
Nacieron el 8 de mayo de 1958. «El mayor soy yo, aunque no sabemos con certeza cuál de los tres nació primero. Lo que sí es seguro es que mi madre esperaba gemelos y al final fuimos tres», asegura José Luis, Nano Suárez Guijarro. Mientras tanto, Juan y Miguel, al que llaman Ángel, sonríen. Se vacilan y quieren como solo hacen los hermanos. «Puede decirse que tenemos un sentido del humor peculiar, ya lo tenía mi madre», destacan. En este sábado, víspera del día dedicado a las mamás, qué mejor que recordar a Emilia Guijarro, Uca, que trajo al mundo trillizos años antes de que existiesen los tratamientos de fertilidad. «Somo sietemesinos y pesamos menos de un kilo cada uno. Un médico llegó a decir a la familia que era mejor que no saliésemos adelante porque íbamos a estar toda la vida enfermos. Años después, cada vez que veíamos a aquel médico pensábamos, “aquí estamos”», relata Ángel.
UNOS SUPERVIVIENTES
En una modesta maternidad que existía en la plaza de Vigo de A Coruña vinieron al mundo los trillizos. Allí no había incubadoras. «Idearon un sistema para darnos oxígeno casi de manera artesanal. Somos supervivientes», destaca Nano, que es traumatólogo en el Chuac y sabe de lo que habla. La progenitora era enfermera y se da la circunstancia de que ostenta otro récord relacionado con la medicina. En su día fue la primera mujer de más se sesenta años sometida a un trasplante de corazón. Había sido en el Valdecilla de Santander. «Era muy trabajadora, alegre, siempre que nos veía nos sonreía», recuerdan mientras damos un paseo por un parque de Santa Cristina, en el ayuntamiento de Oleiros. De pequeños eran como tres gotas de agua y ahora guardan cierto parecido. Nano se parece más a Ángel y Juan quizás es algo diferente. «Todos tenemos un poco de todos», resumen estos trillizos que de pequeños recuerdan que eran muy malos comedores. «Son uña y carne, en cuanto estás un rato con ellos te das cuenta de que son iguales», destaca Cova, la pareja de Nano. «Lo cierto es que más de una vez hemos llegado a un sitio vestidos iguales. Y una vez compré un traje y mi hermano también uno igual. Cuando alguien me saluda por la calle yo respondo, aunque el saludo sé que es para uno de mis hermanos y la persona se está confundiendo», relata Ángel. Me enseñan fotos del álbum familiar. El Facebook en blanco y negro. En una se ve a los tres pequeños en brazos de la madre. En otra, dando sus primeros pasos de la mano de mamá por el Cantón coruñés. Y en la que les muestro, abrazados siendo unos pequeñajos. Han pasado sesenta años y siguen abrazándose. «¡Claro que vamos a celebrar el cumpleaños. Cumplimos 180 años!», destacan.

DIETA DE ATÚN ROJO Y BUEY GALEGO
Un día un menú todo a base de atún rojo del Mediterráneo que comercializa Zapata Representante. Al día siguiente, otro cien por cien de carne de buey gallego criado en Portomarín por los propietarios del restaurante España. Estoupo. Si tuviese que repetir no sé por cuál decantarme. Cierto que el túnido es un manjar y admite diferentes preparaciones, pero o boi autóctono tiene un sabor difícil de igualar. ¿Steak tartar de atún o de buey? Me voy a mojar. Los dos que probé la semana pasada estaban extraordinarios, pero el de atún es para tomar más de vez en cuando porque su sabor y su grasa es más potente. La carne de buey la podrías meter hasta en un bocata y comerla en la merienda. Me encantó, por cierto, la sencillez y belleza del proyecto de los hermanos López. El terreno familiar en Portomarín con los bueyes disfrutando de unos cuantos años de vida placentera antes del inevitable final. La cultura de los diferentes cortes de la carne... Bueno, en realidad lo mismo que lo que sucede con el atún rojo, lo que pasa es que uno va por el mar y el otro por tierra. Para criar trillizos mejor el buey.