De norte a sur. Galicia está en el top mundial del surf. Hay cierto secretismo para preservar el encanto, pero también grandes clásicos populares. Illa Pancha es un reto, otro cantar. Responden los que tienen «tablas»
25 ago 2019 . Actualizado a las 12:51 h.El turismo del surf atrae cada verano más gente a Razo, Doniños, Patos, Nemiña o A Lanzada. La tendencia es una ola que crece. Galicia is different, é meiga, y sus ondiñas también. Nuestras olas salpican el Instagram de profesionales y famosos como Óscar y Mario Casas, pero los que viven cabalgando sobre el mar, abrazando lo que podríamos llamar la mística del surf, son reacios a contar en qué rincones marinos deslizan sus tablas. «Galicia es un paraíso que hay que conservar», señala Pablo Montero, varias veces campeón gallego de surf que recorre el mundo en busca de la ola perfecta y surfea todos los días del año. El álter ego de Paul Montana, como otras fuentes que guardan su identidad, ven en la masificación una amenaza para el encanto de nuestra costa, que ha vivido este año un reto XXL, el Illa Pancha Challenge, que reunió en enero en Ribadeo a los 25 mejores surfistas del mundo.
Galicia está en la onda, de norte a «surf». No por cuestión de tamaño, sino de forma. «La costa de Ribadeo da en olas grandes la mejor que hay en Galicia, pero el surf de las olas grandes es un mundo aparte. Personas que cojan en Galicia olas gigantes se cuentan con los dedos de una mano, o dos...», matiza Montero. El reto requiere preparación, nivel, medios, una formación que aquí acaba aún de nacer.
¿Qué tienen entonces las olas gallegas para atraer? «La clave es la posición de Galicia, en la punta más occidental de Europa. Pero además de una posición que también tiene Portugal, tenemos la curva de Fisterra, que coge todas las direcciones del viento», afirma Abel Lago, surfista desde niño, campeón del mundo de kitesurf y propietario de la escuela Abel Lago Watersports, en Muros. «Aquí tenemos un montón de playas salvajes, vírgenes. Cualquier surfista profesional de Europa escogería Galicia para hacer un reportaje. El imán son olas normales en lugares con mucho encanto. ‘La mejor ola’ depende de varias cosas, de que la ola abra, de que te permita estar tiempo pudiéndola surfear... Pero es algo que va más allá de la ola en sí, que está en función del entorno y el paisaje», considera Montero.
Depende del viento
La fuerza del mar y la dirección del viento son claves. «La ola debe tener el viento en contra, abrir y ser larga, pero en Galicia, insisto, el encanto está más en sus playas, en dónde y cómo están ubicadas -subraya Montero-. Nadie vendría a buscar la ola de su vida a Galicia, pero mucha gente viene a veranear aquí para surfear. Tenemos olas todos los días del año; esto es lo que nos distingue. Si no hay olas en Galicia, no las hay en ningún lugar de Europa», asegura quien se refiere a su tierra como «los Fiordos gallegos».
Las borrascas, pesadilla común del verano en el norte, tienen sus fans. Los surfistas encuentran aquí, gracias a ellas, paraísos para jugar. «Las mejores olas dependen del viento. Con nordés y anticiclón, mejor las playas de las Rías Baixas. Con suroeste, mejor la costa del norte», apunta Lago. Desde la Federación Española de Surf, con sede en Galicia, refuerzan que las playas del norte son las más estables en verano, «mientras que en el sur estos meses suele haber menos días de olas».
Sin desvelar los rincones de Galicia donde se puede estrenar ola, es posible establecer un top de playas que no fallan. Apuestas seguras son, afirman los profesionales consultados, Pantín, Valdoviño, Doniños, Louro y Area Maior, Carnota, As Furnas, Río Sieira, O Vilar, A Lanzada y Patos. Fisterra (con playas como Nemiña) es uno de los lugares con más hechizo, especialmente en verano. «Pero si hay un metro o dos metros en Coruña, no debes ir a Fisterra, porque va a haber cuatro metros», matiza Montero.
El reclamo turístico es un arma cargada. A Galicia se viene escapando del turismo enlatado, buscando el lujo natural a buen precio. Si se nos va la lengua, el atractivo puede esfumarse. Más allá de los clásicos, ¿cuál sería el mejor lugar para apreciar la magia del surf? Una playa donde no haya mucha gente, en la que apenas se vean casas, donde mires de frente a la naturaleza, pinta Pablo Montero. «Coges el coche y en una hora estás». Somos capaces de ver el paisaje frente a la tabla. Condúcete por la Costa da Morte en Google Maps.
Tres aspectos para hacer un top
1. Las más grandes. La ola de Illa Pancha, en Ribadeo, tiene nombre propio, Panchorro, y está en el top de las más grandes que se pillan en Galicia. Coprinos, en A Coruña, es otro reto.
2. Las que no fallan. Apuesta segura son, según profesionales del surf y la Federación Española, Pantín, Doniños, Razo y Carnota. Son clásicos que no fallan en ningún momento del año.
3. Por temporada. El viento predilecto en invierno es el del sur, y en verano, el nordés. En verano, mejor ir a Doniños, Pantín, Nemiña o Louro. En invierno, a Razo, A Lanzada o Patos.