DUELO DE CUÑADAS Las cosas no son tan idílicas como parece y la relación de la duquesa de Sussex y la de Cambridge no es tan buena como parecía. La prensa británica ha publicado una serie de historias que no las dejan en el mejor lugar y especulan que el cambio de residencia de Meghan y Enrique no es casual
08 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Las tiranteces entre las cuñadas no son nuevas y se remontan a los preparativos de la boda de Meghan y Enrique, cuando Meghan al parecer hizo llorar a Kate Middleton porque no estaba conforme con el traje que iba a lucir la hija de esta, que formaba parte del cortejo. Las demandas de la actriz estadounidense fueron demasiado duras para Middleton, que en ese momento hacía poco que acababa de dar a luz a Louis, su tercer hijo, y terminó llorando.
Las fuentes de palacio insisten ahora en que no hubo ninguna pelea dramática entre las dos cuñadas y han empezado una investigación para saber quién es el responsable de las filtraciones constantes sobre la mala relación entre Meghan y Kate que ha trascendido en los medios británicos.
Desde entonces, las dos han intentado superar el incidente, pero la relación -se ve de lejos- no es la misma. Según apunta The Sun, antes de la boda de Meghan y Enrique, la duquesa de Cambridge le dijo a Meghan que no reprendiera a los miembros de su equipo en el palacio de Kensington. «Esto es falso, nunca sucedió», asegura un portavoz del palacio de Kensington, en una rara respuesta a las informaciones de la prensa británica.
A eso se suma que el biógrafo real Robert Jobson afirma que la respetada reina Isabel II tuvo que hablar con su nieto Enrique por la actitud de Meghan. En concreto, por un desacuerdo sobre qué tiara usaría en su boda el pasado mes de mayo.
A la imagen de Meghan tampoco le ayuda la dimisión de su asistente personal, Melissa Toubati, de 39 años, tras permanecer en ese puesto tan solo seis meses. La versión oficial apunta a la fuerte presión, pero la de la prensa británica señala al fuerte carácter de la exactriz, que se maneja con demasiadas exigencias. «Tiene un gran talento y desempeñó un papel fundamental en el éxito de la boda real. Será extrañada por todos en la casa», informaron en el comunicado oficial, mientras los tabloides especulan que decidieron tomar caminos separados por el trato poco convencional que Meghan le da al personal real y sus solicitudes por correo electrónico a las cinco de la mañana.
NO MUY BIENVENIDA
El príncipe Enrique, de 34 años, también estaría enfadado porque ni su hermano ni otros miembros de la familia real han «desplegado la alfombra roja» para su ya mujer. De hecho, la Navidad pasada, Meghan sugirió que no se sentía del todo bienvenida con todos los miembros de su nueva familia. Fue ahí cuando el príncipe Carlos intentó suavizar las cosas con una invitación a Anmer Hall, la casa de campo de Guillermo y Kate, pero la invitación fue contraproducente y no consiguió que se arreglaran las cosas, sino todo lo contrario: «Hubo una disputa espantosa».
Lo cierto es que pronto el príncipe Enrique y su esposa abandonarán Nottingham Cottage, que forma parte del histórico palacio de Kensington, residencia oficial también del hermano de Guillermo, de su esposa y de sus tres hijos, George, Charlotte y Louis.
La pareja planea mudarse a comienzos del próximo año a la casa de Frogmore, dentro del castillo de Windsor, y los tabloides británicos, lejos de creerse la versión oficial, no dejan de especular diciendo que la verdadera razón para la mudanza es que las cuñadas no se llevan bien, tal y como publicó el Daily Mail: «No hay duda de que la nueva duquesa de Sussex no ha forjado una relación particularmente estrecha con la esposa de su cuñado. Ella y Kate son simplemente personas muy diferentes».
Lo que está claro es que Kate y Meghan rara vez han sido vistas en público desde la boda del pasado mes de mayo, aunque la reina está decidida a unir a sus dos nueras de nuevo, y para ello pasará la Navidad con las dos parejas en su residencia de Norfolk. «Las informaciones sobre una Navidad por separado son incorrectas. Todos estarán juntos en Norfolk este año», afirma una fuente anónima al citado periódico, para insistir en que Enrique y Guillermo están tan unidos como siempre. Pero son muchos los que a estas alturas dudan de que la Navidad de los Windsor sea idílica. Kate y Meghan darán muestras de que, como en todas las familias, hay mal rollo real.