Cinco canciones parten como favoritas para suceder a Salvador Sobral en el trono. Aunque puede haber sorpresas, Amaia y Alfred no lo van a tener nada fácil el próximo 12 de mayo en Lisboa
10 abr 2018 . Actualizado a las 19:21 h.Millones de espectadores se sentarán frente a sus televisores en poco más de un mes para dar respuesta a esta pregunta, pero muchos ya se aventuran a solucionar la incógnita. Este año los favoritos para ganar Eurovisión están más desperdigados que nunca, tanto que algunos hasta dan la vuelta al globo. Ese es el caso de Australia que, desde que empezó a participar en el festival para sorpresa de muchos en el 2015 no deja de acariciar la victoria. Aún así Jessica Mauboy lo va a tener que luchar si quiere mantener el listón de su país. Israel no deja de sonar como la próxima ganadora del festival. Netta Barzilai, que interpretará Toy, es la rival a batir de la edición desde que salió su tema a la luz. Entre cacareos y extravagancias ha superado ya los 10 millones de visualizaciones en YouTube. En la plataforma de vídeo solo la israelí supera en visitas a Amaia y Alfred que, aunque las casas de apuestas los dejan rondando el top 10, tienen la segunda canción más escuchada del festival de este año.
Si Israel consigue la anhelada victoria, este sería su cuarto triunfo en Eurovisión. Mientras Bélgica y Estonia cuentan ya con una victoria en su haber, Australia y República Checa estrenarían palmarés. El checo Mikolas Josef pondrá toda la carne en el asador para llevar por primera vez el festival a su país, y para ello defenderá un tema juvenil y bailable muy opuesto a dos de sus principales rivales. Al dinamismo de Lie to Me se opone la sobriedad de las propuestas de Bélgica y Estonia. Ambas acudirán a Lisboa con temas lentos en los que se esperan puestas en escena minimalistas. La cantante estonia lució en la selección de su país un llamativo vestido que se iluminaba y cambiaba de color, un recurso que ya utilizaron otros países en Eurovisión como Rusia en el 2015 o Moldavia en el 2011.
1. Netta Barzilai (Israel)
Es la gran favorita de la edición, y no es para menos. Su canción Toy es pegadiza, enérgica y un himno de empoderamiento femenino. El tema electrónico hará saltar a todos los fans en Lisboa... y en muchas discotecas.
2. Elina Nechayeva (Estonia)
Como si de una cantante de ópera se tratase, la intérprete báltica presenta una de las apuestas más arriegadas de la edición. La Forza, al estilo del bel canto italiano, es todo un despliegue de voz por parte de Nechayeva.
3. Mikolas Josef (República Checa)
Es uno de los más jóvenes de la edición, con permiso de Amaia y Alfred, y está dispuesto a hacer bailar a todos con Lie To Me. El tema pop recuerda a Jason Derulo, tanto que algunos ven excesivas similitudes con Talk dirty to me.
4. Sennek (Bélgica)
A nadie le extrañaría que A Matter of Time sonara en la próxima peli de James Bond. Y es que el tema de Sennek tiene un toque retro que engancha nada más escuchar las primeras notas. ¿Tendrá la belga licencia para ganar?
5. Jessica Mauboy (Australia)
La australiana se subirá por segunda vez al escenario de Eurovisión - ya lo hizo en el 2014 cuando su país actuó como invitado- con el tema We Got Love, una canción pop internacional que es toda una oda al amor.
El perfil del ganador
El festival cumple este año 63 ediciones y en su larga trayectoria ha sufrido muchos cambios. El tipo de canciones, la puesta en escena y hasta la forma de votación han variado. Con todo, hay unas teclas mágicas que parece que funcionan sobre el escenario. Desde el 2000, solo tres dúos y un grupo consiguieron alcanzar el primer puesto. Los 14 ganadores restantes eran solistas y de ellos, la gran mayoría mujeres. No es nada raro que este año todos los favoritos canten en solitario y que cuatro de ellos sean voces femeninas.
En cuanto a estilo, las baladas se llevan la fama pero no son el tipo de canción que sale mejor parado del festival. Aunque hace 7 años que no gana un tema así, Alfred y Amaia podrían emular al dúo azerí que ganó en el 2011 con el tema Running Scared.
¿Y el idioma? Aunque el francés brilló como lengua ganadora en los inicios de Eurovisión, el inglés arrasa sin lugar a dudas. De las favoritas, solo Estonia se arriesga con una canción en italiano. Si vence, podría ser el tercer país en lo que llevamos de siglo que consigue la victoria con una canción íntegramente en otro idioma. De momento solo lo lograron Serbia en el 2007 y Portugal en el 2017.
Es el mismo Salvador Sobral el que parece que ha cambiado las reglas del juego junto con su antecesora en la victoria, Jamala. El luso y la ucraniana -que interpretó un tema reivindicativo con partes en tártaro de Crimea- consiguieron llevarse a sus países el micrófono de cristal con apuestas muy alejadas del prototipo «eurovisivo». ¿Será esta la nueva tendencia del festival? Solo queda comprobarlo el próximo 12 de mayo.
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