LLEGAN LAS «SEA BIKES» Pedalear sobre las cristalinas aguas de la ría de Arousa ya es posible. En A Illa puedes alquilar tu bicicleta y darte un garbeo con total tranquilidad por encima de las olas mientras tomas el sol y haces ejercicio
17 mar 2018 . Actualizado a las 05:05 h.Ya dejó escrito Fernando Fernán Gómez aquello de que las bicicletas son para el verano, pero el Luis que creó el genio limeño la gozaría mucho más con el aparato que se puede encontrar en A Illa de Arousa. La firma Piragüilla, especializada en turismo activo, ha aumentado su oferta con las sea bikes. Todo el mundo asocia el deporte en la playa con las imágenes de las playas de Miami y esos chicos musculosos moldeando su cuerpo al sol, o con algún partidillo de voleibol sobre la arena. Las sea bikes también permiten hacer deporte en la playa, pero con mucho menos esfuerzo y de manera más discreta, si es que la discreción todavía tiene seguidores en estos tiempos.
Se trata de una bicicleta normal, pero con sendos flotadores a ambos lados que les permiten desplazarse sobre las aguas sin mayor problema. Su estabilidad es tal que en Piragüilla están convencidos de que se podrá alcanzar el desértico islote de Areoso sin mayores problemas y con mucho menor esfuerzo que sobre una piragua.
En realidad, con las «sea bikes» haces deporte prácticamente desde que las alquilas. El primer paso a seguir es el inflado de los flotadores. Olvídense del clásico bombín. Toca pedalear ya desde el primer minuto. Una dinamo ayuda a que cada pedalada se convierta en una bocanada de aire que va hinchando poco a poco los flotadores sobre los que se sustentará la bicicleta. El proceso de montaje es rápido. Poco más de un cuarto de hora. Y se acortará durante el verano, porque la intención de los responsables de Piragüilla es ofrecerle al cliente la sea bike ya preparada para disfrutar de ella.
MUY LIVIANA
Con los flotadores ya hinchados toca acercarla hasta la orilla. No pesa mucho y dos personas -una si llamamos a alguno de aquellos chicos de Miami- pueden transportarla sin problemas. Apenas un palmo de agua basta para subirse. Calzado fuera, pies desnudos y arriba. Ni siquiera hace falta llevar bañador, porque el riesgo de caída es mínimo. Si no queremos enseñar las piernas, nos arremangamos los pantalones y listo.
Llega el momento de probarla. Sorprende porque se desplaza con total facilidad. Cierto es que las calas de A Illa no pueden compararse con el Orzán, pero su estabilidad es espectacular. Unas vueltas cerca de la orilla para hacernos con el dominio de la situación y ya podemos lanzarnos a explorar A Illa de Arousa desde otra perspectiva. ¿Que queremos acercarnos a disfrutar de las espectaculares playas de O Carreirón ahorrándonos un paseo buscando alguna lejos de miradas indiscretas? Pues hacia allí vamos. ¿Que queremos cruzar bajo el puente que discurre entre Vilanova y A Illa? No hay problema.
Para que los más aventureros no corran el riesgo de perderse, que cada verano aparece algún piragüista intrépido que acaba en O Grove, en Piragüilla están desarrollando una aplicación que permitirá tener localizados en todo momento a los usuarios tanto de las sea bikes como de las piraguas por si se despistan y acaban donde no deben. Además, proveerá de información al usuario, que podrá conocer la toponimia de cada lugar que recorra e incluso algunas de las curiosidades que guarda.
Evidentemente, las sea bikes no son un invento isleño. Tienen muchos años. Ni siquiera había nacido aún Fernando Fernán Gómez cuando un inquieto vasco llamado Ramón Barea ideó una máquina con la que fue capaz de pedalear sobre las aguas de la bahía de la Concha, nada menos. Sucedió en 1893. Aquello le gustó y le vio futuro, así que decidió acudir con su prototipo a la exposición universal de París. Su invención cayó en el olvido, pero los familiares de Barea están en plena pelea por reivindicar la despierta mente de su antecesor y en la era de Internet todo es posible. Hasta que uno de sus nietos se haya puesto en contacto con los responsables de Piragüilla para felicitarles por su iniciativa y para adelantarles su intención de desplazarse a las tierras arousanas para conocerlos.
Al nieto de Ramón Barea es probable que el paseo sobre las transparentes aguas de A Illa le salga gratis, pero para el común de los mortales tampoco es que vaya a suponer un tremendo desembolso. Todo lo contrario. Los planes de los responsables de Piragüilla dictan un precio de 30 euros por un alquiler de media jornada (cuatro horas) y de cuarenta euros por la jornada completa.
LOS CONSEJOS
Y con la sea bike irán también los consejos necesarios para que quien se monte en ella tome la ruta más adecuada a las condiciones del mar en ese día en concreto. El hecho de que el riesgo de caída, cafrada mediante, sea mínimo y las bondades de la ría de Arousa durante buena parte del año posibilitan que las sea bikes puedan utilizarse durante cualquier época. De hecho, la primera prueba, con éxito, fue durante las Navidades, y en San Valentín también tuvo su aceptación como regalo distinto e inesperado.
Tampoco es en A Illa donde primero han desembarcado las sea bikes, que tienen su público ya en Londres, Nueva York o Venecia. Sin embargo, las comparaciones son odiosas y pedalear sobre las espectaculares aguas que rodean al islote de Areoso es algo que no tiene parangón. Porque sí, don Fernando, puede que tenga usted razón y que las bicicletas sean para cualquier verano, pero está claro que para las sea bikes no puede haber un mejor lugar que A Illa de Arousa.