RESUMIR EL LEGADO DEL KÁISER ES DIFÍCIL. El hombre «inmortal» disfrutó como nadie de la moda. De las bolsas de supermercado de lujo, pasando por los logos y las gorras de béisbol, a la reinvención del tweed como tejido cool
23 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«Veinticuatro horas al día no es suficiente». A Karl Lagerfeld había pocas cosas que le frenasen. La suya era una personalidad como la copa de un pino que lo llevó a ser el grande, con mayúsculas, de la moda. El káiser aterrizó en Chanel en 1983 cuando la marca se había vuelto un poco viejuna, y la transformó en icono millennial. El alemán supo como nadie adaptarse y conectar con la generación de cada momento. De madre a hija, de Vanessa Paradis a Lily Rose Depp. Entre sus grandes hitos, la reinvención del tweed: demostró que se puede llevar este tejido de abuela con un pantalón rosa de punto raído. Alguno puso el grito en el cielo. Pero Karl no estaba loco. Aunque para rompedora, su idea de convertir la pasarela en un supermercado: Lagerfeld plantó el logo de Chanel en una bolsa de la compra, posiblemente el complemento de Chanel más kitsch de los diseñados por el káiser. Cada colección repetía patrones, pero siempre sorprendía. Consiguió que nos acostumbrásemos a sus sombreros, a sus diademas, a sus plumas en la cabeza. Y otro icono millennial cargado de hypes: las gorras ladeadas, a lo Príncipe de Bel-Air. Se imaginaba el tweed en un universo futurista: sus botas y gorros de la lluvia de plástico transparente son otras de sus genialidades. Recuperó las perlas y también la doble ce, que reinterpretó durante toda su carrera en broches, cinturones dorados de cadenas o pendientes.
1 El tweed 4.0. Nada queda de la imagen de abuela de este tejido. Aquí, Cara Delevingne con un conjunto de tweed muy grunge.
2 Futurista.Sus clásicos tenían poco de clásico: como su colección de botas y sombreros de lluvia de plástico.
3 Lagerfeld hizo grande el logo de Chanel. Entre su legado: los cinturones de cadenas con el emblema de la casa.
4 Al súper. El Kaiser transformó la cesta del supermercado en un bolso de lujo. Una de sus benditas locuras.
5 Objetivo millennial. Le gustaba rodearse de gente joven y entenderla. Jugaba con los complementos para captar su atención.