volasen las vitaminas y eso no tiene ni pies ni cabeza. Incluso siempre asociamos la vitamina con las naranjas y hay otros productos que contienen más, como el pimiento rojo o las fresas. Son el tipo de cosas que abordo en el libro», destaca Deborah. La publicación está en las librerías desde hace diez días y «se está vendiendo muchísimo», afirma.
OTRAS LEYENDAS
La portada incluye el subtítulo: Mitos y secretos que solo la ciencia puede resolver. Prepárense porque esta coruñesa viene dispuesta a acabar con la moral de todos. «Hay mucha gente que toma azúcar moreno (yo, lo confieso) con la idea de que es más saludable que el blanco. Es un mito. En un 98 % son lo mismo, y nuestro organismo lo metaboliza igual. Nunca busques minerales y vitaminas en el azúcar», sentencia. ¿Y esa cucharada de miel para prevenir los catarros? «No hay evidencias científicas. El efecto del azúcar que contiene puede hacer una capa protectora leve, pero es mucho más efectivo cualquier medicamento de la farmacia», responde sin dudar. Va la última para Deborah. Tomarse una copita de vino es bueno para la salud, ¿no? «El consumo moderado no produce ningún beneficio. Yo lo tomo porque me gusta, no porque sea bueno», asegura. Empecé librándome del vaso de agua tibia con limón y ahora ya no puedo ni tomar un vinito. Pero hay gente que dice: «A mí me funciona». «Lo que le puede ir bien a alguien no es representativo», se reafirma esta gallega que desmonta mitos.
CON LOS CHICOS DE «O.T.»
Entre aturdidos y alucinados. Así estaban Nerea, Roi, y Juan Antonio poco antes de enfrentarse a los cinco mil jóvenes procedentes de toda Galicia que se acercaron a El Corte Inglés de A Coruña. «¿Podría tomar una Coca-Cola?», pregunta con voz tímida Juan Antonio. «Claro, ¿cómo la quieres?», responde el de la productora. Estuve a punto de decirle que para la voz era mejor un poco de miel con limón, pero...