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Celebra el día del orgasmo femenino

CLAUDIA MORÁN

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ESTA ES TU FIESTA El 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino, una fecha para reivindicar el placer todavía tan desconocido de las mujeres y sobre el que los expertos tienen algo claro: hay que comunicar más, experimentar con el cuerpo y con la mente... ¡y dejar de fingir!

04 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No siento deseo sexual. ¿Por qué tengo orgasmos masturbándome y no con el coito? ¿Es tan malo fingir? Son algunas reacciones comunes de mujeres cuando se les pregunta por el Día Mundial del Orgasmo Femenino, que se celebra cada 8 de agosto para poner el acento en la importancia del clímax para la salud femenina. Un placer que, si bien hace mucho tiempo que sabemos que existe, todavía es un gran misterio. Las expertas lo tienen claro: todas las mujeres tienen la capacidad de llegar al orgasmo. Y nunca es tarde para aprender. «De las personas que dicen tener dificultades para llegar al orgasmo, el 95% son mujeres», afirma la sexóloga Nayara Malnero, autora del blog Sexperimentando. Las causas son diversas, pero la profesional destaca «la educación sexual, el no atreverse a pedir» o el hecho de que el placer «es algo que histórica y culturalmente siempre se nos ha negado».

«Un día estaba trabajando con una chica de 25 años que tiene problemas relacionados con el placer. Me contaba que cuando, de adolescente, hablaba abiertamente de sexualidad o preguntaba libremente sobre ella, había gente que la llamaba guarra», cuenta Malnero. Por eso considera que dedicar un día al orgasmo femenino «tiene una gran importancia para que la sexualidad y el placer femenino se reivindiquen».

GRAN DESCONOCIDO

Uno de los momentos tabú para las mujeres en relación con su propio orgasmo es cuando llega el de mantener relaciones sexuales con penetración. Muchas aseguran que jamás han logrado alcanzar el clímax durante el coito, mientras que sí lo consiguen mediante la masturbación. «Ocurre porque la estimulación de la penetración es ideal para el pene, pero no para el clítoris. Los sexólogos lo llamamos anorgasmia coital y es muy común en parejas heterosexuales», señala la experta Aránzazu García, de la clínica viguesa Vida. Pero asegura que «todas las mujeres están capacitadas para tener un orgasmo». «La clave es encontrar la manera de que, durante el coito, el clítoris reciba una estimulación parecida a la de la masturbación», añade.

Las expertas coinciden en que todo pasa por la mente, por lo que «no es cierto» que existan varios tipos de orgasmo femenino. «Sigmund Freud se inventó que había dos tipos: el vaginal y el clitoriano. Como hay tanto desconocimiento sobre la sexualidad y el placer de la mujer, seguimos utilizando teorías de los años 40 o 50 que no son reales», afirma Malnero. La confusión viene de que, «aunque quien produce el orgasmo es el cerebro», señala García, «existen unas zonas más erógenas que otras que ayudan a conseguirlo».

Hay varios elementos a tener en cuenta para alcanzar el orgasmo. «Físicamente, los músculos del suelo pélvico tienen que tener un tono suficiente. Además, la mujer debe saber qué botones tocar para estimularse o ser estimulada y, finalmente, recurrir a la mente, qué pensar o cómo dejarse ir», señala García.

Malnero observa que «muchas mujeres manifiestan que tienen bajo deseo», pero «no acuden al médico y no preguntan, porque consideran que no sentir deseo es normal». Y es que el deseo y el placer son, muchas veces, fruto de la curiosidad y la experimentación. «Las mujeres tenemos maneras distintas de llegar al orgasmo», reconoce García, por lo que es importante probar con «cambios de velocidad, distintas zonas y movimientos con los que podemos llegar perfectamente». Otro elemento de gran importancia es la comunicación. Más hablar... y menos fingir. «La mayor parte de las mujeres que fingen el orgasmo es porque el hombre se obsesiona con que ellas lleguen y siguen, dale que dale», dice Aránzazu García, aunque añade que «a veces se finge por vergüenza, por el miedo a ‘no cumplir’».

«Fingir es mentir a tu pareja y mentirse a una misma: la pareja piensa que lo está haciendo bien y va a seguir haciendo lo mismo», indica Malnero, y añade que «habitualmente lo hacemos para que él se quede contento o porque damos menos importancia a nuestro propio orgasmo». García tiene muy claro que «la principal responsable de su placer y de su orgasmo es la propia mujer», a pesar de que «pueda contar con ayuda externa». «Ellos no pueden tener ni idea de cómo tocarnos si no se lo enseñamos», concluye. Hasta el placer hay que tomárselo muy en serio.